En estos días sabemos que la emergencia humanitaria en Venezuela es ahora más aguda que nunca, las necesidades de la población siguen creciendo y son los obispos venezolanos los únicos que alzan su voz en defensa de las personas y en contra del abuso represor que las priva de dignidad.
Hace un año ya nos decía monseñor Juan de Dios Peña Rojas que el proceso de transición en Venezuela resultaba muy doloroso para la población Venezolana. No era fácil dotar de legitimidad un poder secuestrado por el régimen de Maduro, se padecía entonces la persecución a un sector de la sociedad, una sociedad muy herida por carencias básicas, donde se detenían adolescentes y se morían enfermos por escasez en el suministro de medicamentos. Hace un año él nos contó cómo se profanaban templos y se golpeaba a personas que celebraban la eucaristía, hoy está con nosotros el obispo de la Diócesis de El Vigia-San Carlos del Zulia en Venezuela, para hablar de persecución y también de la fortaleza de una iglesia que no está dispuesta a callar.