En la tarde del 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, D. Francisco Jesús Orozco, obispo de Guadix, celebró la Eucaristía en la capilla del monasterio de la Santísima Trinidad de la Madres Dominicas de Baza. Se trataba de una Eucaristía de acción de gracias por la toma de hábito de dos de las hermanas que residen el monasterio: Sor Julietha Gaspery Mosha de las llagas de Jesús OP y Sor Mariana Gerald Mbwambo del Niño Jesús OP. Acompañaron al obispo los sacerdotes de las parroquias de Baza: Emilio J. Fernández, que también es el delegado para la Vida Consagrada y arcipreste de Baza-Jabalcón, y José Díaz y Rafael Tenorio, que son los capellanes del monasterio. También concelebró un padre dominico de la ciudad de Granada, Antonio Larios, quién ha estado dando, durante una semana, ejercicios espirituales a la comunidad y preparando a las dos religiosas para este momento. De acólitos han estado dos seminaristas, que han acompañado al obispo.
D. Francisco Jesús tuvo unas palabras emotivas, cercanas y llenas de esperanza para las madres dominicas y especialmente para las dos hermanas que tomaban el hábito. En la homilía, hizo referencia la singularidad de María Inmaculada, que supo decir “sí” al Señor. María es la nueva Eva. Así pues, María, con su modo de actuar, nos recuerda la gran responsabilidad que cada uno tiene de acoger el plan divino sobre la propia vida, dijo el obispo. María obedeció sin reservas a la voluntad salvífica de Dios, que se le manifestó a través de las palabras del ángel Gabriel, y por ello se presenta como modelo para todos. María, con su “sí” incondicional, se asocia a la victoria de Cristo sobre el pecado de nuestros primeros padres. Su maternidad, aceptada libremente por obediencia al designio divino, se convierte en fuente de vida para la humanidad entera.
También habló el obispo en la homilía del Día del Seminario, una celebración que tuvo que ser aplazada el pasado 19 de marzo al decretarse el estado de alarma sanitaria. D. Francisco Jesús habló de San José, porque, también un 8 de diciembre, en 1870, hace ahora 150 años, el papa Pío IX publicó el decreto Quemadmodum Deus, estableciendo a San José como “Patrono de la Iglesia Universal”. El obispo pidió por los seminaristas de la diócesis de Guadix y puso bajo la protección de la Inmaculada y de San José al seminario.
Rafael Tenorio
Vicario parroquial de la Mayor, de Baza