Mons. Saiz Meneses ha realizado un recorrido por varios puntos neurálgicos de la religiosidad popular sevillana, de la Macarena a la basílica del Cristo de la Expiración, pasando por el templo de la calle Pureza. La jornada vespertina comenzó a las cinco y media con la llegada del arzobispo a la basílica Macarena. Acompañado del delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Marcelino Manzano, y del presidente del Consejo General de Hermandades, Francisco Vélez; fue recibido en el atrio por el hermano mayor, José Antonio Fernández; y el rector del templo, Antonio Mellet.
Tras unas breves intervenciones del hermano mayor y el rector, monseñor Saiz tomó la palabra para agradecer la acogida y recordar que es hermano de la corporación desde 2019. En referencia a sus primeras impresiones desde que tomara posesión de la Archidiócesis el pasado sábado, subrayó que “me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad”. la visita concluyó firmando en el libro de honor de la hermandad y el paso por el camarín de la Virgen.
De la Macarena a la capilla de los Marineros. Fue recibido por el vicario parroquial de Santa Ana, Idelfonso Milla; el hermano mayor, Sergio Sopeña, y miembros de la junta de gobierno de la corporación trianera. El hermano mayor informó de la extensa obra social y formativa que apadrina la corporación de la Madrugá, y al finalizar intervino el arzobispo, que afirmó que “hemos de dar razón de nuestra fe y nuestra esperanza. María nos guía y nos enseña a ser sembradores de esperanza en el mundo y nos lleva al encuentro del prójimo”. la visita concluyó con un recorrido por el Museo de la hermandad, donde también dejó su firma en el libro de honor. La hermandad obsequió a monseñor Saiz con una cruz pectoral.
Finalmente, la comitiva se desplazó a la basílica del Cristo de la Expiración (El Cachorro). Allí le esperaban el hermano mayor de la hermandad del Viernes santo, Marcos Talavera; y el párroco de La O, Óscar Díaz. Mismo ritual que en las dos citas anteriores, con un discurso del arzobispo, que agradeció que en las hermandades de Sevilla se fomenten los tres pilares de la fe: vida sacramental, caridad y formación. “Hemos recibido una llamada al apostolado, a ser luz y sal en nuestra sociedad, que necesita un cambio significativo. El Señor nos enseña desde la cruz a dar la vida por el otro”, concluyó.
En todas sus visitas destacó la alta valoración que le merece el trabajo que se lleva a cabo en el seno de las hermandades y afirmó que “promoveré y defenderé” a las hermandades de Sevilla.
Galería de la visita a la Basílica de la Macarena.
Galería de la visita a la Capilla de los Marineros.
Galería de la visita a la Basílica del Cristo de la Expiración.