Carta del Obispo de Málaga, D. Antonio Dorado Soto. ¡Sed muy bienvenidos todos los que habéis elegido la provincia de Málaga y la ciudad de Melilla para disfrutar de unos días de descanso!
En mi condición de Obispo de la Diócesis, os saludo con afecto de hermano, al mismo tiempo que os ofrezco mi oración y mi humilde servicio. Dada la riqueza humana, cultural y geográfica de esta tierra, supongo que cada uno busca lo que más le atrae: unas gentes acogedoras y entrañables; un paisaje en el que se combinan la vega, el mar y la montaña; unas aldeas exponentes del buen gusto del arte popular y de tradiciones ancestrales; una posibilidad especial para la práctica de ciertos deportes; una tierra, en fin, de pintores y escritores excepcionales.
Pero como sucede muchas veces, lo esencial es invisible a los ojos. Y entre lo más característico y profundo de nuestra gente, hay también una honda tradición de vida de fe. Lo podéis comprobar en la misa del domingo de nuestras parroquias. Estéis donde estéis, siempre vais a tener una de ellas cerca; y en la mayoría de los hoteles os pueden informar de los horarios de las misas. Precisamente los católicos hemos centrado, este año, nuestro esfuerzo en dar más esplendor y hondura a la celebración de los misterios de la fe y en resaltar la centralidad del domingo, como jornada de oración, fiesta, convivencia familiar y alegría. Es un compromiso de todas y cada una de las parroquias, aunque cada comunidad lo viva de acuerdo con sus posibilidades.
En este sentido, no sólo os acogemos, sino que os agradecemos también lo mucho que aprendemos de vosotros y de las iniciativas que nos traéis de otras partes de España y de otros países. Algunos sacerdotes me dicen que muchos termináis por convertiros en un miembro más de la parroquia, y se sienten agradecidos cuando vais a saludarlos a vuestra llegada y cuando os despedís hasta la próxima ocasión. También, cuando los que venís por vez primera no os conformáis con participar en la Eucaristía, sino que os acercáis a saludar al párroco. Es el estilo propio de los cristianos, ya que nosotros no somos unos simples usuarios de los servicios locales, como la persona que acude a un concierto o a un acto deportivo, sino que somos hermanos, hijos de una misma Iglesia, que se congregan para celebrar los misterios de su fe.
Por lo demás, encontraréis en el sacerdote una fuente de información desinteresada. Él os indicará cómo podéis visitar a Nuestra Señora de la Victoria, Patrona de Málaga, y a la Virgen de la Paz, en Ronda. También, cómo y dónde podéis visitar algunos templos de los más artísticos de la diócesis, o algunas ermitas tan emblemáticas como la de Cártama y la de Archidona; o ruinas tan entrañables como las de Bobastro, donde se refugiaron los cristianos durante la persecución, en tiempos de la edad media, y donde caminó hacia los altares una mujer fascinante, santa Argentea… Y dado que muchos sois miembros vivos de vuestras comunidades de origen, quizá deseéis entrar en contacto personal con miembros de los diversos grupos que trabajan en las parroquias, como los catequistas, los voluntarios de Pastoral de la Salud o los que visitan a los presos y colaboran en servicios de Cáritas…
Espero que todos os encontréis a gusto entre nosotros. Los católicos, como hermanos en el Señor; y los que profesáis otras creencias o no confesáis ninguna, como personas que disfrutan de lo que tal vez consideráis como simple cultura y nosotros hemos erigido como expresiones de fe. A todos os doy la bienvenida y os deseo una estancia llena de alegría y de paz entre nosotros.
+ Antonio Dorado Soto
Obispo de Málaga