El obispo Nivariense ha dirigido una carta a la diócesis recordando la colecta diocesana en favor de La Palma. En la misma, Álvarez muestra su cercanía y apoyo a los más afectados por el Volcán. «Los
efectos han sido devastadores: Casas familiares, otras edificaciones y fincas de cultivo arrasadas, miles de personas han perdido sus bienes, muchos han perdido su trabajo y otros se han visto evacuados de sus viviendas. Son casi tres meses de incertidumbre, angustia y aflicción en los que, de modo directo o indirecto, toda la isla se ha visto afectada por este imparable fenómeno de la naturaleza»- señala
Igualmente agradece el trabajo intenso de tantas personas, asociaciones e instituciones que están interviniendo en la isla de La Palma desde que se inició la erupción del volcán en Cumbre Vieja, así como la solidaridad de muchas personas y colectivos de Canarias y del resto del país. «Cada día voy conociendo más y más datos que me conmueven y ponen de manifiesto la acción de Dios en el corazón de las personas»- subraya.
A partir de ahí, recuerda que ha establecido una colecta diocesana a realizar los días de Navidad. “Teniendo en cuenta la situación generada en la isla de La Palma con la erupción volcánica en Cumbre Vieja, y debido a las dificultades por las que atraviesan los damnificados, por el presente tenemos a bien DECRETAR que las colectas que se realicen en las iglesias y capillas de toda la Diócesis, los días 24, 25 y 26 de diciembre, irán destinadas a los afectados por el volcán en la isla de La Palma, a través de Cáritas Diocesana, que será la encargada de la distribución según las necesidades concretas de cada persona y familia. Con palabras de San Pablo, invito a todos los fieles a que «cada uno dé como le dicte su corazón: no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama al que da con alegría. Y Dios tiene poder para colmaros de toda clase de dones, de modo que, teniendo lo suficiente siempre y en todo, os sobre para toda clase de obras buenas»” (2Cor. 9,7-8)».- afirma el decreto episcopal.
Es hora de compartir, de practicar la “comunicación cristiana de bienes”, señala el obispo para concluir: «doy gracias a Dios por todos ustedes, Pueblo de Dios que vive y peregrina en estas “canarias occidentales”, y deseo que todos experimenten aquellas palabras del Señor, que nos recuerda San Pablo: «Hay más alegría en dar que en recibir» (Hech. 20,35).
TEXTO ÍNTEGRO
Queridos diocesanos:
Todos conocemos la catástrofe generada en la Isla de la Palma, a partir del 19 de septiembre del presente año, a consecuencia de la erupción del volcán en Cumbre Vieja. Los efectos han sido
devastadores: Casas familiares, otras edificaciones y fincas de cultivo arrasadas, miles de personas han perdido sus bienes, muchos han perdido su trabajo, y otros se han visto evacuados de sus viviendas. Son casi tres meses de incertidumbre, angustia y aflicción en los que, de modo directo o indirecto, toda la isla se ha visto afectada por este imparable fenómeno de la naturaleza.
Afortunadamente, desde el primer momento, hemos visto una gran diligencia por parte de las autoridades locales, del Cabildo de La Palma, del Gobierno de Canarias y de España; a lo que se une el extraordinario trabajo de los científicos, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad (Guardia Civil, Policía Nacional, La Unidad Militar de Emergencia, la Policía Canaria, las Policías Locales). Y, de modo especial, hay que destacar la generosa solidaridad de quienes han acogido en sus casas a las personas afectadas, así como la de tantísimos voluntarios que, vinculados a distintas ONGs, o de modo personal, están prestando su servicio en distintos ámbitos. A todo esto, hay que añadir las donaciones de miles de personas (en dinero y en especie) tanto de las Islas Canarias, como de toda España.
Conscientes de que “es Dios quien activa en cada uno el querer y el obrar para realizar su designio de amor” (Filp. 2,13), reconocemos la fuerza de su gracia en muchísimas personas que –con gran generosidad- muestran su amor a los demás en innumerables gestos de entrega de su tiempo, sus capacidades y recursos materiales. Cada día voy conociendo más y más datos que me conmueven y ponen de manifiesto la acción de Dios en el corazón de las personas.
Mi reconocimiento y gratitud para todos los donantes y para quienes directamente, con su prestación personal, están “a pie de obra” sirviendo a todas las personas afectadas por el volcán. Soy consciente que muchos fieles católicos de nuestra Diócesis Nivariense, están entre esos voluntarios y donantes. Ahora les invito a todos a ser generosos para hacer un REGALO DE NAVIDAD PARA LAS GENTES DE LA PALMA.
“Teniendo en cuenta la situación generada en la isla de La Palma con la erupción volcánica en Cumbre Vieja, y debido a las dificultades por las que atraviesan los damnificados, por el presente tenemos a bien DECRETAR que las colectas que se realicen en las iglesias y capillas de toda la Diócesis, los días 24, 25 y 26 de diciembre, irán destinadas a los afectados por el volcán en la isla de La Palma, a través de Cáritas Diocesana, que será la encargada de la distribución según las necesidades concretas de cada persona y familia. Con palabras de San Pablo, invito a todos los fieles a que «cada uno dé como le dicte su corazón: no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama al que da con alegría. Y Dios tiene poder para colmaros de toda clase de dones, de modo que, teniendo lo suficiente siempre y en todo, os sobre para toda clase de obras buenas»” (2Cor. 9,7-8).
Sí, hermanos y amigos. Es hora de compartir, de practicar la “comunicación cristiana de bienes”. Es hora de realizar entre nosotros uno de los grandes ideales de la comunidad cristiana: “El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía” (Hech. 4,32), y esto, hasta el punto que entre ellos no había necesitados, pues compartían los bienes según la necesidad de cada uno (cf. Hech. 2,42-45 y 4,34-35).
Doy gracias a Dios por todos ustedes, Pueblo de Dios que vive y peregrina en estas “canarias occidentales”, y deseo que todos experimenten aquellas palabras del Señor, que nos recuerda San Pablo: «Hay más alegría en dar que en recibir» (Hech. 20,35). Nuestra Madre, la Virgen María, que estos días contemplamos junto a Jesús recién nacido, nos acompaña en nuestro caminar. Pidamos a Dios que nos conceda tener, como ella, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en la caridad.
Que Dios bendiga a cada uno por su generosidad y le colme con toda clase de bienes.
† Bernardo Álvarez Afonso
Obispo Nivariense
