Con el gozo que experimentó ayer nuestro obispo D. Francisco Jesús por el encuentro con el santo padre, donde expresaba que el papa los había alentado y animado, como un padre hace con sus hijos, y les pedía que afrontaran los retos y las dificultades que existen en el mundo de hoy, como oportunidades para seguir anunciando el Evangelio de Jesucristo, en las distintas diócesis, con más fuerzas, hoy 22 de enero, junto con sus hermanos en el episcopado, comienzan el último día de esta visita ad limina apostolorum.
A las ocho de la mañana se celebraba la Eucaristía en el Colegio Español de Roma con la participación de los colegiales. La misa ha sido presidida por el obispo de Córdoba, D. Demetrio Fernández. En sus palabras de la homilía ha comentado que los sacerdotes podemos ser, en medio del mundo, signos de contradicción como lo fue también Jesús, pero no podemos dejar de seguir anunciando su Evangelio, pues esa es nuestra tarea y nuestra vocación.
Seguidamente, se han encaminado, como estaba programado, a la Secretaria de Estado del Vaticano. La cita comenzaba a las diez de la mañana. Este Dicasterio es el más antiguo de los Departamento de la Curia romana cuya tarea es colaborar más estrechamente con el papa en el ejercicio de su suprema misión; coordina la actividad de los demás departamentos y vela por su unidad de dirección.
Secretaría de Estado tiene dos secciones: la de Asuntos Generales y la de Relación con los Estados. En Asuntos Generales se ocupan básicamente de los asuntos referentes al servicio cotidiano del sumo pontífice. A la sección de Relaciones con los Estados le corresponde atender a los gobiernos: las relaciones diplomáticas, tanto con otros Estados, como con diferentes sociedades de derecho público y la representación de la Santa Sede en los organismos internacionales.
El secretario de estado ha instado a los obispos a vivir con fuerza su compromiso cristiano. Esto los seguirá ayudando a asumir con fidelidad la contemporaneidad y a crear un ambiente cultural que no cierre los ojos a la luz de la fe en medio de tanta sospecha y desconfianza.
Con este último Dicasterio se finaliza la visita ad limina. Nuestro obispo dice que se ha hecho visible la comunión, la unidad y la sinodalidad de los sucesores de los apóstoles con el sucesor de San Pedro y de las Iglesias locales con la Iglesia de Roma que, unido a la oración de toda la diócesis, seguro que dará frutos abundantes. Por eso, concluye: “vuelvo a Guadix confirmado en la fe”.
Antonio Travé
Roma