Una de las “ya tradiciones” de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Diocesano es el “día de los huevos fritos”, que tuvo lugar en el día de ayer en la Casa de Espiritualidad “Reina y Señora”. Es un día de convivencia en el que, tras la Eucaristía, se celebra un animado encuentro recordando con cariño las experiencias vividas en tantos años compartidos en el Seminario a lo largo de varias generaciones. El día continúa con la comida en la que el plato estrella es el que da nombre al evento: los huevos fritos. Y con la comida y en la sobremesa, el diálogo y la charla animada sobre las experiencias vividas, y sobre la vida cotidiana y presente de quienes componen la asociación. Es un día emotivo y alegre que reúne a aquellos antiguos alumnos que pueden asistir para, sobre todo, agradecer tanto bueno como recibieron del Seminario y para conservar la amistad forjada en tantas experiencias vividas.
Nuestro Obispo, don Antonio, fue invitado por la asociación y se hizo presente para saludarles y compartir el almuerzo. Antes de iniciar la comida, el Obispo saludó personalmente a todos los presentes y, al finalizar la comida, dirigió unas palabras de agradecimiento a los antiguos alumnos por el cariño que muestran hacia el Seminario; también les ofreció celebrar los eventos de la Asociación tanto en el Seminario como en la Casa de Espiritualidad “Reina y Señora”, y les pidió que, tanto e un lugar como en otro, siempre se sintieran acogidos y como en propia casa.