Durante este nuevo año que comenzamos, tendremos la oportunidad de reflexionar y actuar en fechas tan señaladas como la Semana Laudato Si´ en mayo.
El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer, pero no vivir de acuerdo con lo que se cree. Estas palabras de un franciscano y Doctor de la Iglesia, como es San Antonio de Padua, deben hacernos reflexionar sobre muchas de las implicaciones que nuestras creencias deben tener en nuestra vida diaria.
La Encíclica Laudato Si´ no pretende caer en la banalidad, siendo papel mojado. A lo largo de sus páginas se renueva continuamente un llamamiento a la acción y a la implicación de cada uno de nosotros. Debemos huir por tanto de los lamentos alarmistas de un ecologismo vacuo, y comprender cuál es nuestra misión como miembros de una misma familia que comparte una Casa Común, teniendo como referente los valores del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia en una Ecología Integral.
No se puede recorrer este camino de forma superficial, con meras acciones simbólicas ni con continuos debates que redundan en la misma idea. En el V capítulo de la Encíclica, junto con otros documentos publicados por el Vaticano, se despliega ante nosotros una gran variedad de propuestas e iniciativas a las que todos podemos sumarnos; ya sea desde la familia, los centros educativos, parroquias o en el trabajo.
Durante este nuevo año que comenzamos, tendremos la oportunidad de reflexionar y actuar en fechas tan señaladas como la Semana Laudato Si´ en mayo, o el Tiempo de la Creación durante el mes de septiembre. Que sepamos con nuestras acciones, sean grandes o pequeñas, dar verdadero testimonio de nuestra Fe.
Antonio A Garrido Salcedo
Coordinador para España del Movimiento Católico Mundial por el Clima