El arco iris se abre paso en el lluvioso día de Roma. Con la mirada creyente, la expedición de la visita Ad Límina lo contempla como un signo del Jefe: “Pongo mi arco en las nubes. Esa será la señal de mi alianza con la tierra” (Gn 9,13). D. Antonio mira al cielo, se pregunta qué le querrá decir ese signo y toma esta preciosa foto a la entrada de la última de las basílicas en las que van a celebrar: San Pablo extramuros
Se celebra la Santa Misa presidida en esta ocasión por el arzobispo de Badajoz, pero han tenido el detalle de regalarle el proclamar el evangelio a nuestro Vicario General, Ignacio López que cumple hoy 45 años. Sin duda, será uno de esos regalos que no olvidará a lo largo de su vida sacerdotal.
Su alegría se nota en la audio-crónica que nos brinda cada día
En la procesión de salida, D. Antonio se escapa de la fila de obispos y mira la tumba de San Pablo, el apóstol que apostó por arriesgar, por sacar de los entornos más judíos la proclamación del evangelio. Algo así tiene en proyecto… ¡a ver cómo sale, que sea lo que Tú quieras!
Ya en la mañana, se reunirán con el Dicasterio de laicos, familia y defensa de la vida y se pondrán sus mejores galas para el tradicional almuerzo que la embajada española en la Santa Sede ofrece a los obispos en la visita Ad Límina o en la canonización de algún santo. De hecho, D. Antonio todavía recuerda la última comida siendo Vicario General de Palencia cuando canonizaron a San Manuel González.
El cansancio empieza a pesar, pero hay que guardar fuerzas para el encuentro con el Papa que está previsto para mañana. Mientras tanto, sigue dándole vueltas sobre qué señal estará intentando mandarle el Señor con ese madrugador arcoíris.