Las Enfermeras sin Fronteras protagonizan uno de los gestos generosos que reconfortan en la actual situación de pandemia. Este grupo ha movilizado a sus voluntarias para confeccionar mascarillas de calidad. Gracias a su tenacidad, han repartido cientos de mascarillas lavables en diversos centros benéficos de la diócesis, para beneficiarios y trabajadores. Algunos de esos centros han sido la Casa de Nazaret y el Residencia de las Hermanitas de los ancianos desamparados.
Ahora las ofrecen también a los sacerdotes para poder ofrecer su labor de una manera más segura. Han entregado la primera remesa al párroco de Santiago, en la capital, para hacerlas llegar al resto del presbiterio.