Este pasado lunes, 17 de enero, hemos conocido que el Ayuntamiento le ha concedido el título de Hijo Adoptivo de Huelva al obispo emérito de la diócesis onubense, D. José Vilaplana Blasco. En la siguiente entrevista conocemos cómo se siente quien ha sido pastor de la Diócesis de Huelva durante 14 años.
¿Cómo ha recibido la noticia?
Pues ayer por la mañana yo estaba en casa tranquilamente, cuando recibí la llamada del Sr. alcalde, que me comunicó que había sido elegido como Hijo Adoptivo de Huelva. En primer lugar, me quedé muy sorprendido gratamente y muy agradecido. Creo que lo que da un nombramiento de este tipo es que te hace sentir más vinculado todavía a la diócesis a la que has servido y a la que quieres tanto.
Habla su vinculación a Huelva. Y es que durante 14 años ha sido padre y pastor de una diócesis que ahora le abraza como Hijo Adoptivo…
La verdad es que es un cambio de papeles muy bonito. A mí me ha recordado que, cuando mi padre ya era muy mayor, en un momento determinado tomé conciencia de que yo hacía papel de padre y él papel de hijo, porque ya de alguna manera se apoyaba en mí. Yo creo que este intercambio es positivo. He intentado servir a la diócesis y ahora ella, con este nombramiento, de alguna manera, dice: «seguimos cuidando de él». El cuidado será que sigáis rezando por mí, poniendo delante del Señor lo que hemos hecho juntos para que Él le dé crecimiento. Sé que me apreciáis y yo también a vosotros y este título lo que hace es reforzar los vínculos de nuestra amistad y de nuestra fraternidad.
Usted ha recibido la noticia en su pueblo donde, a la espera de viajar a Tierra Santa, como era su propósito desde un primer momento, continúa con su labor pastoral.
Exactamente, también es una satisfacción para mí estar viviendo este tiempo de espera a Tierra Santa, no me quito la idea, y ya veo que se vislumbra un posible viaje para febrero, si no se tuercen las cosas. Mientras tanto, estoy en mi pueblo haciendo de sacerdote, porque mi párroco lleva muchos pueblos y, el hecho de que le pueda ayudar me hace sentir muy unido a la parroquia en la que veo cada día la pila donde fui bautizado, el lugar en el que he recibido los sacramentos, y tengo la suerte de tener, gracias a Dios, amigos y familiares de mi infancia con los que puedo seguir compartiendo la fe. Es un momento también que me produce una inmensa gratitud al Señor: poder vivir siempre rezando por Huelva; todos los días está muy presente Huelva en mi oración, en mi recuerdo y en mi afecto.
Precisamente, desde su pueblo agradece esta distinción al Ayuntamiento de Huelva, ya que no podrá asistir a la ceremonia del ‘Día de Huelva’, con motivo de las Fiestas de San Sebastián 2022, en la que le será concedida, el próximo sábado. ¿No es así?
Efectivamente, siento mucho no poder asistir, porque en este corto plazo de tiempo, desde que recibí la noticia, hay una serie de circunstancias que se han unido y me imposibilitan ir. La primera es que tengo un compromiso con el arzobispo cardenal de Valencia. Precisamente, el sábado celebra la ciudad la fiesta del Patrón, San Vicente Mártir, y la clausura del proceso de beatificación de más de 90 mártires, entre ellos, un buen número de sacerdotes. El cardenal ha querido que estemos presentes todos los obispos valencianos y ya me comprometí y está dicho. Pero no es la única circunstancia, ya que hay también unas gestiones que estoy ahora intentando hacer y, sintiéndolo mucho, no podré estar. Realmente siento una profunda gratitud que estoy compartiendo también con mi familia y amigos, que están muy contentos. El vicario episcopal para la Administración de los Bienes Diocesanos y Relaciones Institucionales, D. Jaime Jesús Cano, que representa ahora al Obispado -porque también D. Santiago y los vicarios están en Roma en la Visita ad Limina- lo recibirá en mi nombre. Ya cuando tenga ocasión iré a Huelva y agradeceré personalmente de corazón esta distinción que me alegra mucho.