Fernando Ortiz es el más destacado escultor de la Málaga del XVIII y uno de los más relevantes del panorama español del momento. Académico de Mérito por la Escultura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid desde 1756.
Ortiz estuvo vinculado durante un tiempo al Taller de Escultura del Palacio Real dirigido por Giovan Domenico Olivieri. Allí trabajó en el peritaje y reconocimiento de materiales pétreos, así como en algunas labores de estatuaria. A su regreso a Málaga tuvo una nutrida e importante clientela, siendo relevantes sus colaboraciones con la Catedral.
Esta escultura de San José fue donada al templo por el canónigo José María Sánchez en 1889, quien la había tenido en su oratorio particular. Constituye un notable ejemplo de la capacidad del artista para renovar estéticamente el lenguaje de la escultura barroca española, infundiéndole los nuevos aires italianizantes que pudo asimilar durante su estancia en la Corte. La delicadeza y sutileza cuasi rococós, visibles en el tratamiento del rostro y los vuelos del ropaje, conviven con el aspecto pétreo impreso al tratamiento de las telas, recordando tanto las formas del barroco romano como algunas soluciones de la escultura genovesa y napolitana de tanto éxito en la época. El preciosismo se impone a la carga expresiva, a la hora de primar detalles de acusado virtuosismo técnico como las facciones aniñadas, el pintoresco flequillo peinado a base de hebras lacias o las espléndidas labores de carnación y policromía.
Juan Antonio Sánchez López