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“Aspiramos a la máxima presencialidad”

El Centro de Magisterio “Sagrado Corazón” termina un curso en el que la pandemia ha favorecido la creatividad y la unión entre profesores y alumnos.

Foto: (Archivo) Conferencia en el patio de Magisterio.

Los alumnos del Centro de Magisterio “Sagrado Corazón” y futuros maestros son los primeros en reflexionar sobre el sistema educativo ante un curso atípico. Un asunto que el director adjunto del Centro, el sacerdote Jesús Poyato, ha abordado teniendo presente cómo ha afectado la crisis sanitaria a este curso que alcanzaba su fin el pasado domingo, con la celebración de la eucaristía presidida por el Obispo en la Santa Iglesia Catedral.

Para el director, la adaptación de la metodología en este segundo cuatrimestre siempre ha querido asegurar en todo momento “la calidad de la enseñanza, la adquisición de competencias propias del título por parte de nuestros alumnos; obviamente esto generó al comienzo de la pandemia mucha incertidumbre porque el cambio de docencia presencial a docencia online se ha hecho en tiempo record, prácticamente”.

Tras unos meses de dificultad, Jesús Poyato tiene claro que la enseñanza presencial tiene muchas más ventajas ya que la educación necesita un ámbito y un clima donde desarrollarse. “Han sido días de muchas reuniones con el Rectorado para recibir pautas, con el profesorado, pero nuestra prioridad son los alumnos y hemos procurado acompañarlos, tener reuniones con ellos, escuchar sus preocupaciones y necesidades, y el resultado ha sido satisfactorio”, asegura.

Desde que comenzó la crisis sanitaria, en el Centro se puso en marcha una serie de tutoriales que se envió al profesorado sobre herramientas digitales para poder sacarle a estas herramientas el máximo potencial, incluso se han volcado con las necesidades de los alumnos y las familias ofreciéndoles un portátil en su domicilio y conexión wifi para seguir las clases. “Se ha ayudado a los alumnos con la dotación de medios tecnológicos, hemos atendido 24 horas a las familias y hemos puesto en marcha dos iniciativas importantes, tales como aplazar la cuota de matrícula prevista para abril a final de junio y poner en marcha una bolsa de ayuda de becas para aquellas familias cuyos padres hubieran sufrido un ERTE”, explica.

Respecto al nuevo curso, el director adjunto asegura que la idea es aspirar a la máxima presencialidad, por lo que se está elaborando un plan de contingencia para garantizar la presencia del cien por cien de los alumnos.

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