Queridos diocesanos:
En esta Jornada, que cada año nos abre la puerta a la solidaridad entre todas las comunidades de nuestra Diócesis, hay asuntos y problemas que, a veces, nos quitan el sueño. Normalmente, estos, unos de más envergadura y otros más sencillos, siempre requieren la ayuda de todos. En la Iglesia del Señor que está y actúa entre nosotros en el Santo Reino de Jaén, en el conjunto fraterno y sinodal de todas las parroquias e instituciones, lo que nos preocupa a unos le preocupa a todos los demás. Juntos construimos nuestros sueños y juntos reparamos lo que nos pueda quitar el sueño.
Este año lo que se expone y para lo que se pide una ayuda, especialmente generosa, son las obras de consolidación del templo de Santiago Apóstol de Jaén. Se trata de un complejo pastoral relativamente reciente que, por circunstancias geológicas no previstas en su momento, ha presentado síntomas peligrosos de derrumbe. Justamente ahora, cuando aún la comunidad y la Diócesis estaban haciendo el esfuerzo de terminar de pagar la deuda de la primera construcción, necesariamente tiene que abordar una costosísima obra de consolidación que asegure el edificio.
Tras mucha reflexión con sentido de responsabilidad y sentido de Iglesia, todos hemos llegado a la conclusión de que ese templo hay que mantenerlo en pie en lo material, espiritual y pastoral. Necesitamos, para eso, la aportación de muchos; la comunidad y la Diócesis no pueden asumir solas tal alto presupuesto. Pido, por tanto, un esfuerzo a todos para que aumente la generosidad en una ayuda sustanciosa que alivie la preocupación de esa joven comunidad parroquial. Muchas gracias a todos, porque sé que cada parroquia hará el esfuerzo de colaborar con la comunidad hermana de Santiago Apóstol de Jaén.
Con mi afecto y bendición.
+ Amadeo Rodríguez Magro
Obispo de Jaén
