El sábado 25 de enero, en Los Llanos de Aridane, en Vallehermoso y en
Candelaria se celebró la Marcha de la Infancia Misionera. La semana
anterior se había realizado en El Hierro.
Bajo el lema: “Con Jesús a Egipto”, este año se invita a reflexionar
contemplando a Jesús Niño refugiado en Egipto, viviendo en carne propia
el sufrimiento y la injusticia que afligen a los más débiles. Desde el
principio Jesús conoce la oposición y la persecución, y también desde
estos primeros momentos manifiesta cómo Dios opta por los pequeños y nos
libera del mal. Esta es la gran esperanza que nos mueve a quienes somos
enviados a transmitir al mundo el amor de Dios, como hacen los
misioneros.“¡En marcha!”. La Sagrada Familia se ve obligada a ponerse en
camino, como tantos migrantes, refugiados y desplazados forzosos de
nuestros días. “En marcha” se ponen los misioneros para anunciar a Jesús
a quienes no lo conocen. Y este grito es también para todos nosotros,
para que no nos quedemos quietos, sino que salgamos al encuentro del
otro y de Dios.
La celebración en Tenerife se realizó ante la imagen de la Virgen de
Candelaria y estuvo presidida por el obispo. Álvarez aprovechó para
explicar en su homilía el sentido del Domingo de la Palabra que ha
instituido el papa Francisco. Igualmente subrayó el sentido de la
jornada misionera que congregó a niños de colegios, parroquias y grupos,
con sus catequistas, familias y profesores.
El prelado nivariense invitó a los participantes a dejarse iluminar por
Jesús para ser luz, explicando esta realidad a partir de la imagen de la
Virgen de Candelaria. Álvarez también destacó la realidad de tantos que
tienen que abandonar su país, su familia, etc. en el mundo; «algunos
llegan a nuestra tierra» y, por eso, pidió especialmente por tantos
niños que tiene que huir para buscar una vida mejor o huyendo como Jesús
para que no los maten.
Además, «damos gracias a Dios porque ya conocemos a Jesús. Pero ahora se
nos invita a darlo a conocer a los que no le conocen», «ser misionero es
también ayudar a los niños que, como Jesús, tienten que huir de su
tierra natal, recemos por ellos» -subrayó.