Una mañana de sábado dedicado por completo a la Virgen. Porque como cada sábado en la Iglesia, la Madre anuncia, el domingo. Una mañana de sol y de luz en la Sierra de la Caracolera de Martos.
Nuestro Obispo, Don Sebastián, llegaba a las 12 del mediodía a la Parroquia de San José, en la localidad de Las Casillas
Recibido por varios sacerdotes y fieles del pueblo, el Obispo estuvo hablando y saludando al pueblo antes de entrar al Templo parroquial. Sorprendido por la belleza de la Casa parroquial recién pintada y la fachada del Templo.
Después de rezar ante el Sagrario, valoró mucho la limpieza, el orden y la belleza de la remodelación de los espacios celebrativos del presbiterio: Mesa de altar, ambón, credencia, sede y Sagrario.
La celebración de la Santa Misa comenzó a las 12,30h con los cantos del coro Parroquial de S. José, que han cantado a la Virgen de la Cabeza por Sevillanas y fandangos.
El Obispo manifestó su alegría y emoción al ser esta la primera imagen de la Santísima Virgen de la Cabeza que ha bendecido para el culto público y la veneración de los fieles.
En su homilia, sentida, cercana y ungida ha recordado como, «… la Virgen siempre nos lleva, a su Hijo Jesús, nuestro Señor”; Y desde la Palabra de Dios nos ha invitado “a ser sal y luz de la tierra”. En este sentido, les ha dicho a los fieles congregados, “y si algún día se apaga la luz de nuestra vida, la Virgen siempre tiene la fuerza y el poder de volvernos a encender con el fuego del Espíritu Santo «.
El rito de la bendición ha sido solemne y emotivo, y ha emocionado a los Casilleros. Bendecida la Imagen, se la incensado y encendido las velas, como signo de que ya se puede venerar y rezar públicamente a la Imagen.
Ha sido el escultor D. Antonio Parras, el encargado de encender las velas que iluminan la talla que ha salido de sus manos, como don y regalo para, el pueblo de Dios.
El Himno de la Morenita una vez, impuestas las coronas, ha resonando con fuerza en el Templo Parroquial.
Y por supuesto los ¡vivas a la Virgen de la Cabeza!, continuos y sentidos.
La Santa Misa se ha celebrado en un ambiente muy piadoso y ungido, un recogimiento
que caracteriza a la buena gente del Pantano.
Al terminar la Santa Misa el Obispo ha, saludado a todos los feligreses en la puerta del Templo
y ha conversado con muchos.
Antes de despedirse de esta comunidad, Don Sebastián ha visitado a una enferma de la parroquia que está postrada en la cama y al terminar la actividad pastoral ha comidos con los siete sacerdotes concelebrantes y con los dos seminaristas que han participado.
Ha sido una comida en la Casa Parroquial como hermanos y amigos, como auténtica familia. El Obispo ha recibido varios, regalos sencillos pero con inmenso cariño.
La Santísima Virgen de la Cabeza ha quedado entronizada en una hornacina del Templo Parroquial.
Miguel José Cano
Párroco de Las Casillas