En un gesto de fraternidad común, miembros de la Iglesia Católica de Granada y la comunidad islámica en nuestra ciudad compartieron una cena juntos, por invitación de la Federación Musulmana de España (FEME), para celebrar el final del Ramadán.
La cena tuvo lugar hace unos días, para celebrar juntos la fiesta del “Id Al-Fitr”, que marca el final del Ramadán, el mes de ayuno y oración de la comunidad de creyentes islámicos.
A este encuentro conjunto asistió por parte del Arzobispado el Vicario General, D. Francisco Javier Espigares Flores, en nombre de nuestro arzobispo D. Javier, invitado por la FEME y que no pudo asistir. Por parte de la Federación, asistió su presidente, el imán Mohammed Kaleem Mirza. Les acompañaron representantes de esta Federación y miembros de Scholas Granada, la entidad pontificia presente en nuestra diócesis promovida por el Papa Francisco para el diálogo entre los jóvenes de distintos niveles económicos y distintas tradiciones religiosas y culturales.
Con este gesto, continúa el camino fraterno expresado recientemente por ambos durante el encuentro de arte y diálogo religioso e intercultural celebrado en Granada, organizado por el Arzobispado de Granada. Una cena en la que estuvieron acompañados por distintos miembros de las comunidades islámicas, de la FEME, y miembros de Scholas Ocurrentes en Granada.
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA
Con motivo de esta fiesta que marca el final del Ramadán, la Conferencia Episcopal Española, a través de la Subcomisión de Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso, envió recientemente un mensaje de “fraternidad y estima” a las comunidades de musulmanes que viven en nuestro país.
Firmado por Monseñor Adolfo González Montes, Obispo de Almería y Presidente de la Subcomisión, el documento recuerda el mensaje homólogo del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, titulado «Cristianos y musulmanes: testigos de la esperanza», y se dirige a todos los musulmanes «como signo de agradecimiento».
«En estos momentos de dificultad y de prueba en los que tantas personas, en todo el mundo, están sufriendo a causa de la pandemia elevamos nuestra oración al Dios misericordioso para que nos consuele y nos haga testigos y restauradores de la esperanza», la esperanza que «proviene de la confianza en el amor y la preocupación de Dios por todas sus criaturas», recoge el texto. «Que Dios los bendiga y los proteja», concluye el mensaje.
Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social