Julio de la Vega-Hazas
Las parábolas de Jesús de Nazaret
Madrid, Rialp, 2021
Las teorías literarias, retóricas y pedagógicas coinciden en que las narraciones de episodios reales o ficticios constituyen los procedimientos más eficaces para que los oyentes presten atención, retengan en sus memorias y se identifiquen con los mensajes que se les proponen. Las historias de las diferentes civilizaciones muestran cómo las obras literarias están elaboradas con trozos de las experiencias cotidianas en los que se formulan conceptos, juicios e imaginaciones cuya finalidad es generar sensaciones, estimular emociones y proponer ideas que orienten los comportamientos humanos. Esta realidad histórica nos demuestra que los seres humanos, además de trabajar y de luchar para ganar el pan, vivimos para tener historias que contar, para referir y para reinventar lo que hemos vivido. Narrar episodios es, efectivamente, vivir y hacer vivir la aventura humana.
En este contexto teórico e histórico es, a mi juicio, en el que hemos de situar las parábolas de Jesús de Nazaret como un gran «narrador de parábolas», como un creador literario, como un poeta‒profeta que proclamaba (actualizaba, revivía y creaba) el misterio de Dios y de su obra desde la trama y proyecto central de su vida. Éste fue también el primer lenguaje de la Iglesia primitiva orientado a la conversión y al compromiso de los creyentes.
Las parábolas son quizás el elemento más característico de la doctrina de Jesucristo consignada en los Evangelios. En su conjunto, a pesar de los retoques que han experimentado durante su transmisión, presentan el sello del “estilo” de Jesús de Nazaret y el impacto sobre la imaginación hizo que se fijaran en la memoria colectiva de los creyentes.
Este libro, en el que el autor analiza, explica y actualiza los mensajes de las parábolas nos puede servir para recuperar el lenguaje vivo y creador de la Iglesia, en este siglo XXI. Jesús no sólo enseñó, sino que, además, nos enseñó a enseñar. Con sus palabras concretas y sencillas nos explica ideas sólidas y nos ofrece unas sugerentes pistas para resolver los graves problemas sociales y familiares: unos criterios y unas pautas concretas para orientar reformas que orientaran nuestras vidas humanizando un mundo deshumanizado.
José Antonio Hernández Guerrero