Don Ignacio fue más tiempo obispo de Guadix que de Huelva. En Huelva fue titular trece años, en Guadix diecisiete. Sucedió a don Antonio Dorado Soto. Fue un hombre profundamente sencillo, cordial y muy cercano a los sacerdotes.
Cuando vino por última vez a Guadix, hará unos 6 años, porque le pusieron su nombre a la Casa de Pastoral de Huéscar, regaló a la diócesis el anillo pastoral, la cruz pectoral y la mitra de su ordenación episcopal. Y a Huelva dijo que dejaba el báculo, era muy sencillo, del estilo de la época. También regaló la mitra que le había regalado a él don Rafael Álvarez Lara. Fue siempre un enamorado de la Iglesia de Guadix. En su casa, el salón lo tenía dedicado a recuerdos de Guadix: fotografías, regalos, la jarra accitana…
El cardenal Amigo, que quería mucho a don Ignacio, en una ocasión me dijo: los que hemos tratado a don Ignacio, hemos aprendido a querer a Guadix.
Descanse en la paz del Señor.
Antonio Fajardo