En la iglesia parroquial del Sagrario Catedral el pasado 20 de febrero, en una celebración en la que también se conmemoró el XLI aniversario del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de CL.
En el XVIII aniversario del fallecimiento de su fundador, Don Luigi Giussani, y en el XLI aniversario del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación, este movimiento conmemoró esas efemérides el pasado 20 de febrero en la Eucaristía que presidió el arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, celebrada en la iglesia parroquial del Sagrario Catedral.
UN HOMBRE DE FE
En sus palabras en la homilía, Mons. Gil Tamayo recordó a Don Giussani como un hombre de fe, que amó profundamente a Cristo y a su Iglesia. Un hombre que buscando la Belleza encontró a Cristo. Y animó a quienes forman parte de este movimiento a imitar a su fundador: encontrando a Cristo y seguirlo, para comunicarlo a los hombres y mujeres de nuestro tiempo. “No podemos olvidarnos de dónde venimos y quienes nos han ayudado, quienes han sido para nosotros referentes en el camino cristiano”, señaló D. José María. Un mensaje que nuestro arzobispo compartió siguiendo las palabras recogidas en el capítulo XIII de la Carta a los hebreos: “Acordaos de aquellos superiores vuestros que os expusieron la Palabra de Dios. Fijaos en el desenlace de su vida. Imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre”.
Asimismo, habló de la fidelidad del carisma, cuyo rasgo está “en la centralidad de Cristo de mantener siempre la tensión de búsqueda hasta la plenitud que es Cristo total, Cristo mismo. El alfa y el omega. Pero, al mismo tiempo, acompañados en una comunión, que es la comunión eclesial. Eso es lo que nos pide el Señor y os pide el Señor”, señaló D. José María a Comunión y Liberación en Granada.
“Vamos a pedir por este hombre de fe. Sabemos y tenemos la confianza de que está ya gozando de la visión de Dios. Confiamos en que un día pueda estar en los altares, pero pedimos y lo sometemos al juicio de Nuestra Madre Iglesia”, concluyó.
COMUNIÓN Y LIBERACIÓN
Mons. Luigi Giussani falleció el 22 de febrero de 2005 y el reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación fue el 11 de febrero de 1982. En estos días, con ocasión de estas efemérides, se están celebrando misas por todo el mundo, presididas por cardenales y obispos.
La Eucaristía se celebró la intención de dar gracias a Dios por la vida de Don Giussani, pidiendo “poder corresponder al Señor con toda nuestra vida a la invitación que el Papa Francisco nos dirigió el 15 de octubre para poder acompañarlo en la profecía por la paz, en la profecía que indica la presencia de Dios en los pobres, en la profecía que anuncia la presencia de Dios en toda nación y cultura”.
Comunión y Liberación nació en los años 60 en torno a una comunidad de jóvenes
que asume el nombre preexistente de Gioventù Studentesca. El nombre actual, Comunión y Liberación (CL), aparece por primera vez en 1969. “Refleja la convicción de que el acontecimiento cristiano, vivido en comunión, es el fundamento de la auténtica liberación del hombre”, informa este carisma. El movimiento se expande primero por Italia y, después, por todo el mundo, especialmente en los años 80 y 90, estando presente en la actualidad en noventa países de los cinco continentes.
Actualmente, el presidente de la Fraternidad de CL es Davide Prosperi, tras precederle el sacerdote español D. Julián Carrón, quien asumió la guía del movimiento tras la muerte de su fundador, en el año 2005. Desde noviembre de 2021 cedió el testigo al actual presidente.
Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social