Con gran alegría, un año más, las comunidades parroquiales de Mancha Real acogimos la visita y convivencia del equipo de Pastoral Penitenciaria de nuestra Diócesis, junto a 8 internos de la Prisión Provincial.
Son ya muchos los años que se vienen realizando estas convivencias, que solo fueron interrumpidas durante la pandemia, y que tanto echábamos de menos volver a celebrar.
Para todos los que tuvimos la suerte de asistir, el sábado 4 de marzo, fue una experiencia de gracia poder compartir este día, especialmente con estos hermanos nuestros que, privados de libertad, hacen presente al mismo Cristo que nos repite: «estuve en la cárcel y vinisteis a verme… lo que hicisteis con uno de estos mis humildes, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 36.46).
La jornada comenzó con la acogida. Sobre las 9,30 h. de la mañana llegaron D. José Luis Cejudo, la Hermana Carmen y varios voluntarios de la Pastoral con los internos. Comenzamos con el desayuno en la Cooperativa San Francisco de nuestra localidad, a quienes también les agradecemos el esmero y cariño con que lo prepararon todo y nos ofrecieron sus instalaciones.
Desde allí nos trasladamos a la Parroquia de San Juan donde tuvimos un tiempo de oración y D. Marino nos hizo una breve presentación del monumento más importante de nuestro pueblo. Tras la acogida y visita del Templo nos fuimos a la sierra. El Señor nos regaló una magnífica temperatura, en un día soleado para disfrutar de la naturaleza y los hermanos.
Fue hermoso ver cómo pudieron disfrutar los internos de la libertad y la hermosura de nuestra sierra. Tuvimos la suerte de que aún quedaba nieve y daba gusto verlos cogerla, lanzarse bolas y disfrutar. Un magnífico paseo desde la “Peña del Águila” hasta el “Morrón” donde pudimos contemplar las magníficas vistas, en ese día claro y luminoso con Sierra Nevada al fondo.
Volvimos para comer, una exquisita caldereta que nos tenían preparada y durante los postres, un rato para compartir y contar experiencias. Cada uno de los chicos nos contó cómo estaba, nos emocionaron con la sinceridad y humildad con que abrían su corazón, compartiendo sentimientos y vivencias en la cárcel.
Mas de una lágrima se escapó de nuestros ojos al escucharlos: «tantas veces he necesitado un abrazo», «allí dentro quien más nos consuela, escucha y respeta son los voluntarios de la pastoral», «allí he encontrado al Señor en el hermano que no me juzga y que me mira con compasión», «gracias por tratarnos como nuestras madres»…
A las 18,00 h. celebramos junto a la comunidad la Eucaristía en La Encarnación, presidida por D. Juan y concelebrada por el Padre Pepe, capellán de la cárcel. Emotiva, conmovedora y sencilla la homilía. Fue una celebración de gozo y esperanza, en la que pudimos escuchar la voz desgarrada de Juan, con un par de cantos de alabanza que nos conmovieron a todos.
Tras la Eucaristía y la foto de familia toca volver, se llevaron una botellita de nuestro aceite, regalo de la cooperativa y sobre todo nuestro cariño y nuestra oración.
Fue un regalo de Dios para todos los que pudimos participar, los dos Párrocos, las Hnas. Misioneras de Acción Parroquial, miembros de las dos Cáritas, voluntarios de la Pastoral penitenciaria y los chicos, que nos hicieron presente a Cristo y marcaron ese fin de semana de la Transfiguración con esa Palabra que se escuchó desde el cielo: «Éste es mi Hijo amado».
Parroquias de Mancha Real
