Este domingo se ha celebrado el primer Domingo de Adviento, con el que comenzamos un nuevo Año Litúrgico. En un tiempo en que la pandemia parece haber parado el curso de la vida y llenado de dolor muchos hogares, el Adviento llega para avivar la espera y la esperanza. Este reencuentro con el Adviento es una nueva oportunidad para releer la vida a la luz de Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret y preparar el corazón para el Nacimiento del Señor. Esa ha sido la experiencia de Charo y Dani, joven matrimonio que ha vivido la espera de su hijo Mateo en plena pandemia, entre la esperanza y la alegría por el regalo que llegaba a sus vidas, y el dolor de tantas personas como están sufriendo.
«Se nos regala el amor más puro»
Aquí puedes escuchar el programa IGLESIA NOTICIA emitido en COPE MÁLAGA el primer domingo de ADVIENTO
El color morado viste los templos, se enciende la primera de las cuatro velas de la Corona, comienza un nuevo Año Litúrgico (ciclo B), Marcos nos guiará en los textos del Evangelio… cuatro domingos nos acercan al Nacimiento del Señor. Es Adviento, tiempo de espera y de esperanza.
«¿Qué no habrá Navidad? ¡Claro que sí! Más silenciosa y con más profundidad. Más parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad. Habrá Navidad porque necesitamos una luz divina en medio de tanta oscuridad». Seguro que muchos de ustedes han leído en estos días este texto del sacerdote navarro Javier Leoz que se hizo viral en las redes sociales y hasta tuvo felicitación por parte del papa Francisco. Un texto que rebosa esperanza en este tiempo de pandemia.
En el siglo IV, san Ambrosio, Padre de la Iglesia Católica de la edad de oro de la patrística, junto con san Jerónimo y san Agustín, lanzaba esta recomendación ante la llegada del Adviento: «Que en todos resida el alma de María para glorificar al Señor; que en todos esté el espíritu de María para alegrarse en Dios. Porque si corporalmente no hay más que una madre de Cristo, en cambio, por la fe, Cristo es el fruto de todos; pues toda alma recibe la Palabra de Dios, a condición de que, sin mancha y preservada de los vicios, guarde la castidad con una pureza intachable. Toda alma, pues, que llega a tal estado proclama la grandeza del Señor, igual que el alma de María la ha proclamado, y su espíritu se ha alegrado en Dios Salvador».
Alegrarse en Dios
Es la experiencia que vivieron Charo Molina y Dani Delós, en la espera del nacimiento de Mateo, su primer hijo: «Para nosotros, la espera, en estos momentos tan complicados que estamos viviendo, ha sido difícil pero también ha sido un verdadero regalo. Ha sido muy difícil porque hemos tenido presente cada día a tanta gente que ha estado sufriendo, a tantas familias que no han podido despedirse de sus seres queridos y también a esos trabajadores que han estado en primera línea. Pero también ha sido un “regalazo” porque hemos podido disfrutar como matrimonio el uno del otro, hemos podido prepararnos para esta llegada, este nacimiento tan bonito, y hemos encontrado momentos de oración para dar muchas gracias a Dios por este regalo tan precioso que estábamos esperando, nuestro Mateo».
Dentro de dos días, el 1 de diciembre, Charo y Dani celebrarán el segundo aniversario de boda, su segunda Navidad como casados: «para nosotros, la Navidad es el momento en que, sin que el mundo lo espere, sin que nadie lo haya pedido, recibe el mayor regalo de la historia: la salvación; y se nos regala ”por la cara”, sin merecerlo y sin pedirlo, se nos regala el amor más puro y más humano. Y así es como nosotros estamos viviendo nuestra maternidad y paternidad, viviendo a Mateo como un regalo inmerecido, que no sospechábamos que iba a ser así y que, de alguna manera, a nosotros nos salva y nos llena de felicidad».
Encarni Llamas Fortes