La iglesia conventual de los carmelitas descalzos de Caravaca acogió el sábado la ordenación sacerdotal de Daniel Bae de la Cruz.
Bajo el amparo de Nuestra Señora del Carmen, el pasado sábado tuvo lugar la ordenación sacerdotal de Daniel Bae de la Cruz, OCD, en el convento carmelitano de Caravaca de la Cruz. Llegados desde diferentes rincones de la geografía española, unos veinte carmelitas descalzos participaron en la celebración, presidida por el obispo emérito auxiliar de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), Mons. Braulio Sáez, OCD, y a la que se sumaron varios sacerdotes del clero diocesano vinculados a Caravaca.
Después de la proclamación del Evangelio, tuvo lugar el escrutinio en el que el obispo preguntó al provincial si el candidato era considerado digno. Tras la respuesta afirmativa, Mons. Sáez eligió a Daniel para el Orden de los presbíteros.
«Hoy es un día de alegría porque el señor sigue bendiciendo a nuestra Iglesia y al Carmelo Descalzo», así iniciaba su homilía el obispo emérito auxiliar de Santa Cruz de la Sierra, recordando a los presentes que es el mismo Dios quien incorpora a su servicio a los sacerdotes. Mons. Braulio Sáez invitó a quienes participaban en la celebración y a quienes la seguían desde casa, a través de la televisión local, a reflexionar sobre el sentido del sacerdocio en la actualidad: «En un mundo que propone lo fácil y que quiere desterrar a Dios, es motivo de alegría que un joven venido de Corea del Sur quiera seguir a Jesús». El obispo carmelita recordó a todos la historia de Daniel, quien era capital del Ejército en su país: «Tú has querido el amor de Dios y por eso has dicho “aquí estoy Señor”. El sacerdote es un capitán, sé capitán al estilo de Teresa de Jesús».
Al finalizar la homilía, Daniel realizó las promesas sacerdotales y la comunidad rezó la letanía de los santos, momento en el que el elegido se postró en el suelo mientras el resto, de rodillas, rezaba por él. Después tendría lugar el momento más importante, en el que se concede el Orden Sacerdotal: la imposición de manos del obispo, y después del resto de sacerdotes, y la oración consagratoria. Tras ese instante, Daniel fue revestido con la estola y la casulla, el obispo le ungió las manos con el Santo Crisma y de él recibió la patena y el cáliz. Concluyó el rito de Ordenación con el abrazo del obispo y de los sacerdotes participantes, como señal de admisión en el ministerio sacerdotal, y Daniel se incorporó al presbiterio para celebrar la Eucaristía por primera vez.
En el momento de la acción de gracias, el nuevo sacerdote recordó a cuantos le han ayudado en su proceso vocacional, a su familia y a las comunidades del Carmelo Descalzo por las que ha pasado. «En todo momento, el Señor me ha sorprendido. Le doy gracias a Dios por llamarme al sacerdocio, Él me dará en abundancia lo que pueda necesitar», destacó Daniel.
En representación de todos los carmelitas descalzos de la Provincia Ibérica de Santa Teresa de Jesús –que aglutina los conventos de España (salvo la Provincia de Navarra), África Occidental y el Vicariato en Bolivia, Paraguay y Uruguay– estaba el provincial, Antonio Ángel Sánchez, quien agradeció el cariño de Caravaca hacia los carmelitas descalzos: «Ha sido un día de gracia, una celebración como la suelen hacer nuestros frailes, sencilla pero muy emotiva, y, a pesar de las limitaciones del aforo, acompañados por los fieles de Caravaca, los sacerdotes de la ciudad y parte de nuestros hermanos. Una celebración en familia».
La entrada «El sacerdote es un capitán, sé capitán al estilo de Teresa de Jesús» aparece primero en Diócesis de Cartagena.