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Miércoles, 20 de agosto

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Dossier de prensa diario elaborado por la Delegación diocesana de Medios de Comunicación Social de la diócesis de Córdoba.

20250820 Dossier de prensa

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Conoce la vida de los mártires de la diócesis de Guadix sobre los que se inicia la Causa de Canonización

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Conoce la vida de los mártires de la diócesis de Guadix sobre los que se inicia la Causa de Canonización

Biografía de los fieles cristianos incluidos en la causa

Sacerdotes                                                                                                                    

 Avelino Aguilera Huertas. Natural de Guadix, nacido el 12 de noviembre de 1874. Recibió la ordenación sacerdotal en 1898 y fue nombrado Párroco de Benalúa de Guadix en 1910. El 20 de octubre de 1936 fue sacado de su domicilio y trasladado a Guadix en una camioneta junto con otros detenidos, pero al llegar a la Rambla de Paulenca, cerca de Guadix, tanto él como sus acompañantes fueron bajados de la camioneta a empujones, fusilados y abandonados los cadáveres junto a la carretera.

Justo Cabrera Gutiérrez. Nació en La Calahorra (Granada) el día 9 de septiembre de 1909. Se ordenó sacerdote el día 6 de abril de 1935. Su primer destino pastoral fue Párroco de Charches (Granada), coincidiendo con el inicio de la persecución religiosa. Decidió quedarse en su parroquia y se ocultó en casa de unos feligreses. Al ser perseguido por los milicianos intentó llegar a Granada junto a otras personas que también eran buscadas. Fueron delatados y localizados en la Loma de los Papeles, en el término municipal de Güéjar Sierra donde los asesinaron el 5 de julio de 1937.

Juan Caruda Triguero. Nació en Huéscar el 15 de diciembre de 1896. Ingresó en el Seminario de Toledo, Diócesis a la que pertenecía Huéscar, donde recibió la ordenación sacerdotal el 24 de septiembre de 1921. La persecución religiosa lo sorprendió siendo Coadjutor de Huéscar y Consiliario de la Acción Católica de dicha ciudad. Intentó huir a Granada junto con miembros de la Guardia Civil que también eran perseguidos, pero el 20 de agosto de 1936 fueron alcanzados en los Llanos de Marey, en Cortes de Baza, donde fueron abatidos a disparos y quemados sus cadáveres.

Juan de Dios Castellano Vita. Natural de Baza, nació el 10 de marzo de 1884. Ingresó en el Seminario de Murcia y fue ordenado sacerdote en Guadix el 15 de octubre de 1906. Al comienzo de la Guerra era Capellán del Colegio de la Presentación de Baza donde fue detenido. El 8 de septiembre de 1936 fue sometido a juicio popular, acusándole falsamente de tener en su poder unas fotografías que se consideraban completamente inapropiadas a su persona. Condenado a muerte, antes de ejecutarlo fue torturado y enterrado desnudo aún agonizante en la carretera de Caniles.

Pedro Castillo Martínez. Nacido en Baza el 16 de julio de 1874. Cursó estudios en el Seminario de San Torcuato de Guadix, donde recibió la Ordenación Sacerdotal en 1899. La persecución religiosa lo sorprendió siendo Párroco de Santiago de Baza. Acosado, se refugió en la huerta de unos familiares, cerca de su misma parroquia, creyendo que por su edad avanzada no sería objeto de martirio. El 29 de agosto de 1936 unos milicianos lo apresaron y lo llevaron a la carretera de Caniles con el pretexto de tomarle declaración. Durante el trayecto fue torturado de diversas maneras; finalmente fue arrojado vivo a una hoguera, donde falleció.

José Rosendo Corral García. Nació en Zújar el 1 de marzo de 1904 y recibió la Ordenación Sacerdotal el 3 de julio de 1928 en Granada, por estar Guadix en Sede Vacante. La persecución religiosa lo sorprendió en Madrid, donde era Capellán del Colegio Patronato de Cuatro Vientos y Coadjutor de la Parroquia de Ntra. Sra. del Pilar de Campamento. Fue detenido el día 30 de septiembre de 1936 junto a otro sacerdote y trasladado a la cheka de Fomento, donde estuvieron hasta el 2 de octubre día en que fueron puestos en libertad. Pero al salir de la cheka fue apresado de nuevo, martirizado esa misma noche en la Pradera de San Isidro de Madrid y asesinado.

Nicolás García Alcalde. Nació en la localidad de Dólar el 25 de agosto de1906. Ingresó en el Seminario de Guadix donde y se ordenó de sacerdote en 1931. La persecución religiosa lo sorprendió siendo Coadjutor de Huéneja. Fundó un sindicato católico que originó el odio y la antipatía de los frentepopulistas. Fue detenido en Dólar, donde se había refugiado el 29 de septiembre de 1936 y conducido a Guadix. Allí fue juzgado por el Comité Revolucionario y condenado a muerte. Lo fusilaron ese mismo día en el cementerio.

Victoriano García Chillón. Natural de Huéscar, nació el 30 de mayo de 1878. Ingresó en el Seminario de Toledo, donde fue ordenado el 6 de junio de 1903. Al estallar la Guerra era Párroco de Castilléjar. Fue detenido y torturado en los primeros días de agosto de 1936 por partidarios del Frente Popular y posteriormente trasladado a Huéscar donde permaneció encarcelado hasta su martirio en el cementerio de Huéscar del día 22 de octubre de 1936

Faustino García de la Parra Téllez. Nació en Bargas (Toledo) el 5 de junio de 1890, ingresó en el Seminario de Toledo y ordenado el 20 de septiembre de 1913. La persecución religiosa lo sorprendió en Madrid, donde fue detenido el 19 de agosto de 1936, llevado a la Dirección General de Seguridad y desde allí a la Prisión de Porlier. El 9 de noviembre de 1936 fue trasladado a Paracuellos del Jarama, martirizado y asesinado.

Ramón García Ruiz. Nació en Guadix el 1 de febrero de 1877. Estudió en el Seminario de Guadix donde recibió la Ordenación Sacerdotal en 1902. Al comenzar la Guerra era Coadjutor de la Iglesia Mayor de Baza y director del Colegio de la Purísima Concepción. El 29 de agosto de 1936 un grupo de milicianos se presentaron y encontraron a D. Ramón en la cama enfermo, decidieron marcharse, pero media hora después regresaron y con la ayuda del marido de una sobrina que cuidaba de él, Sofonías Hernández Muñoz, lo subieron a un coche y se encaminaron a la carretera de Benamaurel, a la salida de Baza lo martirizaron y asesinaron. Después regresaron de nuevo a su casa y se llevaron al marido de la sobrina, Sofonías, que también fue martirizado esa misma noche.

Adrián González Castillo. Nacido en Puebla don Fadrique el 8 de septiembre de 1870 ingresó en el Seminario de Toledo siendo ordenado el 23 de septiembre de 1893. Al comienzo de la persecución religiosa era párroco de Almaciles. El 17 de febrero de 1937 fue detenido y trasladado hacia la prisión de Huéscar donde no llegó porque cerca de la Puebla, en la Garganta de la Lóbrega, lo martirizaron y tiraron su cadáver por el puente de la Garganta.

Eduardo González Liria. Nació en Orce el 30 de diciembre de 1908. Ingresó en el Seminario de Guadix, donde fue ordenado sacerdote el 15 de marzo de 1935. La persecución religiosa lo sorprendió en su pueblo natal donde era coadjutor. En agosto de 1936 fue detenido y trasladado a la cárcel de Baza, donde sufrió vejaciones y torturas que le causaron heridas y roturas de huesos. Trasladado al hospital el 17 de julio de 1938 murió a las tres horas de su ingreso a causa de las torturas recibidas.

Juan Francisco Herrera Gómez. Nació en Jérez del Marquesado el 17 de marzo de 1899. Ingresó en el Seminario de San Torcuato de Guadix, donde recibió la Ordenación Sacerdotal el día 17 de marzo de 1923. La persecución religiosa lo sorprendió a los pocos meses de llegar de Párroco a la localidad de Pedro Martínez. Al sentirse perseguido se trasladó a Alamedilla donde había sido Párroco varios años. En Alamedilla fue detenido y encarcelado hasta que en la mañana del 17 de agosto de 1936 fue llevado junto a tres seglares a un lugar cerca del cementerio, donde fueron martirizados y quemados

Antonio Rafael Huete Caballero. Natural de La Peza, donde nació el 13 de febrero de 1907, ingresó en el Seminario de Guadix, ordenándose sacerdote el 6 de abril de 1935. Tras su ordenación fue enviado como coadjutor a Castril de la Peña donde lo sorprendió le persecución religiosa. Acogido en casa de la familia Romero Cano, fue detenido en ese domicilio por unos milicianos de La Peza y de Castril el día 24 de noviembre de 1936. Junto al sacerdote también detuvieron a los dueños de la casa los hermanos Mª Josefa y Pedro José Romero Cano. Tanto el sacerdote como los hermanos Romero Cano estuvieron internos en la cárcel de Guadix hasta el 24 de diciembre de 1936. Ese día, junto con otros cinco vecinos de la Peza, los trasladaron al Cortijo de las Tablillas en el barranco de la Sarguilla, cerca de La Peza, donde los martirizaron y quemaron sus cuerpos.

José Antonio Mesas Martínez. Nació en Caniles el 3 de julio de 1886. Ingresó en el Seminario de Guadix y recibió la Ordenación sacerdotal el día 21 de diciembre de 1912. Fue Beneficiado de la Santa Iglesia Catedral de Guadix y la persecución religiosa lo sorprendió en Caniles en la casa familiar donde se recuperaba de una enfermedad. Las primeras semanas, el Comité Revolucionario del pueblo le respetó a cambio de pagar una cantidad de dinero. El 28 de agosto de 1936, un grupo de milicianos fueron a su domicilio y le detuvieron para llevarlo a Baza. Antes de llegar a Baza, en la Torre del Baúl, junto al también sacerdote Emiliano Navarro Sánchez, fue martirizado.

Francisco Molero Muñoz. Nació en Cogollos de Guadix el 21 de agosto de 1868. Ingresó en el Seminario de Guadix (Granada), donde se ordenó de sacerdote en 1891. Fue Beneficiado de la Santa Iglesia Catedral de Guadix. Fue detenido e ingresado en la prisión el 28 de diciembre de 1936 hasta el 7 de enero de 1937 que fue trasladado a la cárcel de Murcia. Su salud se resiente por las torturas sufridas y el 2 de abril de 1937 fue trasladado al Hospital Provincial, donde murió dos días después.

Emiliano Navarro Sánchez. Nacido en Caniles el 30 de marzo de 1892. Recibió la Ordenación Sacerdotal el día 17 de junio de 1916 en el Seminario de Guadix. Al comenzar la Guerra era Párroco de Galera y al ser acosado se trasladó a su pueblo natal, donde el Comité Revolucionario le respetó la vida las primeras semanas a cambio de ciertas cantidades de dinero. Pero el 28 de agosto de 1936, unos milicianos lo detuvieron en su domicilio y junto al sacerdote de Caniles, José Mesas Martínez, marcharon hacia Baza. A la altura de la Torre del Baúl, ambos fueron asesinados.

Ramón Ortiz Ronquillo. Nació en Baza el día 17 de septiembre de 1890. Ingresó en el Seminario de Guadix y fue ordenado sacerdote el 6 de junio de 1914 en Granada, por estar la Diócesis de Guadix en Sede Vacante. En el comienzo de la persecución religiosa D. Ramón era párroco de San Miguel de Guadix y Consiliario de la Juventud de Acción Católica, motivo por el que fue muy buscado por los frentepopulistas accitanos. En febrero de 1936 fue detenido junto con los jóvenes de Acción Católica con el pretexto de colaborar con Falange. En julio de 1936 se refugió en el domicilio de Dª Ángeles Peinado Hernández, donde permaneció hasta el 20 de octubre de 1936. Fue descubierto, llevado ante el Comité Revolucionario y asesinado en la tapia del cementerio de Guadix.

Pedro José Vico Martínez. Nacido en Castilléjar el 5 de mayo de 1912. Ingresó en el Seminario de Toledo donde recibió la Ordenación Sacerdotal el 5 de junio de 1936. Recién ordenado, marchó a su pueblo para celebrar su Primera Eucaristía. Allí lo sorprendió la persecución religiosa, fue detenido a principio de agosto de 1936, torturado y trasladado a Huéscar junto al Párroco de Castilléjar, D. Victoriano García Chillón. Ambos permanecieron encarcelados hasta el 22 de octubre de 1936, día en el que fueron martirizados en el cementerio de Huéscar.

 

Seminarista

Zacarías Carvajal Herrera. Seminarista. Nació en Huéneja el 18 de agosto 1914. Ingresó en el Seminario de Guadix (Granada) en 1927, donde cursó hasta tercero de Sagrada Teología. La persecución religiosa sorprendió a Zacarías en su pueblo de vacaciones. En febrero de 1937 fueron movilizados los de su quinta y a la familia le llegaron rumores de su detención, motivo por el cual intentaron incluirlo en una expedición para marcharse a Granada. Delatados, fueron sorprendidos el 27 de mayo en la Loma de los Papeles, cerca de Güejar Sierra. Tras martirizarlo le cortaron la cabeza y la llevaron al pueblo.  

 

Seglares

Manuel Alcón Camacho. Nació en Baza el 5 de octubre de 1910. Tenía una pequeña industria en su ciudad. Contribuyó a fundar Acción Católica de Baza desempeñando el cargo de Secretario razón por la que era estrechamente vigilado por parte del Comité Revolucionario. Fue detenido en agosto de 1936 y puesto en libertad hasta el 11 de enero de 1937, que fue nuevamente detenido como represalia del bombardeo de la Estación ferroviaria de Baúl. Tras un simulacro de juicio a las 12:30 de la noche, fue fusilado en las tapias del cementerio de Baza junto a otros bastetanos.

Manuel Ayala Ayala. Nació en Alboloduy (Almería) el 28 de febrero de 1916, en el seno de una familia modesta. Ingresó en el Seminario de Guadix donde cursó hasta 3º de Latín. En 1935, trabajó en el Instituto de 2ª enseñanza de Guadix y se incorporó a la Acción Católica. Durante los meses de febrero a mayo de 1936 vigiló conventos e iglesias para impedir que fuesen quemados. Iniciada la persecución religiosa, acompañó a las Monjas Concepcionistas cuando fueron reclamadas por el Comité, siendo testigo de cómo las tiroteaban. Después de este suceso, se ocultó a la espera de pasarse a Granada por la Sierra. En enero de 1937 se incorporó a un grupo que partió desde Purullena, pero un vecino de ese pueblo los delató y fueron sorprendidos en el Collado del Alguacil, en el término municipal de Güejar Sierra (Granada) el 23 de enero de 1937, donde fue martirizado.

Rafael Casas Fernández. Nació en Vélez Rubio (Almería) el 1 de julio de 1892, pero su familia se trasladó a Guadix. Se doctoró en Derecho en la Universidad de Granada y contrajo matrimonio con Encarnación Martínez Fajardo en 1927. Asumiendo la doctrina social de la Iglesia, publicó en el periódico local «Patria chica» una serie de artículos, bajo el título de «Sindicatos Católicos Agrarios», en los que mostraba su gran preocupación por el tema. Fue miembro de la Acción Católica y de la Adoración Nocturna. A primeros de septiembre de 1936, el Comité de Salud Pública dictó su sentencia de muerte acusándole «elemento faccioso, contrarrevolucionario y desafecto al régimen». En realidad fue condenado por pertenecer a Acción Católica ejemplo de vida cristiana. El día 8 de septiembre de 1936 los «Niños de la Noche» fueron a buscarlo a su casa y a golpes e insultos lo trasladaron al cementerio donde lo fusilaron.

Rosendo Casas Martínez. Nació en Fonelas el 9 de enero de 1910. Siendo joven se trasladó a Guadix, donde trabajaba como dependiente de comercio y vivía en una pensión. En mayo de 1935, tras una breve militancia política en Falange Española, abandonó el partido e ingresó en Acción Católica y Adoración Nocturna. Desencadenada la persecución religiosa y consciente de la gravedad de la situación, permaneció recluido en la pensión, esperando que las cosas se calmasen. El Comité Revolucionario de Fonelas dictó detenerlo y asesinarlo junto a otros vecinos considerados desafectos al régimen. El primero de septiembre, un grupo de milicianos detuvo a Rosendo y lo llevaron ante el Comité Revolucionario que dictó su asesinato. Fue martirizado el 1 de septiembre de 1936.

Andrés Pascual Castañeda Barberán. Nació en Huéscar el 13 de diciembre de 1918. Estudió Ciencias, y se unió a Acción Católica. Iniciada la persecución religiosa fue acosado desde el inicio. Detenido a primeros de octubre de 1936, fue conducido a la cárcel de Huéscar. Al día siguiente detuvieron también a su padre por protestar por la detención de su hijo, pese a estar afiliado a Izquierda Republicana. En la noche del 3 de octubre de 1936 partía de la cárcel de Huéscar el contingente de presos con dirección a Almería. Al llegar a un paraje cercano a Vélez Rubio, llamado las Cumbres, todos los detenidos fueron fusilados.

Julián Domingo Albalá. Nació en el pueblo zaragozano de María de Huerva el 18 de febrero de 1895. Al ser de profesión ferroviario fue destinado a Guadix. Contrajo matrimonio con Dª Emilia Lorén y se instalaron en el barrio de la Estación de Guadix. El matrimonio tenía unas fuertes convicciones religiosas. Detenido el Obispo Manuel Medina y llevado preso a un vagón de mercancías en pleno verano, Julián intentó llevarles agua y comida a él y a los sacerdotes que con él estaban. Los milicianos lo impidieron. Escondió en su domicilio al director de la Estación de Guadix, Domingo Torres, que era buscado por los milicianos. El 24 de agosto de 1936 a las 13:30 horas se presentaron en su domicilio algunos milicianos y ferroviarios buscando a Domingo Torres, que fue detenido junto con Julián y asesinado en la Rambla de Antonio Ruiz.

Sofonías Hernández Muñoz. Nació en Gor el 27 de diciembre de 1897. Zapatero de oficio y casado con Encarnación Martínez García, sobrina del sacerdote Ramón García Ruiz, incluido en esta causa, con él que convivían. El 29 de agosto de 1936 los milicianos detuvieron al sacerdote tío de su mujer y pocas horas después volvieron para detener a Sofonías y llevarlo a la huerta de Los Geas donde le dijeron: «Sal corriendo y si no te damos, te escapas». Sofonías fue abatido y quedó abandonado en la cuneta de la carretera.

Fermín Iriarte Dueñas. Nació en Huéscar el 13 de diciembre de 1916. Era miembro de la Acción Católica y estudiaba Farmacia en Granada, pero en julio de1936 estaba de vacaciones en su domicilio. Fue detenido y trasladado a la cárcel de Almería, allí fue incluido en la saca del 23 de noviembre de 1936 y su destino fue el cementerio de Almería, donde recibió el martirio.

Manuel López Villanueva. Nació en Huéscar el 11 de mayo de 1919. Miembro de Acción Católica y estudiante de Farmacia en Granada. Tras ser detenido el 15 de febrero de 1937 y llevado a la cárcel local, fue martirizado el día 16 de febrero en las tapias del cementerio de Huéscar, junto a otros nueve oscenses.

Pedro López Villanueva. Nació en Huéscar el 9 de octubre de 1917. Estudió Derecho en Granada y fue uno de los miembros de la Acción Católica de su ciudad, con el cargo de Secretario. Detenido el 15 de agosto de 1936 y llevado a la cárcel de la ciudad, fue trasladado a la de las Adoratrices de Almería el día 10 de septiembre de 1936. El 13 de septiembre de 1936 fue llevado al Pozo de Cantavieja de Tabernas (Almería). En su martirio le acompañaron veintiuna personas más, entre los que estaban diez presbíteros,dos hermanos de La Salle y nueve seglares, ocho de ellos de Huéscar.

Ángel Lozano Ruiz. Nació en Guadix el 15 de febrero de 1915. Estudió Bachillerato y Derecho en Granada cuando se desencadenó la persecución religiosa estaba haciendo el doctorado en la Universidad central de Madrid. En 1933 fue uno de los jóvenes fundadores de Acción Católica en la ciudad accitana con el cargo de Vocal de Piedad. Sintiéndose perseguido por sus convicciones y militancia católica, estuvo escondido en varios lugares. En la noche del 1 de noviembre de 1936 fue detenido en la vivienda familiar y conducido ante el Comité con la excusa de hacerle unas preguntas, pero apenas unas horas más tarde, en la madrugada del día 2 de noviembre de 1936, fue martirizado en las tapias del cementerio de Guadix junto a un grupo de personas.

José María Martínez Durán. Nació en Caniles el 14 de agosto de 1875. Industrial y labrador de sus tierras. Era hermano del sacerdote de Caniles. Al comenzar la persecución religiosa fue detenido y trasladado a la prisión instalada en la ermita de San Sebastián. Puesto en libertad, a cambio de dinero, el 31 de agosto fue nuevamente detenido y llevado al Polvorín de Serón donde fue martirizado junto a otros cuatro detenidos.

Pedro Martínez Moreno. Nació en Puebla don Fadrique el 22 de julio de 1915. Se trasladó a Huéscar en 1929 donde comenzó a trabajar de sastre. Integrado en Acción Católica, fue detenido el 4 de agosto de 1936 y llevado a la cárcel de la ciudad; posteriormente internado en la cárcel de las Adoratrices de Almería el día 10 de septiembre de 1936 en unión de otros oscenses. El 13 de septiembre de 1936 fue asesinado en el Pozo de Cantavieja de Tabernas junto a otras veinte personas más.

Antonio Mesas Martínez. Nació en Caniles el 13 de marzo de 1883. Peón caminero nacido en el seno de una familia humilde y muy religiosa, con dos hermanos sacerdotes. Durante los primeros meses de persecución religiosa fue testigo de cómo eran detenidos sus hermanos; Manuel, preso en Baza y José, asesinado en la carretera a Guadix. En febrero de 1937 el Comité de Caniles sugirió depurar las familias de los sacerdotes. El día 18 detuvieron a D. Francisco Martínez Durán, hermano del Rvd. D. Luis Martínez Durán, y a Antonio Mesas Martínez por el delito de ser ambos hermanos de sacerdotes. Llevados al llamado pago de Zoltaina fue obligado a cavar su tumba, tras lo cual le dispararon en la nuca.

Javier Molina Martínez. Nació en Baza el 20 de enero de 1914. Era soltero y trabajaba de albañil. Fue uno de los fundadores de Acción Católica en Baza. Iniciada la persecución religiosa, fue sometido a una estrecha vigilancia por el Comité Revolucionario. Fue detenido el 11 de enero de 1937 como represalia por el bombardeo de la Estación de Baúl. Junto a otros jóvenes se les hizo un simulacro de juicio a las 12:30 de la noche, finalizado el cual fueron fusilados en las tapias del cementerio de Baza esa misma noche.

José Moreno Martínez. Nació en Galera el 28 de septiembre de 1912. Era soltero y se dedicaba al comercio. Al iniciarse la persecución religiosa, pudo ver cómo asesinaban a su padre y a otros familiares en los Pozos de Tabernas. El 18 de diciembre de 1936 fue detenido y llevado a la cárcel municipal, Desde allí fue conducido a las tapias del cementerio de Huéscar y fusilado con otros detenidos. Antes de que le dispararan se enfrentó a un miliciano sobre la sinrazón de tal muerte, éste le respondió asestándole una herida con un machete. Terminó siendo abatido por los disparos al grito de «¡Viva Cristo Rey!».

Florentino Cruz Motos Gómez. Nació en Puebla de don Fadrique el 14 de marzo de 1873. Agricultor. Estableció su domicilio en Huéscar. Iniciada la persecución religiosa acogió en su domicilio a una tía de su esposa que era monja dominica, Sor Ascensión de San José. La persecución en Huéscar se recrudeció a principios de febrero de 1937 con la llegada de una columna de milicianos, que se llevaron a prisión a ella y al sobrino. El 16 de febrero de 1937 llevaron a diez oscenses al cementerio para matarlos y entre ellos estaban Sor Ascensión de San José, Florentino Cruz Motos y Manuel López Villanueva. Para torturar a Sor San José y hacerla blasfemar, los fueron matando uno a uno, dejando para el penúltimo a Florentino y, en último lugar, a ella. Murieron gritando «¡Viva Cristo Rey!».

Antonio Navarro Llebrés. Nació en Caniles el 30 de octubre de 1897. Estudió Farmacia en las Universidades de Granada y Murcia. Contrajo matrimonio con Joaquina García Zabala el 17 de diciembre de 1924, del que nacieron tres hijos. La familia destacaba entre los cristianos comprometidos con la parroquia, muy ligados a la fe y de gran caridad. Detenido cuando se desencadenó la persecución religiosa y llevado a la cárcel municipal, de la ermita de San Sebastián; fue puesto en libertad al entregar al Comité Revolucionario una cantidad de dinero. Pero de nuevo el 31 de agosto se lo llevaron detenido, esta vez al Polvorín de Serón (Almería), donde fue asesinado junto a otras personas.

Constantino Navarro Sánchez. Nació en Caniles el 11 de marzo de 1884. Hermano del sacerdote Emiliano, también martirizado. Se dedicó al comercio. Fue detenido cuando se desencadenó la persecución religiosa y llevado a la cárcel municipal, instalada en la ermita de San Sebastián; fue puesto en libertad al entregar al Comité Revolucionario una cantidad de dinero. Pero de nuevo se presentaron en su domicilio el 31 de agosto y se lo llevaron detenido, esta vez al Polvorín de Serón (Almería) donde fue asesinado.

Ángeles Peinado Hernández. Nació en Guadix el 2 de agosto de 1892 en una familia de comerciantes. Contrajo matrimonio con Enrique Pablos García de la Serrana y quedó viuda con tres hijos a los que tuvo que sacar adelante ella sola. Era una persona de Iglesia, comprometida y participativa en su parroquia de San Miguel de Guadix. Su compromiso con la fe no lo ocultaba; formó parte del primer núcleo de católicos ligados a la Adoración Nocturna. Iniciada la persecución religiosa, acogió en su domicilio al tan buscado párroco de San Miguel, D. Ramón Ortiz Ronquillo. El 20 de octubre de 1936 un grupo de milicianos del Comité de Salud Pública acudió al domicilio de Ángeles donde incautaron sus enseres y encontraron a D. Ramón escondido en una tinaja; los detuvieron a ambos y expulsaron a los hijos de la vivienda que fue requisada. Tras un simulacro de juicio, Ángeles fue trasladada al cementerio donde fue asesinada ese mismo 20 de octubre, arengando a sus verdugos al grito de «¡Viva Cristo Rey!».

Fernando Penalva Dueñas. Nació en Huéscar el 1 de septiembre de 1912. Estudió Bachillerato en Granada. Fue fundador de la Acción Católica oscense, en la que desempeñó el cargo de Secretario. Iniciada la persecución religiosa fue acosado desde el inicio y finalmente detenido y encarcelado el 1 de octubre de 1936 en la cárcel de Huéscar. El 3 de octubre de 1936 partió de la cárcel de Huéscar el contingente de presos con dirección Almería, pero al llegar a un paraje cercano a Vélez Rubio (Almería), llamado Las Cumbres, fue asesinado juntos con las demás personas que le acompañaban.

Enrique Requena Espinar. Nació en Guadix el 19 de diciembre de 1897. Estudió Medicina en la Universidad de Granada, especializándose en oftalmología. Alentado por el Obispo Manuel Medina Olmos, se comprometió en política fundando en Guadix «Acción Obrerista», rama sindical de la CEDA, un sindicato católico con un alto componente social y católico. El Obispo Medina Olmos lo nombró Secretario de la Comisión de Acción Social Diocesana por su compromiso en favor de los desfavorecidos. Con la persecución religiosa se sabía amenazado porque sus compañeros de la Adoración Nocturna iban siendo asesinados por los «Niños de la Noche». El 1 de noviembre fue sacado de su casa y asesinado en el cementerio de Guadix. Dejaba viuda y cuatro hijos.

Atanasio Revuelta Leyva. Nació en Guadix el 23 de agosto de 1882. Era capataz agrícola y estaba casado con Elisa Fernández Castroverde, con quien tuvo cuatro hijos. Atanasio era una persona sencilla, creyente y deportista. Ingresó en la Adoración Nocturna y desde el inicio de la persecución religiosa el Comité Revolucionario lo estuvo vigilando. Su vivienda estaba próxima al cuartel de la Guardia Civil y la familia ayudó a algunos guardias que huyeron del cuartel tras el asalto perpetrado por las turbas izquierdistas. Como represalia dinamitaron la vivienda y la familia tuvo que alojarse en el domicilio de Rafael Casas Fernández. Permaneció oculto hasta el 3 de agosto de 1936 en que fue descubierto, detenido por un grupo de milicianos y conducido ante el Comité Revolucionario. En la calle del Arco de la Alcazaba fue abatido a tiros, dejando su cuerpo abandonado.

Julio de los Reyes Bueno. Nació en Granada el 25 de noviembre de 1889. Cursó estudios de Magisterio en la Escuela Normal y trabajó como Maestro a la localidad granadina de Zafarraya junto con la también maestra Carmen Arenas, con la que contrajo matrimonio. Posteriormente el matrimonio se trasladó a Guadix, donde siguieron ejerciendo su profesión. Tanto Julio como Carmen tenían un gran compromiso social y educativo, profundamente cristiano. A los pocos días de tomar el cuartel de la Guardia Civil de Guadix, los del Frente Popular se constituyen en Comité de Salud Pública e inician la persecución religiosa. En la noche del 2 de agosto de 1936 varios miembros de dicho Comité recibieron la orden de detener y asesinar a varias personas, entre ellas a Julio de los Reyes. Tras pasar por el Comité, lo llevaron a la calle de la Concepción, esquina con el callejón del Cotarro, donde le dieron tres disparos en la cabeza, dejándolo agonizante. Alguien lo recogió y lo llevó al Hospital. Julio murió ese mismo día.

Mª Josefa Romero Cano. Nació en Castril el 30 de junio de 1891. Su familia emigró a Argentina y ella se quedó al cuidado de su madre. Por su vinculación con la parroquia y la vecindad del Coadjutor de Castril, D. Antonio Huete Caballero, lo acogieron en casa cuando se desencadenó la persecución religiosa. El 24 de noviembre de 1936 se presentaron en la casa unos milicianos de La Peza junto con otros de Castril y se llevaron a D. Antonio Huete. Como llegaba la hora de la cena y D. Antonio no regresaba, Mª Josefa fue a la Casa del Pueblo a ver qué pasaba. Las horas transcurrían y ni Antonio ni Josefa regresaban por lo que su hermano Pedro decidió acercase para preguntar por ellos. Los tres fueron detenidos y trasladados a la cárcel de Guadix. Estuvieron encarcelados en Guadix hasta el 24 de diciembre de 1936 que, de madrugada, los llevaron a los tres a un paraje conocido como el barranco de la Sarguilla, en el término municipal de La Peza, donde los asesinaron y los quemaron estando aún vivos.

Pedro José Romero Cano. Nació en Castril el 12 de julio de 1895. Emigró a Argentina, donde adquirió ciudadanía y se dedicó al comercio con España; volvía reiteradamente a Castril para ver a su madre y a su hermana. No contrajo matrimonio ni tuvo descendencia. La Guerra Civil lo sorprendió en su casa de Castril con su madre anciana, su hermana y de D. Antonio Huete. En la tarde del 24 de noviembre de 1936 fue detenido junto con su hermana y D. Antonio el sacerdote. El 24 de diciembre de 1936, los tres fueron trasladados el barranco de la Sarguilla, acribillados y quemados vivos.

Bienvenido Ramón Serrano Ortiz. Nació en Huéscar el 22 de marzo de 1903. Hijo de una familia dedicada al comercio, estaba soltero y se dedicó a regentar una tienda de telas en su ciudad. Fue catequista en la parroquia y miembro de las Conferencias de San Vicente de Paúl, cercano a los miembros de Acción Católica. Iniciada la persecución religiosa fue acosado desde el inicio y detenido el día 1 de octubre de 1936 y conducido a la cárcel de Huéscar. Al día siguiente detuvieron también a su padre por protestar por la detención de su hijo, pese a estar afiliado a Izquierda Republicana. El 3 de octubre de 1936 partía de la cárcel de Huéscar un contingente de presos con dirección a Almería; al llegar a un paraje cercano a Vélez Rubio, denominado las Cumbres, Bienvenido y todos los presos fueron fusilados.

Francisco Serrano Villanueva. Nació en Baza el 4 de noviembre de 1909. Fue Maestro Nacional, trasladado a Huéscar donde participó en la fundación de Acción Católica, de la que fue presidente. Estaba afiliado a la CEDA (Partido Agrario) y era corresponsal del diario Ideal. Cuando los dirigentes del Frente Popular se hicieron dueños de la situación en Huéscar y la Guardia Civil decidió marcharse a Granada, se sintió acosado y quiso marcharse con ellos. Fueron perseguidos y alcanzados el 20 de agosto de 1936 en los Llanos de Marey, en Cortes de Baza, donde fueron abatidos y quemados sus cadáveres.

José Serrano Villanueva. Hermano del anterior, también nació en Baza el 5 de marzo de 1911. Estudió Derecho en la Universidad de Granada y ejerció como abogado. Pertenecía a la Acción Católica y también se afilió a la CEDA (Partido Agrario). Cuando el Frente Popular se hizo dueño de la situación en Huéscar intentó marcharse con la Guardia Civil. Como su hermano, fue alcanzado el 20 de agosto de1936 en los Llanos de Marey, en Cortes de Baza donde los abatieron y quemaron sus cadáveres.

Antonio Torres Montañez. Nació en Caniles el 3 de septiembre de 1881. Casado con Ildefonsa Sánchez Heras tuvo 7 hijos. Se dedicó a administrar la hacienda familiar. Era católico practicante y pertenecía a la Hermandad del Santísimo Sacramento de Caniles. Detenido cuando se desencadenó la persecución religiosa y llevado a la cárcel municipal, de la ermita de San Sebastián, fue puesto en libertad al entregar al Comité Revolucionario una cantidad de dinero. Pero el 31 de agosto de nuevo se presentaron en su domicilio y se lo llevaron detenido al Polvorín de Serón (Almería) donde lo martirizaron con otras personas.

Manuel Vera Martínez. Nació en Caniles el 10 de febrero de 1900. Contrajo matrimonio el día 10 de noviembre de 1928 con Dª Mercedes Martínez Sánchez, del que nacieron seis hijos. Tenía un comercio de ferretería. Su suegro era hermano del coadjutor de la parroquia de Caniles, D. Luis Martínez Durán. Manuel también pertenecía a la Hermandad del Santísimo Sacramento. Al comenzar la Guerra Civil y la persecución religiosa, él y toda su familia fueron muy señalados por ser personas de Iglesia con parientes sacerdotes. Al hermano de su suegro, sacerdote, lo metieron en la cárcel, y a otro hermano, José María Martínez Durán, lo martirizaron a finales de agosto de 1936. No obstante, tanto a él como a su suegro no los molestaron los primeros meses de persecución religiosa. Esta situación cambió en febrero de 1937. Una noche, un conocido de la familia les avisó de que iban a ir a por su suegro para matarlo, por lo que huyó a Lorca, quedando Manuel Vera Martínez en la casa con el resto de la familia. Al llegar los milicianos al domicilio y no ver a su suegro, se lo llevaron a él y lo fusilaron a las afueras de Caniles, en el Barranco de los Cardos, camino de «Las Molineras», en la madrugada del 18 de febrero de 1937.

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San Samuel profeta

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San Samuel profeta

San_Samuele_FConmemoración de san Samuel, profeta, quien llamado por Dios, siendo aún niño, fue después juez en Israel y, por mandato divino, ungió a Saúl como rey de su pueblo, pero rechazado éste por su falta de fidelidad, confirió también la unción real a David, de cuya descendencia había de nacer Cristo.

http://www.santopedia.com/santos/san-samuel-profeta

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Homilía en el Rocío Chico 2025

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«1. Hoy para Almonte es un día con raíces de ayer y alas de mañana.

Desde el momento en que el hombre intenta separar el presente de su pasado y de su futuro, se queda con un hoy apagado, rutinario, vacío. Es como quien corta la rama de un almendro en flor: conserva por un instante la belleza, pero pronto se marchita y muere, porque ya no tiene raíces ni esperanza de fruto.

El verdadero presente solo se vive plenamente cuando está sostenido por una memoria agradecida y una esperanza viva.

Así es como hoy celebramos este Rocío Chico del Año Jubilar 2025. Nuestro presente no es un instante sin raíces: está alimentado por la historia de la fe de un pueblo agradecido. Y tampoco es un tiempo sin horizonte: es un presente abierto a la esperanza de lo que Dios seguirá haciendo en favor de su pueblo por la intercesión de su bendita Madre, la Virgen del Rocío.

  1. Un voto de gratitud que atraviesa generaciones

Hoy, como cada 19 de agosto, volvemos a la cita de fidelidad que nuestros padres y abuelos nos dejaron como herencia y encargo. Recordando aquel año de 1810, cuando Almonte vivía horas oscuras, bajo el peso de la guerra y la amenaza de exterminio, y el pueblo experimentó, acudiendo a la Virgen del Rocío, que Ella era su protectora y defensora. Tres años después, el Ayuntamiento, el Clero y la Hermandad Matriz, como representantes del pueblo de Almonte, se comprometieron con este Voto de gratitud, pronunciado con palabras que todavía resuenan: <<por siempre jamás>>. Aquellos almonteños quisieron comprometer no solo a su propia generación, sino a las venideras, a reunirse cada año en esta marisma santa, a los pies de la Blanca Paloma, para dar gracias por la protección recibida.

Hoy, en este Santuario Nacional, renovamos esa memoria agradecida. Porque la Virgen cuidó de nuestro pueblo, cuida de él y seguirá cuidando, como Madre fiel y poderosa intercesora. El Rocio Chico es, en definitiva, una escuela de gratitud, de fidelidad y de esperanza.

  1. Año Jubilar: tiempo de gracia y esperanza

Este 2025, además, nos encontramos en un Año Jubilar, bajo el lema Peregrinos de la esperanza, un tiempo extraordinario de gracia, de reconciliación, de perdón, de conversión; un tiempo, particularmente, para reavivar nuestra esperanza que es Cristo, para experimentar que Dios no nos abandona y en su Hijo, Jesucristo, nos lo ha dado todo.

El Rocío siempre ha sido una fuente de esperanza cristiana: la esperanza de un pueblo que camina junto a su Madre, que la ha experimentado siempre y la aclama en cada Salve que le reza como Reina y Madre de misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra.

Este Rocío Chico en el Año Jubilar nos invita a redescubrir que la Virgen, asunta en cuerpo y alma junto a Dios, tiene una presencia maternal ante su Hijo. Ella sigue diciéndole, hoy como ayer, como en la boda de Caná de Galilea: «No les queda vino» (Un 2,5). Así sigue atenta a nuestras necesidades, como lo hizo con nuestros antepasados almonteños.

  1. La Virgen, maestra de esperanza en la oración

Queridos hermanos, un lugar esencial donde aprendemos la esperanza es en la oración. Cuando nadie me escucha, Dios me escucha. Cuando ya no hay quien me entienda, puedo abrir mi corazón a Dios. Cuando parece que no hay salida, Él sigue siendo la salida. Esto es lo que experimentaron los almonteños en aquellas duras circunstancias que dieron lugar al voto que renovamos.

Aquí, agarrados a estas rejas, mirando a la Virgen del Rocío, muchos han encontrado luz en medio de la oscuridad, consuelo en medio del dolor. fortaleza en la debilidad. ¡Cuánto saben de esto los devotos rocieros! Quien reza ante la Virgen nunca está solo y crece en esperanza.

Pero orar no es pedir cualquier cosa, como si Dios fuera un simple proveedor de nuestros caprichos. Orar es purificación. En la oración, el corazón se limpia de egoísmos, de rencores, de engaños. Orar es aprender a pedir lo que de verdad nos conduce a Dios.

San Agustín usaba una imagen preciosa: «Si el vaso está lleno de vinagre, ¿dónde pondrá Dios la miel?». Primero hay que vaciar el vaso, limpiar el corazón de amargura, para que pueda llenarse de la dulzura de Dios.

La Virgen del Rocío es este vaso purísimo que nos ayuda a vaciar lo que amarga y nos enseña a llenarnos de la esperanza de Dios.

  1. La Virgen, esperanza de nuestra

El mundo necesita esperanza. Vivimos tiempos de incertidumbre, de violencia, de soledades, de cansancios y confrontaciones. Y muchos buscan llenar ese vacío con satisfaciones superficiales y promesas fáciles y engañosas.

Pero la Virgen del Rocío nos señala el camino verdadero: el seguimiento de Jesucristo, nuestro Salvador. Ella es la Madre que nos muestra al Pastorcito Divino, y nos invita a rezar con el salmo: «aunque camine por cañadas oscuras, nada temo. Tu vara y tu cayado me sosiegan».

  1. Acción de gracias y compromiso

Queridos hermanos: al celebrar este Rocío Chico, lo primero es la acción de gracias. Gracias a Dios por su amor fiel. Gracias a la Virgen por su protección maternal. Gracias por este pueblo que, generación tras generación, sigue manteniendo la fe y cumpliendo el voto de sus mayores.

Pero también es día de compromiso. No basta con dar gracias, hay que renovar nuestra fidelidad a Dios. Eso significa: ser hombres y mujeres de oración sincera, para poder ser testigos de esperanza en medio de un mundo tantas veces desesperanzado. También, transmitir a vuestros hijos la fe y la devoción a la Virgen, no solo como un rasgo de identidad cultural de Almonte, sino como un camino seguro hacia Cristo, -Camino, Verdad y Vida- que llena de sentido y de esperanza el corazón de todo ser humano.

  1. Conclusión

Queridos hermanos: Hoy renovamos el voto de nuestros mayores, conscientes de que la Virgen del Rocío seguirá cuidando de su pueblo, de Almonte, y de todos sus hijos rocieros.

Digámosle con el corazón:

Virgen del Rocío, Consuelo de los afligidos, el que reza ante Ti nunca está solo.

Virgen del Rocío, Madre purísima, el que reza ante Ti se purifica.

Virgen del Rocío, Esperanza nuestra, sigue abriendo este mundo y nuestro propio corazón a tu Hijo, el Pastorcito divino.

Con la letra de una sevillana te rezamos:

Espejo de escarcha fría,

Rocío que desde el cielo

Va regando la esperanza

De los hombres rocieros

Amén.

Almonte y la Diócesis de Huelva firman un protocolo para la creación de una Casa Diocesana de Espiritualidad y Peregrinación en El Rocío

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Almonte y la Diócesis de Huelva firman un protocolo para la creación de una Casa Diocesana de Espiritualidad y Peregrinación en El Rocío

En el marco de la conmemoración del Voto del Rocío Chico, y tras la solemne procesión eucarística celebrada en los alrededores del Santuario Nacional de la Virgen del Rocío, el Ayuntamiento de Almonte y el Obispado de Huelva han formalizado un protocolo de compromiso y colaboración para la construcción de una Casa Diocesana de Espiritualidad y Peregrinación en la aldea de El Rocío.

El acuerdo fue rubricado por el alcalde de Almonte, Francisco Bella Galán, y el obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez Sierra, actuando como secretaria general del Ayuntamiento Rocío Díaz Macías y contando con la presencia del presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Santiago Padilla Díaz de la Serna, como testigo de honor.

Plano de la futura Casa de Espiritualidad y Peregrinación

Con este gesto, ambas instituciones expresan su voluntad de avanzar en un proyecto largamente deseado: dotar a la aldea de El Rocío de un espacio estable que acoja, forme y acompañe a los peregrinos que acuden durante todo el año a la Blanca Paloma.

El documento firmado subraya que “El Rocío, enclave emblemático del municipio de Almonte, es reconocido internacionalmente por su profunda tradición mariana y su relevancia en la espiritualidad popular andaluza. La devoción a la Virgen del Rocío ha convertido a la aldea en un lugar de peregrinación constante, atrayendo a miles de fieles cada año”.

Declaraciones institucionales

El alcalde de Almonte, Francisco Bella Galán, destacó la importancia del acuerdo:

“Hoy damos un paso firme en la consolidación de El Rocío como referente espiritual y cultural. Esta Casa Diocesana de Espiritualidad y Peregrinación será un espacio abierto a todos, que fortalecerá la identidad rociera y, al mismo tiempo, contribuirá al desarrollo económico y social de nuestro municipio”.

El obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez Sierra, subrayó la dimensión pastoral de la iniciativa:

“El Rocío es un lugar donde la fe se hace vida. Con esta Casa Diocesana de Espiritualidad y Peregrinación queremos ofrecer a los peregrinos un ámbito de oración, formación y encuentro, que ayude a profundizar en la devoción a la Virgen y a vivirla con mayor hondura cristiana”.

El presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Santiago Padilla Díaz de la Serna, quiso remarcar el valor del acuerdo desde la tradición rociera:

“La Hermandad Matriz recibe con gran esperanza este proyecto, que responde al anhelo de muchas generaciones de rocieros. Será un hogar espiritual para todos los que vienen a los pies de la Virgen, un lugar donde alimentar la fe y custodiar la esencia de nuestra devoción”.

Un proyecto con vocación espiritual y social

La futura Casa Diocesana de Espiritualidad y Peregrinación estará concebida como un centro de acogida y reflexión, promoviendo la fe rociera y consolidando la identidad religiosa y cultural del pueblo andaluz. Además de su dimensión pastoral, el proyecto se presenta también como una iniciativa de interés social, con capacidad para generar empleo, dinamizar la economía local y fomentar un desarrollo sostenible en el entorno.

Con la firma de este protocolo, el Ayuntamiento de Almonte y el Obispado de Huelva reafirman su compromiso con el fortalecimiento de la devoción mariana y con el progreso espiritual y social de la aldea de El Rocío.

Galería de fotos

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El Rocío Chico 2025 se celebra en el marco del Año Jubilar, renovando 212 años de gratitud a la Virgen

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El Rocío Chico 2025 se celebra en el marco del Año Jubilar, renovando 212 años de gratitud a la Virgen

La aldea de El Rocío, en Almonte, ha acogido en la mañana de este martes la conmemoración del 212 aniversario del Rocío Chico, memoria viva de la acción de gracias que los almonteños elevaron a su patrona, la Virgen del Rocío, en 1813, al atribuirle la intercesión decisiva frente a las tropas napoleónicas que entonces asolaban España.

Según la tradición, aquel año los vecinos de Almonte se enfrentaron con valentía a las fuerzas francesas, consiguiendo resistir a la invasión. El pueblo creyó firmemente que fue la Virgen del Rocío quien les protegió de la ocupación y de un posible exterminio, y desde entonces se renovó cada año el voto solemne de gratitud.

El momento central de la jornada ha tenido lugar a las 10:00 horas en el Santuario de Nuestra Señora del Rocío, donde se ha celebrado la Función del Voto de Gracias del Rocío Chico 2025. Cientos de fieles participaron en la eucaristía, orando con devoción y manteniendo viva la promesa que sus antepasados hicieron hace más de dos siglos.

A continuación puede leer la homilía íntegra del Obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez Sierra:

«1. Hoy para Almonte es un día con raíces de ayer y alas de mañana.

El verdadero presente solo se vive plenamente cuando está sostenido por una memoria agradecida y una esperanza viva.

Así es como hoy celebramos este Rocío Chico del Año Jubilar 2025. Nuestro presente no es un instante sin raíces: está alimentado por la historia de la fe de un pueblo agradecido. Y tampoco es un tiempo sin horizonte: es un presente abierto a la esperanza de lo que Dios seguirá haciendo en favor de su pueblo por la intercesión de su bendita Madre, la Virgen del Rocío.

2. Un voto de gratitud que atraviesa generaciones

Hoy, como cada 19 de agosto, volvemos a la cita de fidelidad que nuestros padres y abuelos nos dejaron como herencia y encargo. Recordando aquel año de 1810, cuando Almonte vivía horas oscuras, bajo el peso de la guerra y la amenaza de exterminio, y el pueblo experimentó, acudiendo a la Virgen del Rocío, que Ella era su protectora y defensora. Tres años después, el Ayuntamiento, el Clero y la Hermandad Matriz, como representantes del pueblo de Almonte, se comprometieron con este Voto de gratitud, pronunciado con palabras que todavía resuenan: <<por siempre jamás>>. Aquellos almonteños quisieron comprometer no solo a su propia generación, sino a las venideras, a reunirse cada año en esta marisma santa, a los pies de la Blanca Paloma, para dar gracias por la protección recibida.

Hoy, en este Santuario Nacional, renovamos esa memoria agradecida. Porque la Virgen cuidó de nuestro pueblo, cuida de él y seguirá cuidando, como Madre fiel y poderosa intercesora. El Rocio Chico es, en definitiva, una escuela de gratitud, de fidelidad y de esperanza.

3. Año Jubilar: tiempo de gracia y esperanza

Este 2025, además, nos encontramos en un Año Jubilar, bajo el lema Peregrinos de la esperanza, un tiempo extraordinario de gracia, de reconciliación, de perdón, de conversión; un tiempo, particularmente, para reavivar nuestra esperanza que es Cristo, para experimentar que Dios no nos abandona y en su Hijo, Jesucristo, nos lo ha dado todo.

El Rocío siempre ha sido una fuente de esperanza cristiana: la esperanza de un pueblo que camina junto a su Madre, que la ha experimentado siempre y la aclama en cada Salve que le reza como Reina y Madre de misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra.

Este Rocío Chico en el Año Jubilar nos invita a redescubrir que la Virgen, asunta en cuerpo y alma junto a Dios, tiene una presencia maternal ante su Hijo. Ella sigue diciéndole, hoy como ayer, como en la boda de Caná de Galilea: «No les queda vino» (Un 2,5). Así sigue atenta a nuestras necesidades, como lo hizo con nuestros antepasados almonteños.

4. La Virgen, maestra de esperanza en la oración

Queridos hermanos, un lugar esencial donde aprendemos la esperanza es en la oración. Cuando nadie me escucha, Dios me escucha. Cuando ya no hay quien me entienda, puedo abrir mi corazón a Dios. Cuando parece que no hay salida, Él sigue siendo la salida. Esto es lo que experimentaron los almonteños en aquellas duras circunstancias que dieron lugar al voto que renovamos.

Aquí, agarrados a estas rejas, mirando a la Virgen del Rocío, muchos han encontrado luz en medio de la oscuridad, consuelo en medio del dolor. fortaleza en la debilidad. ¡Cuánto saben de esto los devotos rocieros! Quien reza ante la Virgen nunca está solo y crece en esperanza.

Pero orar no es pedir cualquier cosa, como si Dios fuera un simple proveedor de nuestros caprichos. Orar es purificación. En la oración, el corazón se limpia de egoísmos, de rencores, de engaños. Orar es aprender a pedir lo que de verdad nos conduce a Dios.

San Agustín usaba una imagen preciosa: «Si el vaso está lleno de vinagre, ¿dónde pondrá Dios la miel?». Primero hay que vaciar el vaso, limpiar el corazón de amargura, para que pueda llenarse de la dulzura de Dios.

La Virgen del Rocío es este vaso purísimo que nos ayuda a vaciar lo que amarga y nos enseña a llenarnos de la esperanza de Dios.

5. La Virgen, esperanza de nuestra

El mundo necesita esperanza. Vivimos tiempos de incertidumbre, de violencia, de soledades, de cansancios y confrontaciones. Y muchos buscan llenar ese vacío con satisfaciones superficiales y promesas fáciles y engañosas.

Pero la Virgen del Rocío nos señala el camino verdadero: el seguimiento de Jesucristo, nuestro Salvador. Ella es la Madre que nos muestra al Pastorcito Divino, y nos invita a rezar con el salmo: «aunque camine por cañadas oscuras, nada temo. Tu vara y tu cayado me sosiegan».

6. Acción de gracias y compromiso

Queridos hermanos: al celebrar este Rocío Chico, lo primero es la acción de gracias. Gracias a Dios por su amor fiel. Gracias a la Virgen por su protección maternal. Gracias por este pueblo que, generación tras generación, sigue manteniendo la fe y cumpliendo el voto de sus mayores.

Pero también es día de compromiso. No basta con dar gracias, hay que renovar nuestra fidelidad a Dios. Eso significa: ser hombres y mujeres de oración sincera, para poder ser testigos de esperanza en medio de un mundo tantas veces desesperanzado. También, transmitir a vuestros hijos la fe y la devoción a la Virgen, no solo como un rasgo de identidad cultural de Almonte, sino como un camino seguro hacia Cristo, -Camino, Verdad y Vida- que llena de sentido y de esperanza el corazón de todo ser humano.

7. Conclusión

Queridos hermanos: Hoy renovamos el voto de nuestros mayores, conscientes de que la Virgen del Rocío seguirá cuidando de su pueblo, de Almonte, y de todos sus hijos rocieros.

Digámosle con el corazón:

Virgen del Rocío, Consuelo de los afligidos, el que reza ante Ti nunca está solo.

Virgen del Rocío, Madre purísima, el que reza ante Ti se purifica.

Virgen del Rocío, Esperanza nuestra, sigue abriendo este mundo y nuestro propio corazón a tu Hijo, el Pastorcito divino.

Con la letra de una sevillana te rezamos:

Espejo de escarcha fría,

Rocío que desde el cielo

Va regando la esperanza

De los hombres rocieros

Amén.

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Monte Lope Álvarez recuerda al Beato Manuel Aranda en el aniversario de su martirio

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En la pedanía marteña de Monte Lope Álvarez, tuvieron lugar el pasado día 8, unos actos en recuerdo del 89 aniversario del martirio del joven seminarista, el Beato Manuel Aranda.

Fueron unos actos muy emotivos organizados por la Asociación Beato Manuel Aranda. Un destacado número de asistentes, llegados de diversas localidades, participaron en el programa ofrecido, destacando la celebración de la Eucaristía, que estuvo presidida por el sacerdote, canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Jaén, D. Antonio Aranda, sobrino del beato, y concelebrada por varios sacerdotes, D. José Rodríguez, D. Melitón Bruque y el párroco del lugar, Fray Florencio Fernández.

La ceremonia religiosa, se celebró en el lugar denominado ‘La Cruz’, en el que fue martirizado, hace 89 años, al dar testimonio de su fe, el joven seminarista monteño.  A lo largo de la misa, el sacerdote y sobrino carnal del beato, D. Antonio Aranda, dirigió unas palabras en recuerdo del seminarista, beato de Cristo, con alusiones a su vida y de su entrega a Dios, por la que perdió la vida, a los 20 años de edad, al no renunciar a sus creencias.

Con estos actos, y en esta efeméride, cada año, desde 2013, se recuerda al seminarista- mártir, el día de su martirio, el 8 de agosto de 1936, pero muy especialmente por su beatificación en Tarragona, el 13 de octubre de 2013.

Finalmente, los participantes en los actos, acudieron a un recital de sonetos que ofreció su autor y gran devoto, Miguel Sánchez, y elevando oracionesa la Virgen del Carmen, patrona del lugar, juntoal monumento que se ha levantado en su honor, un proyecto, que llevaba años en cartera y que, por fin, gracias a los alcaldes de Martos y de El Monte, y al párroco Fray Florencio, se ha realizado con el beneplácito de la mayoría de los fieles.

Allí, los presentes ofrecieron una plegaria a la Reina de los cielos, y se rezó por el pueblo, por el Seminario, por sus Formadores y Seminarista de Jaén; él se formó en este Seminario y se fortaleció para dar ejemplo de valentía en la defensa de su condición de cristiano.

La jornada de religiosidad, recuerdos y de fe, concluyó con una convivencia, compartiendo todos los asistentes un refrigerio.

Manuel Contreras Pamos

Momentos de Fe y Devoción

El beato Manuel Aranda, seminarista mártir de Cristo fue recordado, un año más, en la pedanía marteña de Monte Lope Álvarez, en el aniversario de su martirio. Fueron momentos intensos con sentimientos de fe y devoción.

A la caída del día, cuando el sol iba palideciendo y dejaba ver el cielo cuajado de estrellas, con un horizonte de esperanza confiada en el Señor, cuando la Hostia y el Cáliz consagrados se elevaban al Padre, así como el cuerpo joven de Manuel, cuerpo partido y sangre derramada, un día como este, de hace 89 años, llegara al cielo.

El verde de los olivos, testigos del martirio, la meditación y el recuerdo, hacían sentir la fe, viviéndose una profunda experiencia de Iglesia, de amor y fraternidad.

Antonio Aranda

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Más de una treintena de sacerdotes participan en el decenio con el Obispo

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Este año está previsto que visiten Valladolid y el Monasterio del Escorial del 18 al 20 de agosto

Monseñor Jesús Fernández está acompañando a más de una treintena de sacerdotes ordenados en la diócesis de Córdoba en los últimos diez años en la tradicional peregrinación que organizan cada año. El viaje comenzó el lunes por la mañana con destino Valladolid, donde llegaron por la tarde y tuvieron la oportunidad de conocer el Santuario de la Gran Promesa, tener un rato de oración y celebrar misa con vísperas en este templo consagrado al culto del Sagrado Corazón de Jesús. El grupo se alojó en la Casa de espiritualidad del Santuario.

La jornada del martes comenzará con el rezo Laudes y un tiempo de oración personal, tras el cual partirán hacia el Monasterio de las Carmelitas Samaritanas para celebrar la eucaristía. Antes del almuerzo los sacerdotes diocesanos podrán visitar la Catedral de Valladolid o el museo nacional de escultura. La tarde del martes está previsto el viaje al Escorial, donde pasarán la noche, en cuyo Monasterio celebrarán la misa el miércoles, 20 de agosto, antes de comer y emprender el viaje de vuelta a Córdoba.

Sin duda una buena oportunidad para que los sacerdotes ordenados en los últimos diez años compartan tres días de oración, comunión y fraternidad como hermanos junto al pastor de la Diócesis, el rector y los formadores del Seminario Conciliar San Pelagio. Cada año un nutrido grupo de presbíteros se dan cita durante el verano antes de comenzar el nuevo curso y volver cada uno a su tarea ministerial.






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Verano de misión. «Está siendo una experiencia inolvidable que marcará nuestros corazones»

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“Qué mejor manera de celebrar nuestro aniversario que yendo hacia la misión. Qué suerte tenemos de tenernos y de tenerle”. Así reza el post que escribió Alejandro Abrante el pasado 3 de agosto en redes sociales. Este diácono permanente junto a su esposa, Alejandra Hernández, se encuentran en Costa de Marfil realizando una nueva experiencia misionera.

Según indicó Abrante, estos días les están sirviendo para conocer y visitar personas. En definitiva, para “estar”. Asimismo, valoró que, en esta ocasión, parte del equipo parroquial está compuesto por tres misioneras, dos brasileñas y una italiana, «Hijas de María Misionera», que llevan desde octubre por estas tierras africanas con un grupo de novicias. “Hemos estado un par de días sin luz, pero las sonrisas de la gente de Assinie nos han iluminado la vida”, añadió Abrante.

En esta aventura misionera también están participando tres jóvenes del grupo GAMIR. Uno de ellos es Dani, profesor de Enseñanza Religiosa. “Mi experiencia en la misión en Costa de Marfil está siendo muy enriquecedora. Poder ayudar a los demás considero que es una fuente de bienestar y alegría que es recompensada con las sonrisas que recibimos”.

Por su parte, Claudia está disfrutando de su primera experiencia misionera. “Estos días en Costa de Marfil me están llenando tanto espiritualmente como emocionalmente. Estoy aprendiendo muchísimo de la cultura, de cómo se vive aquí, de cómo se comparte, lo feliz de lo sencillo…Estoy súper contenta y con ganas de que Dios me siga guiando”.

El grupo de misioneros lo completa María, estudiante de medicina. “Me siento afortunada por estar aportando nuestro granito de arena en esta misión, especialmente, en el pueblo de Adiaké. Igualmente, con nuestra ayuda en el orfanato y con los niños del pueblo. Para nosotros es un regalo conocer su cultura, recibir tanto amor y ver la fortaleza de su fe. Está siendo, sin duda, una experiencia inolvidable que marcará nuestros corazones”.

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Lecturas para la celebración de la eucaristía en inglés, italiano y francés

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