“Id, amigos y hermanos. El Señor os envía como sembradores de la buena semilla del Reino. Ahondad en vuestra participación en el Misterio, para que la Comunión se afiance y ensanche y la Misión se adentre en la espesura de la historia, hasta que Él vuelva”. Con estas palabras del secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), mons. Luis Argüello, ha concluido la tarde de este sábado la fase diocesana del Sínodo 2021-2023, “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión”.
La Iglesia en España ha celebrado hoy la fiesta del Sínodo. Pasadas las once de la mañana daba comienzo, en la Fundación Pablo VI, la Asamblea final con la que se cierra la fase diocesana del Sínodo 2021-2023, “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión”.
En torno a 600 personas, representantes de todas las diócesis españolas se darán cita en esta Asamblea Sinodal. La mayoría de los asistentes fueron laicos, pero también se contó con la presencia del nuncio del Papa Francisco, monseñor Bernardito Auza, 52 obispos, en torno a 70 sacerdotes, religiosas, religiosos, miembros de otras confesiones y religiones. Ellos han representado hoy a los casi 220.000 implicados en este recorrido sinodal que comenzó a caminar el 17 de octubre de 2021.
Representación sevillana
De la Archidiócesis de Sevilla acudió el vicario episcopal para la Nueva Evangelización, el presidente de Cáritas Andalucía y miembros del Equipo de Trabajo del Post Congreso de Laicos, de la Institución Teresiana, de la Comisión Permanente de la Delegación diocesana de Apostolado Seglar y otras delegaciones diocesanas. Quince personas en total que conocieron las aportaciones recopiladas de la Fase Diocesana del Sínodo a nivel nacional.
El proceso sinodal en la Iglesia en España: testimonios y síntesis final
La Asamblea llegaba a las doce del mediodía escuchando lo que ha supuesto en las personas implicadas estos meses de experiencia sinodal. Algunos han estado de manera presencial. Otros, a través de vídeos. Pero gracias a cada uno de ellos, una treintena, se han resaltando los distintos aspectos que les han marcado en este proceso.
El momento central del encuentro ha sido en torno a las doce y media. Es el tiempo que estaba marcado para conocer la síntesis final. Isaac Martín, laico de la diócesis de Toledo; Dolores García, presidenta del Foro de Laicos; y Olalla Rodríguez, laica de la Renovación carismática católica han sido las voces del equipo sinodal, que ha redactado este documento a la luz de todas las aportaciones que se han recibido desde las 70 diócesis, de la vida consagrada, movimientos, asociaciones y todos aquellos colectivos o personas individuales que han querido sumarse a esta invitación del papa Francisco.
El acontecimiento eclesial que más gente ha convocado para un trabajo continuado en la Iglesia en España: casi 220.000 personas implicadas.
La presentación de esta síntesis es una radiografía de lo que ha supuesto la fase diocesana del Sínodo, el acontecimiento eclesial que ha conseguido convocar a más gente para un trabajo continuado en la experiencia de la Iglesia en España. Ha implicado a casi 220.000 personas, con más de 14.000 grupos, la mayoría en parroquias, pero también en numerosas congregaciones religiosas, regionales, monasterios de clausura, Cáritas diocesanas, movimientos y asociaciones laicales e institutos seculares.
De hecho, este movimiento sinodal comenzó su andadura superando las dificultades de la pandemia y de la falta entusiasmo, especialmente por parte de algunos sacerdotes. Y al terminar el proceso, los grupos han mostrado su profundo agradecimiento por este tiempo vivido: un momento de gracia, construido desde la escucha mutua, activa y respetuosa, la apertura para hablar con franqueza, compartiendo experiencias gratificantes y con intercambios constructivos.
Por eso, lo más valorado ha sido el proceso mismo: una Iglesia que se encuentra para escucharse y ponerse en discernimiento, dando continuidad al camino que se emprendió en el Congreso de Laicos de febrero 2020.
Conversión personal y proximidad para avanzar en la misión de la Iglesia
Desde los grupos sinodales se lanzan dos ideas para avanzar en la misión de la Iglesia: la conversión personal y la proximidad. Una fuerte conversión personal, comunitaria y pastoral a través de la oración, los sacramentos y la formación. Y la proximidad, siendo una Iglesia que escucha, acompaña y se hace presente donde están quienes necesitan tanto acompañamiento material como espiritual.
Para hacerlo posible se resalta la importancia de la complementariedad y la corresponsabilidad de las tres vocaciones: laicado, sacerdocio y vida consagrada. Para ello, se advierte, hay que evitar el clericalismo, la falta de compromiso laical o perder la esencia de la vida consagrada. Y crecer en la identidad que cada uno tiene y en su misión en cada campo de la Iglesia.
También se hace necesaria la formación continua de todos y en todos los temas de la vida pública y de la enseñanza de la Iglesia.
Temas que han tenido incidencia en el proceso sinodal
Respecto a los temas que han tenido mayor incidencia en este proceso sinodal, destacan el papel de los laicos, especialmente el de la mujer, en los órganos de responsabilidad y de decisión en la Iglesia; los abusos sexuales, de poder y de conciencia en la Iglesia, manifestando la necesidad de perdón, acompañamiento y reparación; y la necesidad de institucionalizar y potenciar los ministerios laicales.
También se ha hablado, aunque con menor incidencia, de la ordenación de las mujeres y el celibato opcional. En este sentido, se ha plasmado la necesidad de saber transmitir mejor a la sociedad la importancia del Magisterio de la Iglesia en torno a esas cuestiones.
Además, se ha llamado la atención sobre la importancia de que la Iglesia tenga una mirada específica respecto al tema de la diversidad. La Iglesia se ofrece de manera especial a aquellas personas que se sienten en las periferias por su origen étnico, por su situación familiar o económica o por su orientación sexual.
Tres llamadas entrelazadas: Sinodalidad, participación y superar el clericalismo
En las aportaciones de los grupos de trabajo se resumen tres llamadas entrelazadas entre sí. Crecer en sinodalidad, lo que exige formación en sinodalidad, capacidad de acogida, escucha activa, comprensión, acompañamiento y discernimiento. Dar cabida a las preguntas con el fin de conocer, a partir de la escucha abierta a las aportaciones de todos, el plan de Dios para este tiempo y para este lugar.
Promover la participación de los laicos, empezando por definir los asuntos respecto de los cuales sus participaciones tienen carácter decisorio, especialmente en aquellos campos que son más propios de su vocación en el mundo.
Y superar el clericalismo, compartiendo responsabilidades, lo que también implica, en ocasiones, vencer la pasividad y la falta de implicación de muchos fieles laicos en la edificación de la Iglesia.
Tras la presentación de las conclusiones, en torno a las 13.30 h., los participantes se reúnen por grupos para reflexionar a nivel personal y grupal. En estos encuentros se comparten impresiones y se podrán añadir nuevas aportaciones.
Con información de la Conferencia Episcopal
Galería fotográfica del acto