Con la vista puesta en los graves efectos sociales causados por el coronavirus, los obispos de la Subcomisión de Acción Caritativa y Social de la Conferencia Episcopal han emitido un mensaje para el Día de la Caridad, que se celebra el 14 de junio en la fiesta del Corpus Christi.
En éste piden a todos los ciudadanos que “ayuden a hacer posible un diálogo constructivo y eficaz”, que impulse un trabajo de transformación del mundo “con la mirada puesta en los más frágiles de nuestra sociedad, y con una firme voluntad de llegar a acuerdos y de aplicarlos”.
“Necesitamos la voluntad de todos –afirman—, particularmente de nuestras autoridades políticas, civiles, económicas y religiosas, y que los muros sean superados, para que los egos, los intereses particulares y las ideologías sean dejadas a un lado”.
Sentados a la mesa con ellos
Bajo el título ‘Sentados a la mesa con ellos’, del Evangelio de San Lucas, comienza este mensaje que se divide en cuatro puntos.
El primero hace referencia al ayuno eucarístico al que se han visto abocados la mayoría de los cristianos a causa del confinamiento. Una situación que, aunque difícil, esperan “haya acrecentado en nosotros el deseo de la Eucaristía y la necesidad de profundizar en su ser y significado”.
En segundo lugar, el texto se refiere a la “tentación del abandono” reflejado en el pasaje de los discípulos de Emaús. “En nuestros días –advierten-, son muchas las personas que, como los discípulos de Emaús, caminan por la vida con desánimo, sin rumbo, desengañados por malas experiencias”, y ahora su situación se ha agravado a causa de la pandemia, que no solo “nos está dejando dolorosas muertes, sino que está provocando una grave crisis económica y social”. Como consecuencia de la crisis, señalan, “está creciendo el número de personas que sufren física, social, psicológica y espiritualmente”.
Como respuesta de la Iglesia, los obispos hacen un llamamiento a “hacerse presente” entre estas personas, dando a conocer la misericordia de Dios: “Hoy, más que nunca, tenemos necesidad de muchas personas que puedan ser ‘santos de al lado’ de los que Dios se pueda servir para hacerse presente y ofrecer esperanza a quienes caminan perdidos y desesperanzados”.
Eucaristía, fuente de la caridad
En el tercer punto de su mensaje los obispos explican la intrínseca relación dada entre Eucaristía y Caridad, ya que, aseguran, “al participar con fe en la celebración eucarística nos unimos profundamente a Cristo y recibimos de Él la fuerza y el amor necesarios para vivir nuestra entrega generosa y servicial a los hermanos”. No obstante, matizan, “este trabajo de transformación del mundo no podemos llevarlo a cabo solos. Necesitamos de todos y particularmente de nuestras autoridades políticas, civiles, económicas y religiosas. Necesitamos personas con mucha paciencia, con la mirada puesta en los más frágiles de nuestra sociedad, y con una firme voluntad de llegar a acuerdos y de aplicarlos”. Por ello, insisten en la necesidad de construir un “diálogo constructivo y eficaz” que supere “muros, egos, intereses particulares e ideologías”.
Finalmente, los obispos Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social invitan en el Día de la Caridad a ser “comunidad misionera al servicio de los pobres”. Asimismo, agradecen a los agentes de pastoral, los voluntarios de Cáritas y a “tantísimas otras instituciones de la Iglesia” su labor con los empobrecidos, especialmente en estos tiempos de coronavirus.