Por segundo año consecutivo, se ha podido celebrar un curso de formación de “Manos Unidas” a través del Centro del Profesorado de Almería (CEP) y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Almería (ISCR), en la Casa de Espiritualidad de Aguadulce y donde la editorial SM y el ISCR han colaborado amablemente, haciéndose cargo de financiar el almuerzo y los cafés de media mañana y media tarde. El curso ha constado de 20 horas de formación certificada, bajo el título: “Lo que nos cuentan los cuentos. Educar en valores a través de la creatividad”, desarrollado por Roberto Martínez Medina, un vallisoletano que cada semana está en una punta de España, desarrollando cursos de formación a profesores.
Dicha actividad formativa, cuya inauguración y presentación estuvo a cargo del asesor de Religión del CEP de Almería y director del ISCR, Jesús Ginés García Aiz, junto al Delegado de Manos Unidas de Almería, José Juan Moreno, se trataba de un curso cuyo esquema conjugaba la formación y la convivencia entre los asistentes que se ha desarrollado durante dos sábados (28 de enero y 4 de febrero) en horario de 10 a 20h, en el que se ha pretendido profundizar en los valores como base para el compromiso social, en la responsabilidad del educador/a, en la Educación para el Desarrollo y su aplicación en el aula, en la creatividad como herramienta para aprender a pensar y en el relato como instrumento de educación en valores.
Así pues, la metodología del curso ha sido fundamentalmente práctica y de fácil aplicación en el aula, favoreciendo la participación y el trabajo en grupo del profesorado, utilizando los siguientes recursos: documentación teórica para asentar la base que clarifique los conceptos que estructuran el contenido, dinámicas de grupo orientadas a reflexionar de manera práctica los diferentes temas abordados y, además, la exposición de cuentos y relatos como herramientas principales de trabajo, de cara a orientar y profundizar en los objetivos del curso.
Dichos objetivos trataban de comprender el concepto de Educación para el Desarrollo; reconocer la importancia que la Educación en Valores tiene en la formación del profesorado y, a través de éste, también en la formación de su alumnado; aprender a desarrollar herramientas pedagógicas que permitan trabajar la Educación para el Desarrollo y la Educación en Valores en el aula; comprender el valor de la creatividad como herramienta para aprender a pensar; desarrollar hábitos de trabajo con un enfoque creativo y ser conscientes de su peso a la hora de afrontar nuevos retos personales y profesionales; reconocer la importancia del cuento/relato como instrumento de Educación en Valores; y de utilizar los contenidos de los cuentos, tradicionales y actuales, y de los relatos para educar en valores en el aula.
Una de las asistentes a dicho curso, la profesora de Religión María Isabel Pozo Domene (Maribel), comentaba que “en el curso hemos aprendido, hemos bailado, hemos reído y ha sido un lugar de encuentro y diálogo entre nosotros. El grupo ha estado formado por más de 60 profesores de Religión y alumnos del ISCR de la diócesis de Almería. Gracias a la forma de abordar el curso por parte de Roberto, tan ameno, intercalando dinámicas, poniéndonos a trabajar en grupo, escuchando anécdotas, horas que han pasado rápido porque no daba tiempo a aburrirse”.
Y proseguía, Maribel, relatando que “el curso ha sido eminentemente práctico, partiendo del autoconocimiento de uno mismo, en contacto con los demás compañeros, tratando de despertar conciencias y de tomar conciencia sobre lo que podemos hacer en nuestras aulas, para que nuestros niños y niñas presten atención a realidades más profundas y dejen de estar adormilados y distraídos cuando en la vida hay más cosas por las que luchar y esforzarse que estar simplemente quejándose sin hacer nada. Porque es más importante poner el foco, la mirada en lo que podemos hacer que en lo que no podemos, y nuestras manos, las manos de todos, pueden hacer mucho”.
Además, recordaba que “la Campaña de Manos Unidas es esta semana y realmente Manos Unidas necesita de sus voluntarios y colaboradores, en este caso los colaboradores son los profesores para que concienciemos a nuestro alumnado sobre la Educación para el Desarrollo, pensando en la realidad de aquí, pero sin olvidar a los hermanos y hermanas que viven otras realidades y necesidades a lo largo y ancho del globo terráqueo”.
Por último, totalmente motivada por haber participado activamente en dicho curso, Maribel manifestaba que “con todo lo aprendido, recordado y vivido ahora tenemos la misión que la Iglesia nos ha encomendado, vivirlo en nuestras aulas con nuestros alumnos/as que tanto necesitan que le aporte la asignatura de Religión, así como de su profesorado”. Una conclusión muy a tono con la propuesta evangélica a la que nos invitaba Cristo este pasado domingo V del tiempo ordinario: ser sal y luz.