Nueva entraga de la sección semanad Vivir la Liturgia, del sacedorte Javier Sánchez
Fue tradicional celebrar una Vigilia de oración u Oficio divino ante las reliquias la víspera de la dedicación de un nuevo templo, realizándola en una iglesia distinta, en una capilla cercana, desde donde al día siguiente se trasladarían en solemne procesión.
Famosa, y casi paradigmática, fue la vigilia que organizó san Ambrosio en Milán. Encontró los restos de los mártires Gervasio y Protasio, y antes de trasladarlos a la nueva Basílica que iba a consagrar, celebró una vigilia, en la que ocurrieron milagros con las reliquias: “La gente acudió en masa durante los dos días. Acomodamos todos los huesos en orden y los llevamos a la Basílica de Fausta y allí mantuvimos vigilias toda la noche” (Ep. 22,2).
En su ciudad episcopal, san Gregorio de Tours dedicó la iglesia de san Julián depositando en ella las reliquias del mártir, ante las cuales la noche anterior se había tenido una vigilia, en la basílica de san Martín: “Depositis… sacrosanctis reliquiis, vigilata nocte, cum grande psallentio”.
La Liturgia bizantina igualmente conoce esa Vigilia de oración ante las reliquias: “El mismo día de la consagración de la casa de oración, se celebran las Vísperas y la Vigilia en una de las iglesias vecinas al oratorio consagrado; la iglesia recibe el nombre del Heraldo de la asamblea y en ella se exponen públicamente las santas reliquias. El patriarca llega al amanecer” (Eucologio Barberini, n. 148), y ora ante las santas reliquias.
El Pontifical romano de Trento ordenaba la Vigilia previa ante las reliquias: “Y se celebren vigilias ante las Reliquias, y se canten los Nocturnos, y las Laudes matutinas, en honor de los Santos cuyas reliquias están reservadas”.
Actualmente, el precioso rito de la dedicación de una iglesia “empieza con las primeras Vísperas. Si se van a colocar reliquias debajo del altar, es muy conveniente celebrar una Vigilia junto a las reliquias del mártir o del santo, lo cual se puede hacer muy bien celebrando el Oficio de lectura, tomado del Común o del Propio conveniente” (RDIA, rúbrica n. 19; cf. CE, n. 870).
Cuando se vaya a consagrar un nuevo altar o dedicar una nueva parroquia, se comenzará entonces la tarde o noche anterior con la Vigilia de oración (Oficio de lecturas, por ejemplo) ante las reliquias, depositadas éstas entre cirios y flores, con honor en un pedestal o lugar semejante.
¿Sabías que participar es diferente de “intervenir”?
“De la participación activa de todos los fieles, no se deduce necesariamente que todos deban realizar otras cosas, en sentido material, además de los gestos y posturas corporales, como si cada uno tuviera que asumir, necesariamente, una tarea litúrgica específica. La catequesis procure con atención que se corrijan las ideas y los comportamientos superficiales” (Inst. Redemptionis sacramentum, n. 40).
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