El inventor del sistema para evitar accidentes en la cabalgata de Reyes, Salvador Merino, es profesor de Matemática Aplicada y miembro de la Comunidad de Vida Cristiana. El pasado domingo 5 de enero asistió al estreno del proyecto en el que la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Málaga ha estado trabajando bajo su dirección y que se ha cedido gratuitamente para evitar accidentes en la cabalgata de Reyes.
La idea surgió a raíz del accidente ocurrido el pasado año en la cabalgata de Reyes. Salvador Merino planteó la idea a un alumno, Steven Alexander Vargas, un joven colombiano que cursaba el Máster en la UMA. Tras plantear distintos diseños y barajar oportunidades y materiales diversos con expertos en química y personal del departamento de motores se llegó a la idea definitiva. El prototipo inicial fue algo similar a un «overcraft» que consistía en una cubierta de aire por los laterales, pero, según cuenta su director «resultaba muy costoso y era susceptible de desgaste, por lo que se descartó».
Para el proyecto definitivo se ideó una figura en el aire que limita el espacio inferior de las carrozas. Para ello se ha optado por un material estándar caracterizado por su ligereza y bajo coste y que clausura los huecos para evitar posibles accidentes.
Una vez iniciado el desarrollo, determinadas las medidas y calculados los parámetros, los responsables se reunieron con el Ayuntamiento de Málaga para la presentación del proyecto en mayo de 2013, y tras su aprobación el pasado mes de octubre, se materializó la idea.
Esta iniciativa ha tenido muy buena acogida por parte de los malagueños. Como cuenta Salvador Merino «hay diversas opiniones acerca de esta solución. Algunos dicen haber pensado algo similar y otros aseguran tener mejores ideas. Todas son bien recibidas porque lo único que se quiere es abrir la posibilidad de buscar las mejores alternativas posibles».
Los responsables se sienten honrados de que la idea haya resultado de utilidad y han ofrecido esta solución a todos los Ayuntamientos de España. Cuando muchos se sorprenden de la gratuidad con que se ha entregado este proyecto, Merino asegura que «era una idea clara desde el principio, ya que de una tragedia no nos cabe en la cabeza intentar ganar dinero».
