Nada más conocer la desaparición de Oliver en Fuente de Piedra, «los grupos de WhatsApp de la parroquia convocaban a todos a rezar para que regresara sano a casa», explica el párroco, José Miguel Antequera, quien da gracias a Dios tras el feliz desenlace de una tarde dolorosa para todo el pueblo, pues un vecino de 8 años había desaparecido.
«Gracias a Dios todo ha quedado en un susto», añade José Miguel, «todo el pueblo se echó a la calle para buscarlo y, al instante, las cadenas de oración se pusieron en marcha pues a todos nos venían al recuerdo los últimos casos tan dolorosos vividos por varias familias. Ha sido una tarde-noche de preocupación máxima».
Encarni Llamas Fortes