Bajo el lema “Sosteniendo una buena causa. ¿Nos ayudas?”, la Iglesia malacitana pone en marcha, un año más, la campaña Pro Templos, cuyo objetivo es «recaudar fondos para mantener las iglesias y ermitas de la diócesis, a través de una colecta especial el domingo 9 de agosto que se destina a la restauración de inmuebles que no pueden acogerse a otras subvenciones», explica el ecónomo diocesano, Rafael Carmona.
Aquí pueden descargar el cartel de la Campaña Pro Templos 2020
Según las cifras ofrecidas por la Administración Diocesana, en los últimos dos años se han invertido 5.010.619,05 € en más de 50 templos y edificios de la diócesis. Las obras de mantenimiento han consistido, sobre todo, en retejados, cosidos de muros y bóvedas, arreglo de grietas y filtraciones y reparación de pavimentos.
«La colecta que se viene realizando el segundo domingo de agosto pretende sensibilizar acerca del patrimonio diocesano y recaudar fondos que permitan intervenir en los inmuebles que necesitan ayuda urgente», afirma el ecónomo diocesano, y añade que «en estos momentos, 13 templos que son testimonio de fidelidad recibido de nuestros mayores corren riesgo de ruina inminente, de ahí que la diócesis haga un llamamiento a la solidaridad para impedir que esos edificios se vengan abajo o que los pequeños desperfectos provoquen a medio o largo plazo un problema mayor».
El objetivo de esta campaña queda reflejado en el lema elegido para este año pues, en palabras de Rafael Carmona, «debemos seguir sosteniendo una buena causa y poder seguir manteniendo dignamente el patrimonio de nuestros pueblos, cuya riqueza son sus mil rostros y mil tradiciones», porque «la conservación del patrimonio es una tarea que compete a todos; es un deber salvaguardar la fe de nuestros antepasados que se ha labrado en piedra en estos templos que sirven para alabar a Dios».
Por todo ello, la campaña pretende ser «un revulsivo para lograr que los cristianos de la diócesis tomen conciencia del estado de nuestro patrimonio y sean solidarios en recuperar los templos que están más deteriorados y quedan excluidos de otro tipo de ayudas», insiste el ecónomo diocesano.
Santos Mártires Ciriaco y Paula, en Málaga
En enero de 2020, la parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula, en Málaga, cerró sus puertas para comenzar un proceso de remodelación que está previsto que dure un año y medio.
En palabras de su párroco, Felipe Reina, «la remodelación consiste, principalmente, en el cambio de solería. Esta parroquia tiene, como todas las iglesias antiguas, un grave problema de humedades que había afectado gravemente a la solería. Se han levantado las tres solerías que existían: una de terrazo, otra de mármol y otra de barro y se está llevando a cabo el trabajo arqueológico correspondiente en las criptas que han aparecido. Una vez terminado este trabajo se creará una cámara de aire, para evitar las humedades, y se colocará de nuevo la solería, de mármol blanco».
A este arreglo en profundidad irán unidos otros como la actualización de la instalación eléctrica, la colocación de nuevos ventanales, la limpieza de todos los elementos arquitectónicos, y la pintura del templo; la pila bautismal, que se encuentra en el presbiterio, se colocará en la Capilla de Santa Gema, donde ya estuvo antes, y se habilitará una capilla penitencial. También se reformará la sacristía, «en la que se recuperará la solería de mármol, que está en muy buen estado», explica el párroco, y se hará un columbario, «a petición de un gran número de fieles que desean colocar en la parroquia los restos de sus seres queridos».
La obra, prevista para un año y medio de duración, cuenta con un presupuesto de un millón de euros. El Ayuntamiento colabora con la mitad del presupuesto y, la otra mitad, corre a cargo de la parroquia, que ya ha solicitado un préstamo.
Durante este tiempo, la actividad pastoral de la parroquia no ha tenido mayores dificultades porque «al estar unidas la parroquia de los Santos Mártires y la de San Juan, el culto lo hemos trasladado a esta segunda, y también a la iglesia del Santo Cristo. La vida de la comunidad parroquial no ha tenido grandes cambios», afirma Felipe Reina.
Nuestra Señora del Rosario, Fuengirola
Entre los templos en obras en la provincia de Málaga se encuentra el de Nuestra Señora del Rosario de Fuengirola. El pasado 26 de junio, a las cinco de la tarde, los vecinos de la iglesia escucharon un estruendo: era un desprendimiento de parte del techo del templo.
Desde ese día, el templo se cerró, por el peligro que suponía, y dos semanas después comenzaron las obras para salvar la cúpula y rehabilitar el tejado.
Según explica el párroco, Roberto Rojo, «está previsto que las obras duren hasta finales de septiembre, pero nos han acogido muy bien en la parroquia del Carmen. Su párroco, Rafael Palacios nos ha abierto las puertas y nos ha hecho sentir en nuestra casa. Nos hemos organizado para las celebraciones de la Eucaristía, hemos aumentado el número, para dar cabida a todos los fieles, nos hemos organizado para las celebraciones de los funerales… nos ayudamos unos a otros, incluso económicamente. Esa es la comunión, estar para cuando nos necesitamos».
El templo volverá a abrir sus puertas cuando no haya peligro, aunque las obras continúen más tiempo, hasta que concluyan todos los detalles.
San Pablo, en Málaga
En pleno estado de alarma, a finales del mes de abril, la parroquia de San Pablo, en Málaga, tuvo que poner en marcha obras urgentes. «La falta de limpieza en el tejado, unida al desgaste del muro en la parte de las cubiertas, ha hecho que varios canalones, internos al muro, se hayan compactado y roto por dentro. Esto ha provocado que el agua entre en el interior del edificio, pudra la madera de una parte de las cubiertas y humedezca las paredes en múltiples puntos», explica su párroco, José Manuel Llamas.
El presupuesto de la obra es de 130.921,54 € y ha consistido en: limpiar las cubiertas por dentro, reparar el muro, las cubiertas, los capiteles y columnas dañados, eliminar las humedades, sacar los canalones al exterior del muro, instalar una red antipalomas en el tejado y pintar todas las partes del templo necesitadas. Además de otras acciones menores, como cambiar la pila bautismal a un lugar más litúrgico.
El templo de San Pablo volvió a abrir sus puertas con normalidad el sábado 18 de julio, concluido el grueso de las obras y a falta de pequeños detalles.
Encarni Llamas Fortes