Carta semanal del Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández González.
Queridos hermanos y hermanas:
En estas semanas hemos recibido el texto de los Lineamenta del próximo Sínodo de los Obispos -XIV Asamblea General Ordinaria- sobre «La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo», que se celebrará en octubre de 2015. Es un texto para leerlo, meditarlo, estudiarlo por grupos, hacerlo materia de oración personal y redactar las sugerencias que Dios pueda inspirarnos para aportarlas con humildad y valentía a la Secretaría General del Sínodo.
Nosotros estamos con el Papa. A él ha encomendado Cristo apacentar su Iglesia universal, y nos sentimos gozosamente ovejas de este rebaño, miembros vivos de este Pueblo de Dios, conscientes de que la comunión con Cristo pasa por la comunión afectiva y efectiva con el Sucesor de Pedro y con la Iglesia. El Papa nos pide atención a este tema de la familia y de la vida, que abarca tantos aspectos y que es troncal en la vida de la Iglesia y de la sociedad. El plan de Dios sigue vigente: Dios quiere hacer felices a los hombres en la tierra y en el cielo. Y un campo privilegiado de esa felicidad es la familia, donde cada uno es acogido, amado, acompañado, sostenido en las penas y en las alegrías, en la salud y en la enfermedad todos los días de su vida.
La familia es uno de los más grande dones de Dios, constituida a imagen de la Trinidad y hogar de convivencia para el crecimiento y la protección del ser humano, es la «Iglesia doméstica» santificada por el sacramento del matrimonio. Las grandes aspiraciones del corazón humano, a ser amado plenamente y a amar hasta dar la vida, encuentra su lugar apropiado en la familia. En el seno de la familia brota la vida, los nuevos seres que vienen a enriquecer la familia humana. Y la primera transmisión de la fe se realiza en el seno de la familia. Se trata, por tanto de un tema que a todos afecta y que tiene una gran proyección en la sociedad y en la historia.
En cada época la familia ha tenido sus logros y sus dificultades. Hoy también tiene los suyos. El Papa Francisco, en línea con las grandes aportaciones del Concilio Vaticano II, de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, ha querido afrontar este tema y nos invita a todos a la reflexión para que podamos aportar y hacer nuestro el trabajo sinodal. «Caminar juntos», eso es un Sínodo. No es una sesión parlamentaria, de mayorías y minorías, de grupos de poder o de círculos mediáticos. Las decisiones no provienen por vía democrática, sino de la fidelidad a Cristo y a los hombres de nuestro tiempo a quienes la Iglesia quiere servir la verdad y la belleza de la familia. Es por tanto el Papa el que tiene la responsabilidad de las decisiones, y por eso quiere escuchar a todos para darnos a todos una respuesta a los retos que la familia plantea hoy.
Acojamos con interés este documento que nos prepara para el Sínodo. Aportemos lo que podamos, después de madura reflexión, diálogo y oración. Que todo este trabajo nos haga sentir y vivir la comunión eclesial en la fe y en el amor cristiano, para vivir mejor cada día la gracia de la familia y poder anunciar a otros la belleza de este camino, inventado por el mismo Dios, que quiere hacer felices a todos los hombres.
Además de la libertad de cada uno de hacer llegar sus sugerencias directamente a la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, en el Vaticano, se nos sugiere la vía de enviarlas a través de la Conferencia Episcopal Española, y, y si así se desea, a la diócesis de Córdoba -al Vicario General-, antes del 15 de marzo de 2015, que las hará llegar a su destino. Gracias a todos por el interés y la oración que pongáis en todo este proceso. Estad seguros que producirá su fruto.
Recibid mi afecto y mi bendición.
+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba