Lunes, 17 de enero de 2022, memoria de San Antonio Abad. Jornada normal en la parroquia: Oración de laudes con estudio de evangelio, celebración de la Eucaristía, desayuno, celebración de un funeral por parte del diácono permanente destinado a esta parroquia (Massimo Tuninetti), formación del clero, comida, un poco de reposo, diálogo con un feligrés para organizar alguna actividad que pueda implicar a toda la comunidad, formación de catequistas, catequesis de infancia, escucha a las peticiones de algún pobre que viene por la parroquia, salida para algunas compras de urgencia y de nuevo preparación para celebrar vísperas y la eucaristía.
Todo parecía normal, ¡pero! al salir de casa para entrar en el templo parroquial, cuál fue mi sorpresa que me encuentro en la puerta de casa, y preguntando por el párroco en un “itañolo” comprensible, a nuestro querido obispo Don Francisco Jesús (sigo siendo diocesano de Guadix-Baza, aunque ahora estoy “cedido” al obispo de Roma, papa Francisco) y el querido amigo Vicario General Don José Francisco. Toda una sorpresa y una alegría enorme por su recuerdo, su visita y su cercanía.
Sabía que estaban por Roma las Provincias eclesiástica de Sevilla, Granada y Mérida-Badajoz para la visita ad limina y, en alguna ocasión habíamos hablado de que vendrían a visitarme en Roma. De hecho, la tarde antes, como estaba por las inmediaciones de su lugar de residencia por asunto de formación de sacerdotes que han pedido conocer la Asociación de sacerdotes del Prado, me acerqué a preguntar si ya habían llegado y al no ser así les dejé una nota de saludo y oraciones por la visita ad limina.
El caso es que me dieron una gran alegría y aunque la visita fue corta, tuvieron un poco de tiempo para conocer algo de la parroquia Santa Maria del Soccorso y poder hablar con algunos fieles y algunos niños (bambini) de la catequesis haciendo juntos una oración y la bendición del Señor obispo.
Todo fue un poco a la ligera, pero desde la lejanía de la tierra, estas visitas se agradecen muchísimo, especialmente ahora que aún no ha llegado un nuevo sacerdote del Prado para hacer comunidad y compartir tareas de formación. Hasta el mes de enero he vivido siempre con uno o más sacerdotes y desde el mes de julio asumí la responsabilidad de párroco. Así que estoy viviendo unos meses de estar solo en casa, pero no en la parroquia, pues hay una buena colaboración de la feligresía.
Estas visitas son pequeños impulsos para continuar la labor en este barrio del Tiburtino Terzo de Roma donde está situada la parroquia. Es un barrio que aún conserva un poco de vida como de pueblo, pues era el último barrio de Roma norte y se consideraban una familia, sólo que con el paso del tiempo se fue ampliando la ciudad, se han formado dos barrios más (cercanos al mío) a las afueras de Roma norte (Ponte Mammolo y Rebibbia, donde está una de las grandes cárceles de Roma) y este barrio ha ido cambiando su fisonomía y la presencia de personas de todo tipo. En fin, un barrio de periferia de una gran ciudad donde la población va envejeciendo y pocos nacimientos. Muchas personas se van del barrio porque no quieren que su hijo crezca en él, ya que no es de muy “buena fama”: paro, marginación, inmigración, delincuencia, droga, personas mayores. La verdad que no es muy diferente a otros barrios con mejor fama, solo que las viviendas aquí son de esas que llaman populares (viviendas sociales para entendernos) y se las dan a familias con diferentes situaciones económicas y sociales y, sobre todo, continúa eso de “crea fama y échate a dormir”.
Pero hay muchas cosas bonitas en el barrio. Es grande (unos 10.000 habitantes), un parque reserva natural (Riserva Naturale della Valle dell’Aniene), avenidas amplias, un instituto artístico, varios colegios de primaria y secundaria, comercios de barrio y algún supermercado, un consultorio médico, farmacia y, la parada de metro Santa María del Soccorso a 100 metros de casa que pronto te comunica con el centro de la ciudad (Terminis) y otros lugares. En fin, qué más os puedo decir.
La parroquia, que tiene amplios espacios para reuniones y pistas deportivas, mantiene la catequesis normal de infancia y preparación a los sacramentos de la confirmación, bautismos y matrimonio, además del grupo Scout Roma’89 (Agesci), coro Santa María del Soccorso que anima una de las celebraciones de la Eucaristía dominical y días festivos (por cierto buenísimo y como sabéis que me gusta la música y cantar, formo parte de él como tenor), centro de ascolto (Caritas), servicio de secretaría, limpieza del templo, mantenimiento de las instalaciones, “sacristán”, etc. Todos estos servicios muy bien atendidos por seglares de una disponibilidad increíble.
Por mi parte, decir que me he encontrado una parroquia muy acogedora y con una vida más que aceptable teniendo en cuenta que aún no la he conocido en toda su plenitud porque a los cinco meses de llegar en octubre de 2019 tuvimos la actual pandemia de Covid y todo se ha reducido muchísimo. Poco a poco vamos volviendo a la normalidad, pero nos cuesta.
En este tiempo he tenido que afrontar las obras de reforma de todo el tejado de la Iglesia, el campanario y la caldera de la Iglesia. Una cantidad de gastos que si no fuera por la ayuda de la Conferencia Episcopal Italiana y la curia de la diócesis de Roma, no habría sido posible afrontarlos. Por parte de la parroquia hemos tenido que asumir un préstamo para 8 años con unas cuotas mensuales cercanas a los 500 euros. Una barbaridad que nos está costando conseguir, pero hasta la fecha las vamos afrontando.
De nuevo, gracias por la “visita pastoral” recibida y deseo lo mejor en esta visita ad limina. Contad con mis oraciones. Aún desde la distancia me mantengo y me mantienen muy bien informado de la nuestra querida diócesis de Guadix-Baza. También pido que tengáis presente en vuestras oraciones tanto a mí como a la parroquia. Hasta que volvamos a vernos que Dios nos tenga de su mano.
José Mª Tortosa Alarcón
Párroco de Santa María del Soccorso en Roma