El obispo de Guadix ha emitido un decreto por el que se suspenden “los actos y celebraciones organizados por parroquias, Hermandades y Cofradías, asociaciones de fieles u otros grupos eclesiales que, tengan carácter de culto externo, y en general todos aquellos en los que se haga uso de la vía pública”. Sin duda que este decreto tiene como finalidad aclarar qué va a pasar con las celebraciones de Hermandades y Cofradías en la próxima Semana Santa, cada vez más cerca. Así, las procesiones de Semana Santa, como cualquiera de otro tipo que pudiese haber en los próximos meses, quedan suspendidas, como un ejercicio de responsabilidad para hace frente a la pandemia.
En el decreto, el obispo justifica esta decisión por la situación sanitaria y las normas establecidas por las autoridades, con restricciones de movilidad y limitaciones de aforo. También se indica que se ha oído el parecer de los presidentes de las Federaciones de Hermandades y Cofradías de la diócesis, del vicario general, el Consejo Episcopal y el delegado episcopal de Piedad Popular y Hermandades y Cofradías.
Y, como toda dificultad es también una oportunidad, como no se pueden realizar esos actos de culto externo, el obispo anima a los cofrades “a vivir la Semana Santa muy unidos dentro de nuestras comunidades parroquiales, a participar de los oficios litúrgicos del Triduo Pascual y en las celebraciones propias de este tiempo de conversión y preparación a la fiesta vertebral de nuestra fe: la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo”.
También indica que las procesiones y estaciones de penitencia pueden ser “sustituidas por actos litúrgicos y de devoción en las sedes canónicas como en los lugares de culto”. Eso sí, observando siempre la normativa sanitaria vigente y en acuerdo con los párrocos y consiliarios.
Los actos de culto interno, establecidos por las reglas de las Hermandades, podrán celebrarse respetando las medidas sanitarias y los aforos establecidos en el momento. Y para los Cabildos Generales, procesos electorales y otros actos internos, el obispo apela a la responsabilidad de los consiliarios y hermanos mayores, y a que se actúe siempre en diálogo con la delegación diocesana.
El decreto anima a las Hermandades a vivir con intensidad el compromiso con los más necesitados. En este sentido, sugiere la iniciativa de canalizar a través de Cáritas los recursos de las procesiones que no se van a realizar, para ayudar a los más necesitados.
Y termina invitando a rezar por el fin de la pandemia y por los más afectados por ella, vivos y difuntos. En concreto, pide ofrecer las estaciones de penitencia por dos intenciones muy actuales: “para que no se vulnere el derecho a la vida desde el inicio de su concepción hasta su fin natural y por el respeto al derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos”.
Sin duda, un decreto que aclara cómo afrontar los actos de la próxima Semana Santa y da pistas para vivirla con intensidad y sentido a pesar de las limitaciones que impone la pandemia.
Antonio Gómez
El decreto se puede leer aquí