«¡Despertad caravaqueños, despertad a la fe!, ¡poneos en pie y anunciad el tesoro de gracia que habéis recibido!». Así se dirigía el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, el pasado lunes, 3 de mayo, a los caravaqueños en el día de su patrona, la Vera Cruz, en la misa pontifical que tuvo lugar en la Parroquia de El Salvador de Caravaca. «Pido a Dios que, al venerar el signo de la cruz, os conceda el Señor un corazón grande para amar, capacidad para percibir las necesidades de los hermanos y la fuerza necesaria para ayudarles».
De forma especial, los caravaqueños han celebrado este año sus fiestas patronales en honor a la Vera Cruz, al menos los actos religiosos, con aforo limitado. Como es tradición, la patrona abandonó su santuario el día 2 por la tarde para bajar a la ciudad que la custodia y venera unos días. El día 3, tuvo lugar la Misa Pontifical por la mañana y por la tarde, el Baño de la Cruz, el rito que da origen a estas fiestas. Los días 4 y 5, tiene lugar la Cruz de Impedidos, el momento en el que la Vera Cruz visita las casas de los enfermos. Este año, se ha desarrollado de forma diferente por seguridad, de manera que la patrona ha visitado los templos de la ciudad y las comunidades de religiosas, así como el hospital. En la tarde de ayer, la Vera Cruz regresó a su santuario y, antes de entrar en la basílica, bendijo Caravaca desde los cuatro puntos cardinales desde las almenas de la muralla que rodea el alcázar.
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