Carta del obispo de Almería, Mons. Adolfo González, a los sacerdotes y a todos fieles diocesanos, a modo de crónica conclusiva de la Beatificación de los Mártires de Almería del siglo XX
Queridos sacerdotes y diocesanos:
Una semana después del sábado memorable de la Beatificación de los Mártires de Almería, siguen llegando los ecos de un acontecimiento eclesial que ha devuelto a muchos la esperanza en el valor del testimonio, justo cuando la tentación es la de silenciarlo, la de no hablar en su nombre, como decía Jeremías asustando por las reacciones que desencadenaba la proclamación profética de la palabra del Señor. La palabra que el pueblo elegido no quería escuchar y cuyo rechazo le llevó al destierro y a la cautividad babilónica. Son muchas las oposiciones a la serena audición del Evangelio, por eso el arrojo de los mártires y su audacia espiritual mueve las cobardías del corazón.
La solemne Misa de Acción de Gracias
De la solemne Misa de Acción de Gracias del domingo 26, al día siguiente a la Beatificación en el Palacio de Congresos, hablan los hechos por su propia contundencia y la página web de la diócesis ha venido recogiendo ecos y noticias hilvanados en una amplia crónica que ha dado cuenta del acontecimiento. La Misa se celebraba a las 11,30 h., siguiendo el horario de los domingos en la Catedral. Es la misa estacional que celebro como Obispo cuando no celebro en las parroquias o me encuentro en visita pastoral. Como ya se ha hecho notar en distintos medios, la Catedral estaba abarrotada, y con previsión se habían terminado de instalar en el recinto catedralicio pantallas de circuito cerrado que ya quedan instaladas de manera permanente, como se ha hecho ya en algunas catedrales y en iglesias de gran aforo para la asamblea litúrgica, pero donde la arquitectura de tres naves impide la visión, fundamental para la participación en la asamblea, desde todos los espacios del recinto. En las catedrales españolas que conservan el Coro Capitular en el centro del espacio sagrado se produce de hecho una dificultad añadida.
Más de 1.200 personas pudieron darse cita en la Misa de acción de Gracias, para bendecir al Señor por el don de gracias que está siendo para la Iglesia diocesana esta Beatificación. Los peregrinos de etnia gitana habían partido de mañana para celebrar en Guadix, ciudad donde la población gitana tiene una historia propia en las cuevas que en el pasaron habitaron como recurso último de tener un hogar familias nutridas de hijos y con hondo sentido de los lazos que unen por la sangre y la cultura a los miembros del clan familiar. Esas cuevas fueron objeto de predilección del santo sacerdote mártir en Madrid san Pedro Poveda, apóstol, pedagogo insigne de la fe y fundador de la Institución Teresiana, cuya memoria encabeza entre los santos y beatos mártires la fecha litúrgica del 6 de noviembre, establecida en España para la memoria colectiva de todos los que en la persecución del siglo XX dieron su vida por Cristo.
Con estas letras se agrega aquí el texto de la homilía que pronuncie en la Misa de Acción de gracias, correspondiente al IV domingo de Cuaresma, el llamado domingo «de caeco nato» por leerse en este domingo. El ciclo cuaresmal que estamos leyendo es el que recoge, dentro del plan catequético y litúrgico de la Cuaresma, la serie de evangelios de la tradición catecumenal de la Cuaresma, colocando en el cuarto domingo el evangelio del ciego de nacimiento. Se trata de una de las narraciones del cuarto evangelio, el conocido como evangelio de san Juan, con claro carácter alegórico del misterio de Cristo, luz de vida eterna que ilumina al que se ha de bautizar, haciéndolo pasar, por medio de la acción del Espíritu Santo, de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia: luz que ilumina la existencia redimida del que se sumerge en el rito sacramental del bautismo.
Fecha de la memoria litúrgica y oración colecta de los Mártires de Almería
Esta la memoria general para España tiene sus modulaciones propias en las diócesis, como en el caso de la diócesis de Almería a partir del próximo 6 noviembre de 2017. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha aprobado para la diócesis de Almería la memoria del «Beato José Álvarez-Benavides y de la Torre y compañeros mártires» con el carácter de memoria obligatoria. En el rescripto de la Congregación enviado al Obispo de Almería no se indica el número de los mismos, para que junto con los 115 mártires de esta Causa puedan incluirse todos los mártires almerienses del siglo XX, como los ya beatificados en Roma y Tarragona; de hecho, ya incluidos en la memoria del 6 de noviembre con la aprobación en su día del Calendario litúrgico particular de la diócesis almeriense.
Es el caso de los beatos Andrés Jiménez Galera, presbítero y mártir; José María de la Virgen Dolorosa Álamo Jiménez y Feliciano (Francisco) Martínez Granero, religiosos y mártires. Quedan fuera de esta memoria aquellos mártires cuya memoria estuviera ya fijada con anterioridad a la determinación de la fecha del 6 de noviembre por la Congregación para los mártires de España en el siglo XX. Es el caso del beato Obispo Diego Ventaja Milán, de especial significación eclesial para la diócesis de Almería, cuya memoria obligatoria se celebra el 30 de agosto, día de su martirio o dies natalis, es decir, su día natal para la vida eterna. También es el caso del beato Cecilio López y López, religioso y mártir, cuya memoria libre se celebra el 30 de julio en el calendario particular de Almería; y el caso de la memoria de la beata Josefa Ruano García, virgen y mártir, fijada en su día para el 22 de septiembre; esta última también memoria libre.
Junto con la fecha de la memoria, la Congregación para el Culto Divino ha aprobado asimismo la oración colecta llamada así por recoger el sacerdote en ella, al comienzo de la Misa, la plegaria que aúna la entera súplica de la asamblea. Para mayor aclaración, se ha de observar que me refiero a la oración que sigue a las invocaciones, una vez terminado el acto penitencial: los Kyrie (Señor, ten piedad) y al Gloria, en el caso de las fiestas y solemnidades. Debe tenerse en cuenta que los Kyrie no forman parte del acto penitencial siempre, sino sólo cuando forman parte de las súplicas penitenciales que los incluyen. Por tanto, estas invocaciones, que por su misma antigüedad son una verdadera joya litúrgica, ya que proceden de los primeros siglos y se han conservado en griego, no deben suprimirse nunca, a no ser que formen, como decimos, parte de dichas súplicas penitenciales, tal como establece la rúbrica del Misa Romano. Esta oración se hará llegar a todas las comunidades parroquiales y conventuales en la doble versión latina y española para su conocimiento, pudiéndose asimismo rezar para pedir la intercesión de los Mártires de Almería; no obstante, me ha parecido oportuno adelantar aquí su versión en lengua española:
«Dios, Padre nuestro,
Que a los beatos José, presbítero,
Y compañeros mártires,
con la ayuda de la Madre de Dios,
los llevaste a la imitación de Cristo
hasta el derramamiento de la sangre,
concédenos, por su ejemplo e intercesión,
confesar la fe con fortaleza de palabra y de obra.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos».
Cualquiera puede ver que ha variado ligeramente en algunos matices, además de la referencia a los nuevos beatos, de modo que se pueda mantener la unidad de una oración colecta igual para la memoria litúrgica de los Mártires del siglo XX en España.
La música en la Misa de Acción de Gracias
Volviendo a la Misa de Acción de Gracias, no quiero pasar por alto la magnífica interpretación de la orquesta joven y coro de la Escuela Municipal de Música de Roquetas de Mar, dirigida por don Alejandro Torrente Toledano, con la colaboración del organista de la Catedral, don Miguel Ángel Parrón. Fue ésta la orquesta y el coro que estrenaron el Himno a los Mártires en la velada de preparación a la Beatificación en el auditorio de Roquetas de Mar.
Quede para el recuerdo consignado el programa musical de esta Misa estacional y de Acción de Gracias, celebrada en la Catedral de la Encarnación el día 26 de marzo, IV domingo de Cuaresma. Abría la celebración a las 11,30 h. el «Laudamus Te» de Vivaldi (para 2 sopranos solistas y orquesta). Los Kyrie fueron los de la Misa de la Coronación, de Wolfgang A. Mozart (para orquesta, coro, soprano y tenor solistas). Cantó el salmo conforme a la melodía litúrgica Julia López López de Almería. La liturgia eucarística, mientras se oficiaba el ofertorio, la orquesta y el coro interpretaban el «Sancta Mater, istud agas», pieza del «Stabat Mater Dolorosa», de Giovanni Battista Pergolesi (con intervención de soprano y mezzosoprano solistas). El «Sanctus» lo fue de la Misa en do mayor de Charles Gounod, para orquesta y coro. Siguió el «Agnus Dei» de Tomaso Albinoni, para orquesta y coro (con intervención de soprano y mezzosoprano solistas). Siguieron los cantos de comunión, con la muy bella interpretación del «Panis angelicus» de César Auguste Franck. Finalmente, al acabar la celebración eucarística, tras el canto de la antífona mariana de Cuaresma «Ave, Regina caelorum» a la Santísima Virgen, Reina de los Mártires, orquesta y coro, con la intervención de órgano y conjunto instrumental, interpretaron el Himno de los Mártires de Almería, con música coral del sacerdote diocesano Mons. Bernardo Ávila Ortega, y letra del Canónigo Maestro de Capilla de la Catedral Juan Torrecillas Cano.
Ciertamente, no me equivocaré si digo que tanto la Misa de Beatificación como la Misa de Acción de Gracias serán difícil de olvidar. La liturgia tiene por sí misma una poderosa fuerza evangelizadora, porque de ella emana la misión y a ella tiende toda la vida cristiana, por ser, como dejó dicho el Vaticano II, la fuente y el culmen de la vida cristiana. La bella ejecución de la sagrada liturgia introduce en la experiencia de la salvación que nos llega por medio de los sacramentos de la Iglesia. En el desarrollo de la acción litúrgica tanto el canto gregoriano, como «propio de la Iglesia romana», como la polifonía sagrada contribuyen a que la liturgia exprese con mayor delicadeza y bella ejecución los misterios de la fe, de suerte que, tal como el Concilio afirma, «la tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la liturgia solemne» (Constitución Sacrosanctum Concilium, n. 112).
Las acciones que aún esperan su término
Concluida la Beatificación y la Misa de Acción de Gracias, las tareas siguen y están en marcha aún algunas exhumaciones y tareas de limpieza y consolidación de los retos mortales de los mártires, de los que se han de segregar algunas reliquias. La mayoría serán trasladados a la cripta martirial de la iglesia de San Miguel de las Salinas, en Cabo de Gata. La cripta adaptada y ornamentada al efecto será meta de peregrinación para cuantas personas y grupos parroquiales, apostólicos o de comunidades, para honrar la memoria de los mártires y suplicar su intercesión. La singular belleza del paraje y el acondicionamiento de una cripta tan idónea como la existente en la iglesia de san Miguel, ahora mejor acondicionada, así lo han aconsejado. En algunos casos, cuando se trata de mártires que ya tenían un lugar en las iglesias, los restos serán depositados en ellas.
Reliquias de los mártires de cuyos restos se dispone serán incluidas en una urna martirial para ser venerados en una capilla dispuesta a tal efecto en la S. A. I. Catedral. El número de mártires identificados y cuyos restos son conocidos no llegan a un tercio de los 115, ya que de muchos de ellos no se conoce su sepultura, porque fueron sepultados en lugares desconocidos y fosas comunes tras el martirio, y algunos fueron trasladados a los columbarios del Valle de los Caídos. Esta colocación de las reliquias en la Catedral se complementará con la entrega de algunas reliquias insignes que, en su momento, se hará a las parroquias de nacimiento y martirio de los beatos, para que puedan ser veneradas por los fieles.
Quiera el Señor bendecir todos los esfuerzos y la generosa colaboración de cuantos han dado lo mejor de sí mismos con motivo de la Beatificación. A todos el Obispo y el presbiterio, actores de esta Causa martirial debemos agradecimiento y, al tiempo que nos confiamos a su constante oración por los ministros de la Iglesia, los encomendamos a Dios poniendo la intercesión de los nuevos beatos junto a la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Reina de los Mártires, para que el Mediador único entre Dios y los hombres, Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote incorpore a su mediación cuanto a su sagrada pasión han sumado los mártires uniendo su sacrificio al del Señor y a los dolores de la Virgen Madre del Redentor.
Con mi afecto y bendición.
+Adolfo González Montes
Obispo de Almería