El sábado de Pascua, 18 de abril, estaba prevista la entrega de la Medalla Pro Ecclesia Malacitana a Manuel Gordillo pero, como tantos actos, quedaron a la espera de que las condiciones sanitarias lo permitieran. Cinco meses después, el 12 de septiembre, recibió la Medalla de manos del Sr. Obispo, Jesús Catalá, en la iglesia de San Julián, en la Misa de la festividad de María Reina de los Cielos.
«La vocación de servicio es consustancial a la condición de cristiano»
¿Cómo se sintió al recibir la Medalla?
Fue un momento de gran emoción. En Cuaresma, antes del confinamiento, me llamó un día D. Felipe Reina para darme la noticia, en los cultos de Las Penas. Fue una grandísima sorpresa. Las circunstancias vividas desde entonces hicieron que me olvidase del tema. Pero, pese al tiempo que tuve para asimilar la noticia, cuando llegó el momento de la verdad, el de la imposición, fue algo inenarrable.
¿Cuál es su acción de gracias a Dios?
Doy gracias por los bienes que me ha dado pero, sobre todo por la familia y por los amigos que tengo, muchos de los cuales he conocido gracias a mi participación en la Iglesia.
¿En qué tareas ha colaborado usted, como miembro de la Iglesia?
De niño fui monaguillo en Santa Rosa de Lima, siendo párroco D. Jesús Sánchez, pero también desde esa época comencé a participar activamente en mi querida Congregación de Mena. Mi colaboración con la Iglesia ha sido, fundamentalmente, a través de la Congregación. Siempre he sido un cofrade activo y comprometido con la Iglesia, y con sus pastores, dispuesto a ponerme a su servicio en lo que me pidiesen; no puede ser de otra manera. La vocación de servicio a la comunidad, a la Iglesia, es consustancial a la condición de cristiano. La parábola de los talentos la he tenido siempre presente: me debo exigir en función de lo que se me ha dado, pues así se me exigirá. El reconocimiento que me ha concedido D. Jesús ha sido por mi función como Comisario Episcopal durante algo más de cuatro años en la Hermandad de Las Penas. Fueron tiempos muy difíciles, pero Dios siempre nos recompensa, y he crecido en lo espiritual y me llevo un magnífico grupo de amigos y una nueva familia cofrade.
Cuéntenos un poquito de usted, ¿quién es Manuel?
Soy muy afortunado, pues estoy casado con la mejor esposa y madre que se puede soñar, Belén, y tenemos dos hijos, ya independizados que, por suerte, han salido a ella. Mi hija vive en Londres y mi hijo en Madrid. Quisiera tenerlos cerca, pero es su elección, y soy feliz con que puedan trabajar en lo que ellos quieren. Yo estudié Derecho y he trabajado en el sector financiero y en el ejercicio libre. En la actualidad, estoy jubilado por un problema de salud.
¿Qué es para usted la Iglesia, la parroquia y su cofradía? ¿Podría vivir sin ellas?
Para mí, la Iglesia lo es todo. A ella dedico la mayor parte de mi tiempo, y así lo seguiré haciendo mientras las fuerzas no me fallen. En mi infancia y mi primera juventud viví tiempos muy difíciles para las Cofradías, pero los recuerdo con gran cariño. Lo material estaba en un segundo plano, y se primaba lo espiritual. Aprendí muchísimo de mis mayores.
Creo que el COVID nos está dando un toque de atención. Nuestra misión, como la del resto de la Iglesia, es evangelizadora. Mostrar al mundo a Cristo y su Mensaje. Lo material es completamente secundario. De un tiempo acá es cierto que se ha mejorado muchísimo el patrimonio y la estética de los cultos internos y externos. También se ha avanzado mucho en la caridad. No digo que no sea bueno tanto lo uno como lo otro, pero lo primero y principal, la tarea evangelizadora, no va al mismo ritmo. Ahí tenemos una gran responsabilidad los cofrades, por supuesto, pero también los directores espirituales. No digo que no haya excepciones, que las hay, pero desgraciadamente es lo que veo en general (y no solo en Málaga, sino también en otras ciudades hermanas andaluzas). No tenemos más que acercarnos a los cultos de cualquier Hermandad o Cofradía un día que no sea el de la Función Principal. Dedicamos muy poco esfuerzo a nuestra tarea formadora y evangelizadora.
La Congregación de Mena esto siempre lo ha tenido muy claro, y no perdemos la oportunidad de acercar a Cristo y a su Madre tanto a los miembros de La Legión como de la Armada Española. Es la parte que menos se ve, pero es nuestra auténtica razón de ser.
Encarni Llamas Fortes