En la tarea de caminar juntos estamos con Pedro y bajo Pedro. Los obispos de las diócesis de España hemos iniciado esta semana la llamada visita ad limina, es decir, la peregrinación a las tumbas de los santos apóstoles Pedro y Pablo, para encontrarnos con el Papa, presentarle el estado de las diócesis y recibir sus orientaciones en la misión evangelizadora que debemos impulsar en cada iglesia particular en comunión con la Iglesia universal. La visita ad limina hace visible la solicitud del Sucesor de Pedro por todas las iglesias, a la vez que permite renovar la adhesión cordial a su persona y a su magisterio. El Papa, en cuanto obispo de Roma y Sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de todos los fieles que formamos el Pueblo de Dios. Por eso, no es posible ser católico sin la adhesión afectiva y efectiva al Papa.
Desde la última visita ad limina, realizada en el año 2014, hay un dato doloroso y preocupante en nuestra diócesis de Asidonia-Jerez, común a la práctica totalidad de las diócesis en España: la caída creciente del número de matrimonios, canónicos y civiles, con el deterioro dramático de la familia y del entorno que hoy encuentran los niños al nacer. Entre las causas de esta situación, tres son las determinantes: el falseamiento del matrimonio, el miedo al fracaso y la creciente incapacidad de los jóvenes para asumir compromisos estables. Necesitamos vivir en la verdad para no perder la libertad.
Al Hijo de Dios que reconocemos hecho niño por amor a nosotros en Belén, pidámosle la valentía para proclamar al mundo el evangelio del matrimonio y de la familia. Pidámosle que la visita ad limina refuerce los vínculos de comunión en el seno de nuestra Iglesia diocesana para que aprendamos a caminar juntos con Pedro y bajo Pedro.
+ José Rico Pavés
Obispo de Asidonia-Jerez