Guillermo Padilla, Pablo Fernández, Miguel Ramírez, Fernando Suárez, Narcisse Kouame, José Antonio Valls, Isaac González y Bernard Giancarlie son desde hoy los ocho nuevos diáconos que tiene la diócesis de Córdoba. Coincidiendo con la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María se ha celebrado la ordenación diaconal, administrada por el obispo de Córdoba monseñor Demetrio Fernández, en la Santa Iglesia Catedral.
Durante la homilía el prelado ha asegurado que “hoy celebramos la victoria de la gracia sobre el pecado en la figura de María”. “Nuestra vocación es la santidad” ha apuntado el prelado y ha recordado que a pesar de ser pecadores “para Dios no hay nada imposible”. Monseñor Demetrio Fernández ha destacado que es la primera vez que ordena en el primer Templo de la Diócesis a tantos diáconos en un solo día, “sois una gracia de Dios para la Iglesia” les ha recordado.
“Dios no se arrepiente de lo que ha hecho en vuestras vidas” y ha llegado el momento de vuestra consagración a Él “por la acción del Espíritu Santo” ha afirmado el Pastor de la Diócesis. “Os habéis preparado para entregar la vida entera y debéis estar consagrados con alma, vida y corazón”. Monseñor Demetrio Fernández les ha pedido que no olviden la oración “que es el cultivo del trato con Jesucristo”. En el ministerio “hay un pacto de amor que hay que cuidar” y vuestra vida no tiene sentido sin esa relación.
El Obispo ha dado la bienvenida al presbiterio diocesano a los ocho nuevos diáconos y ha confirmado que hoy “Dios abre el cielo de par en par para derramar el Espíritu Santo”. Ha felicitado a los familiares, amigos y compañeros de ambos seminarios en un día “de fiesta grande en toda la Iglesia”.
Los nuevos diáconos, del Seminario Conciliar “San Pelagio” y del Seminario Misionero “Redemptoris Mater San Juan de Ávila”, han recibido el primer grado del orden sacerdotal acompañados de numerosos sacerdotes de la Diócesis, los rectores, formadores y alumnos de los Seminarios y un reducido número de familiares y amigos.