El obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidió el sábado, en fiesta trasladada, la Eucaristía de la Jornada de la Vida Consagrada, celebrada en la Catedral de Murcia.
A la celebración acudieron religiosas y religiosos de distintas órdenes, congregaciones e institutos de la Diócesis, en representación de todas ellas. Una ocasión para renovar su entrega y dar gracias a Dios por el don de la vida consagrada.
Durante la homilía, el obispo se dirigió a las religiosas y religiosos allí presentes: «La Iglesia necesita auténticos testigos y aquí estáis inscritos vosotros: testigos para una nueva evangelización; hombres y mujeres capaces de comunicar a los demás la experiencia del encuentro con Jesús». El prelado también subrayó la llamada a la santidad, común a todos los bautizados: «La Iglesia necesita santos. Todos estamos llamados, desde el Bautismo; la meta que se nos pone por delante es ser santos y solo los santos pueden renovar la humanidad».
Mons. Lorca pidió a los consagrados, además, que pusieran todos los medios a su alcance para renovar su encuentro con Dios cada día: «Dejad que Jesús os mire a los ojos, para que crezca en vosotros el deseo de ver su luz, de buscar el esplendor de la verdad, de ser testigos de la esperanza. Haced silencio en vuestro interior, dejad que entre desde lo más profundo de vuestro corazón el ardiente deseo de ver a Dios en las tareas de cada día, porque en las tareas cotidianas es donde se ve el rostro de Dios, y donde se actúa según el proyecto y la voluntad del Señor».
La celebración terminó con la oración para la Jornada Mundial de la Vida Consagrada de este año, Caminando en esperanza, que leyeron los presentes.
Después de la Eucaristía, se invitó a las religiosas y religiosos a un ágape en el patio del Palacio Episcopal, para celebrar su jornada en fraternidad.
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