La Delegación de Pastoral Penitenciaria participa en el congreso nacional sobre esta materia organizado por la Conferencia Episcopal en El Escorial.
Otro cumplimiento de las penas es posible ha sido el lema del X Congreso Nacional de Pastoral Penitenciaria celebrado este fin de semana en El Escorial (Madrid) y en el que ha participado la delegación episcopal de la Diócesis de Cartagena para esta materia. Un congreso organizado por el Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana de la Conferencia Episcopal Española.
El delegado de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Cartagena, Antonio Sánchez, ha encabezado el grupo murciano con voluntarios de la capellanía católica de los dos centros penitenciarios de la Región de Murcia (Sangonera la Verde y Campos del Río), un abogado del servicio de orientación jurídica y una voluntaria de la ONG cristiana Concaes (Confraternidad Carcelaria en España).
El congreso de este año ha permitido realizar una reflexión, junto a representantes de Instituciones Penitenciarias, sobre cómo mejorar el trabajo en las cárceles para que los presos puedan cumplir la condena, pero también realizar un verdadero proceso que les permita su total reinserción en la sociedad.
«Con la pandemia, la institución abrió caminos para implantar nuevos cumplimientos de penas, lo que ha servido para que disminuya el número de delitos. Estas medidas alternativas han posibilitado que unas 100 mil personas no hayan tenido que pasar por la cárcel para cumplir condena, sino que lo han hecho, por ejemplo, a través de programas TBC (Trabajo para el Bien de la Comunidad)», explica Sánchez.
La pastoral penitenciaria está participando también de este nuevo proceso desarrollando talleres o facilitando que los internos puedan optar a permisos. «Desde la Iglesia, se pide a la administración pública que no se incrementen los años de condena, sino que se posibilite, por ejemplo, la rehabilitación de los internos a través de programas de formación que les ayuden a reorientar y cambiar sus vidas; o, como ya se está haciendo, que parte de la condena sea en un centro de desintoxicación».
Hay 556 entidades que colaboran con la administración en las cárceles españolas, con 5.460 personas que están entrando en los centros penitenciarios para realizar un voluntariado que ayude a la reinserción de los presos. La Iglesia está presente en esa realidad con 937 personas, el 17 %.
Declaración final del X Congreso Nacional de Pastoral Penitenciaria 2022
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