La Palma ha vivido, tras diez años de espera, uno de sus días grandes de la Bajada de la Virgen de las Nieves. Miles de peregrinos quisieron acompañar a la patrona palmera este sábado 12 de julio, desde su templo de la montaña hasta la Plaza de la Encarnación. La jornada comenzó con la Misa presidida por el obispo, Eloy Santiago en un Real Santuario repleto de fieles.
En su homilía, haciendo alusión a la exhortación apostólica del papa Francisco, La alegría del Evangelio, monseñor Santiago hizo hincapié en no dejarnos robar la esperanza. “María, en este año jubilar, se convierte para todos los palmeros, y para todos nosotros, en signo de esa esperanza que nos abre al futuro. Hay razones para esperar. El papa Francisco nos invitó durante su pontificado a vivir esta aventura global de la esperanza. Y María es testimonio de ella. No se trata de simple optimismo ilusorio, sino del realismo de la vida que viene desde el don de Dios, desde la gracia, desde la confianza en el Señor”.
Tras la Misa de Peregrinos comenzó la procesión de Bajada de la Virgen en su Sillón de Viaje, pasando por los caminos reales de la Cruz del Fraile, el Planto y la Encarnación.
Antes de encarar la cuesta de El Planto, los vecinos de La Dehesa quisieron dedicarle a la patrona palmera unas palabras de despedida. “Te vamos a echar mucho de menos. La casa, tu santuario, se queda vacío, pero ese vacío es el que nos va a dar más motivos para que, allá por la mañana del día 5 de agosto, cuando te veamos llegar al barrio de El Roque y enfiles barranco arriba, hacia tu santuario, corramos a tu encuentro y subamos contigo renovando este compromiso centenario”.
Igualmente, al llegar a la plaza de la glorieta, los vecinos de esta zona le dedicaron a la Virgen de las Nieves una poesía. “Duerme virgen de nuevo a tus volcanes. Acurruca a tu pueblo en sus hogares. Que las plagas no vuelvan a detenerte. En el viaje infinito hacia tu gente. Virgencita palmera, la vida pasa. Y se cuenta por lustros, los que tú bajas. Todo el tiempo en La Palma se ha detenido. Dando gracias al cielo porque has venido”.
Asimismo, en la plaza de El Planto tuvo lugar un pequeño acto que congregó a un buen número de personas. En este enclave, la escritora Premio Canarias de Literatura, Elsa López, dedicó unas sentidas palabras a Nuestra Señora de las Nieves. “Cuando bajes la cuesta, abre mucho los brazos y entra en todas las casas. Y si hay pesar en ellas, ve y diles que no sufran, que tu amor se desborde y se extienda a lo largo de todos los caminos como si fuese un bálsamo. Yo seguiré esperándote en este diminuto lugar del universo para acostumbrarme al dolor y a las pérdidas. Y si me hubiese ido, como vuelan las aves al llegar el invierno, y ves que no soy yo la que viene a buscarte, recuerda lo que fui. Que cada cinco años me apartaba del mundo para darte el amor que mi voz contenía. Vaya donde vaya, te llevaré conmigo y quizá alguna tarde podamos encontrarnos y volveremos juntas a recordar tus pasos por dentro de mi alma, en esta misma plaza. Y recuerda, recuerda en mi voz, a Laura González Lorenzo”.
A partir de este punto, se sumó a la comitiva la Banda Municipal de Música San Miguel, bajo la dirección de José Gabriel Rodríguez y la ayuda de Diego Arrocha.
En torno a las 21:00 h., tuvo lugar en la Plaza de la Encarnación el recibimiento oficial de la imagen de la patrona palmera por parte del obispo, del clero y de las corporaciones y autoridades municipales, insulares, autonómicas y nacionales.
En primer lugar, el alcalde de Santa Cruz de La Palma, Asier Anona, realizó una salutación en la que destacó la unión que suscita la Virgen de las Nieves en un pueblo palmero que ha vivido en la última década una pandemia y la erupción del volcán Tajogaite. “No podemos perder la perspectiva de lo que significa realmente la Virgen de las Nieves. Nuestra señora es el centro de todos los actos de la Bajada. Se trata de una manifestación esencialmente religiosa”.
Tras las palabras de Asier Antona, el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses pronunció una sentida alocución de bienvenida. “¡Salve, María, Virgen de las Nieves, Reina y Señora de La Palma! Desde el fondo del alma, conmovido por la gracia de tu presencia en medio de este pueblo fiel, vengo, como peregrino de esperanza, a saludarte en nombre de toda la Iglesia. Hoy, en esta 70ª Bajada, los hijos de esta tierra volcánica, que ha conocido el fuego, la ceniza y el dolor, se postran ante Ti, Madre bendita, con la certeza de que tus ojos misericordiosos han velado, velan y velarán siempre por ellos”, expresó Monseñor Saiz Meneses.
En otro momento de su intervención, el arzobispo de Sevilla hizo hincapié en que este día, Santa Cruz de La Palma no es simplemente una ciudad. “Es un altar abierto bajo el cielo estrellado del Atlántico; y tu trono, llevado por manos devotas y corazones esperanzados, es signo de una promesa que no se olvida, de una fidelidad que no desfallece”.
Saiz Meneses, sobre todo, quiso trasladar un mensaje de consuelo y esperanza al pueblo palmero. “En estos años pasados, habéis caminado por el desierto de la prueba. Primero fue la pandemia, que llegó a encerrarnos el silencio del aislamiento y nos privó de abrazos y celebraciones. Después, la erupción volcánica, que dejó huellas profundas en la tierra y en las almas; y, sin embargo, habéis resistido. Habéis mantenido encendida la llama de la fe, y hoy, como cada lustro desde 1676, habéis traído a vuestra Madre a la ciudad para proclamar con voz firme que no estamos solos. Sí, hermanos, María ha bajado; pero no baja sola. Con Ella baja la esperanza…Que Nuestra Señora de las Nieves, nuestra Madre y Patrona, nos cubra con su manto. Que su presencia en la ciudad sea bálsamo para las heridas, impulso para la reconstrucción, canto de alabanza y clamor de esperanza. Que ella, peregrina con su pueblo, nos lleve de la mano a su Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos”.
Monseñor Saiz Meneses acabó su alocución invitando a los palmeros a entonar con júbilo tres “vivas” a la Virgen. “¡Viva la Virgen de las Nieves! ¡Viva la Patrona de La Palma! ¡Viva la Madre de la esperanza!”
A continuación, tuvo lugar el estreno de la Loa de Salutación a Nuestra Señora de las Nieves: “Regocíjate”, con letra y música del compositor palmero, Juan Cavallé. En esta puesta en escena intervinieron la Orquesta y el Coro Infantil y Juvenil de la Escuela Insular de Música de La Palma, bajo la dirección de Pepetoni Tamarit. La parte coral contó con Milagros Martín como directora.
Para esta ocasión, la plaza estuvo adornada con un retablo efímero, elaborado por Juan Cavallé Cruz y Luis Morera, que intentó reproducir el retablo mayor de la parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, en Tijarafe (1628), obra de Antonio de Orbarán. Para esta labor se contó con la dirección artística de Juan Cavallé y con la colaboración del ayuntamiento de Tijarafe.
Al término de la Loa, en el templo de la Encarnación se celebró la Eucaristía de bienvenida presidida por el consultor del Dicasterio para las Iglesias Orientales, Salvador Aguilera. La parte musical corrió a cargo del coro parroquial de San José.