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La función primordial de la Iglesia es acompañar a los enfermos en su soledad

En la celebración de la Pascual del Enfermo, el domingo 17 de mayo, el capellán del Hospital Comarcal de Baza habla de su labor pastoral asistencial.

El pasado 11 de febrero, día de Nuestra Señora de Lourdes, celebrábamos en toda la Iglesia la Jornada Mundial del Enfermo, una jornada que se vivió muy de cerca con aquellos enfermos que se encuentran hospitalizados, en sus hogares o residencias. Ya lo decía en el artículo que publique en este mismo medio, como se vivía esta jornada, dando verdadera esperanza y sentido a la enfermedad.

Todos los que formamos parte del Hospital Comarcal de Baza, somos esa gran familia, donde cada uno con sus responsabilidades y trabajo pretendemos hacer que el enfermo se encuentre siempre en todo momento acompañado y recibiendo apoyo y esperanza ante la enfermedad. Este domingo día 17 de mayo, dentro del tiempo de Pascua de Resurrección, la Iglesia Española celebra con verdadera esperanza la Pascua del Enfermo tan especial para este año, por la situación que actualmente vivimos como consecuencia de esta pandemia del coronavirus.
Vivimos una situación muy complicada y difícil ante el Covid 19; personas de todo los lugares del mundo se están contagiando cada día, con este virus tan extraño y peligroso, donde muchos de ellos les llega a provocar hasta la muerte; y además, en los Hospitales provoca una situación de verdadero aislamiento al enfermo contagiado, encontrándose con una situación muy dura, ya que los enfermos no pueden tener ningún familiar a su lado que lo acompañe. Y, aunque estén en estado crítico que los lleve a la muerte, sólo el personal sanitario está autorizado y capacitado para poder asistirlos desde la distancia.
El sacerdote, ante esta nueva situación en la que se está viviendo, debe hacer a veces de mediador e intentar serenar tanto a los familiares como a los enfermos, acompañándolos en todo momento y dándoles esperanza, mostrándoles que no están solos, que Dios nunca los abandona.
Cuando vamos a un hospital, podemos encontrar en los enfermos, varias dimensiones o facetas: la parte física y psicológica, a la que se dedican básicamente los médicos, enfermeros, personal sanitario, atención psicológica especial…; la parte social, de la que se encargan todos aquellos trabajadores sociales y por ultimo una parte o dimensión espiritual – religiosa, tan importante como las otras, ya que se garantiza también a través de la atención espiritual esa salud de alma en la persona.
Un sacerdote pueda hacer un bien muy grande en medio del mundo de la sanidad y de la salud. El que va al hospital lo hace por enfermedades del cuerpo, pero muchas veces hay ligadas enfermedades del alma que hay que atender. Y ahí es donde entra la labor tan importante del sacerdote. Por eso, los capellanes de los hospitales, están para servir a los enfermos, a sus familiares y al personal que trabaja en el hospital, eso sí, siempre teniendo claro que es Dios que se sirve por medio del sacerdote para poder hacer su labor. Muchas veces te has encontrado situaciones muy difíciles, pero debemos de demostrar a la sociedad en la que vivimos, que no estamos en los hospitales para ser el enterrador, sino todo lo contrario, estamos para dar vida porque nuestro trabajo es dar a Dios que es un Dios de vida y no de muerte. Nuestra mejor herramienta para ello es la fuerza de la Fe.
La misión de la Iglesia siempre ha sido acompañar a los enfermos y liberar a las personas de sus miedos en esos momentos críticos, por eso “ Acompañar en la soledad” ha sido un lema muy importante en esta Jornada del Enfermo 2020, sobre todo en las circunstancias actuales que vivimos, porque si vemos el mundo que nos rodea, podemos comprobar que hay muchas personas que se encuentran con esa realidad de la soledad cada día de su vida, especialmente los enfermos que padecen ahora el contagio del coronavirus. Por ese motivo, creo que este año, la campaña del enfermo nos debe ayudar a estar más atentos de aquellos que necesiten de nuestra compañía y ayuda como lo hacía Jesús cuando acudían a él todos aquellos necesitados y desamparados.
Los enfermos necesitan escuchar y sentir la cercanía de Dios por medio del sacerdote y los Sacramentos; por eso, desde aquí quiero destacar esa labor callada, silenciosa pero tan importante y especial de los capellanes de Hospitales.
Por último, unirme con una palabras de ánimo y agradecimiento en estos momentos que vivimos, al Hospital Comarcal de Baza, por todas aquellas personas que con sus desvelos y trabajo están ayudando para que esta pandemia no haga sus estragos en nuestra diócesis de Guadix, agradeciendo a todo el personal sanitario, Director Gerente y equipo, médicos, personal de enfermería, trabajadores, servicios, y la colaboración del sacerdote Salvador Cifuentes, que actualmente me ayuda como capellán, en estos momentos tan difíciles que nos están tocando vivir. Que la presencia de la Virgen María, en este mes de mayo dedicado a ella, “consoladora de los afligidos”, nos ayuda a iluminar a la Iglesia en su compromiso diario en favor de los necesitados y los que sufren.

Rafael Tenorio
Capellán Hospital Comarcal de Baza

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