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San Francisco Solano

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San Francisco Solano

san francisco solanoFrancisco Solano, llamado «el Taumaturgo del nuevo mundo», por la cantidad de prodigios y milagros que obtuvo en Sudamérica, nació en 1549, en Montilla, Andalucía, España.

Francisco fue el tercer hijo de Mateo Sánchez Solano y Ana Jiménez. Sus dos hermanos se llamaban Diego e Inés. Creció Francisco en un hogar noble y cristiano donde se apreciaba más la hidalguía del espíritu que la de la sangre.

Montilla era un lugar eminentemente religioso. Seguramente, Solano conoció a San Juan de Ávila, que murió cuando Francisco tenía veinte años. En aquella época, había en Montilla docena y media de iglesias, así como cinco conventos y numerosas cofradías.

INGRESO A LA ORDEN FRANCISCANA

Francisco estudió con los Jesuitas, pero entró a la comunidad Franciscana porque le atraían mucho la pobreza y la vida tan sacrificada de los religiosos de esa Orden; por ello, decidió ingresar como novicio en el convento franciscano de San Lorenzo, situado en la Huerta del Adalid. Era un lugar de enorme belleza natural, con abundantes árboles, plantas y flores, jazmines, un estanque con peces, caza menor y pájaros. En medio de este paraíso natural, había varias ermitas esparcidas que invitaban a la oración y la contemplación.

En el convento la disciplina era muy estricta, conforme a la regla primitiva. Los novicios franciscanos pasaban la mayor parte del tiempo dedicados al silencio y la meditación. Hablaban muy poco, siempre de dos en dos, en voz baja y no por mucho tiempo. En cuanto a la meditación, había tres turnos diarios de media hora de duración cada uno.

Francisco era muy virtuoso, paciente y humilde. Dormía siempre en el suelo, sobre una cobija o un cañizo de palos. Usaba un cilicio durante todo el año. Andaba descalzo a no ser que estuviera enfermo y sólo comía legumbres y fruta. Se excedía a menudo en la práctica de mortificaciones y penitencias, con el resultado durante toda su vida de una salud débil y quebrantada.

El día 25 de Abril de 1570 hizo profesión religiosa para ser fraile de coro. Tenía entonces veintiún años.

ESTANCIA EN LORETO (1572-1579). ORDENACIÓN SACERDOTAL

Poco tiempo después fue destinado al convento sevillano de Nuestra Señora de Loreto, donde cursó estudios de Filosofía y Teología. En Loreto, la observancia regular era también muy estricta. Los maestros que más influyeron en el joven Francisco fueron dos: el teólogo y humanista fray Luis de Carvajal y el músico y científico padre Juan Bermudo. Durante su largo período de formación, Solano no sólo se instruyó en la teología de San Buenaventura, sino que tuvo ocasión de desarrollar sus dotes innatas para la música y el canto.

En 1576 fue ordenado sacerdote. Asistió su padre, pero no así su madre, que se encontraba enferma y casi ciega. Lo nombraron vicario de coro, es decir, encargado de dirigir el rezo y los cantos del oficio divino. Amante de la austeridad y la pobreza, Solano se hizo una pequeña celda en las inmediaciones del coro, en un diminuto rincón en el que apenas cabía. La celda estaba hecha de cañas y barro cocido, con un pequeño agujero que servía de ventana para poder rezar y estudiar.

Una vez terminados los estudios de teología, fue nombrado predicador, labor que desarrolló en pueblos cercanos, y que resultaría determinante en su futuro como misionero. La tarea de predicar no era fácil, y requería estudio continuo y dedicación permanente. Posteriormente, fue nombrado también confesor.

Hay que decir que la primera intención del santo era la de ser mártir. Solicitó sin éxito ser destinado a Berbería para morir en el intento de evangelizar a los africanos. En vista de la negativa de sus superiores, Solano se fijó otra meta: América, pero tuvo que esperar algún tiempo antes de poder ver realizado su deseo de convertirse en misionero.

REGRESO A MONTILLA

La muerte de su padre le hizo volver temporalmente a Montilla para visitar a su madre. Sin embargo, su estancia se prolongó más de lo previsto debido a una epidemia mortal que afectó incluso a varios frailes del convento franciscano.

En Montilla realizó varias curaciones inexplicables que dieron comienzo a su fama como milagrero. Un día iba pidiendo limosna por las calles cuando una mujer le pidió que leyera el evangelio a un niño de seis meses que llevaba en brazos. Solano vio que el niño tenía numerosas llagas e hinchado el rostro. Cuentan que lamió el rostro y las llagas con su boca y lengua, y que a la mañana siguiente el niño amaneció mejor y se curó.

También curó a un pobre hombre que tenía llagas en las piernas y apenas podía andar ayudado por unas muletas. Dicen que le besó las llagas y curó de inmediato.

En 1581, Francisco Solano fue destinado como vicario y maestro de novicios al convento cordobés de la Arruzafa, donde solía visitar a los enfermos incluso desatendiendo algunas horas de oración, y recomendaba a los más jóvenes que tuvieran paciencia en los trabajos y adversidades.

En 1583, fue trasladado a San Francisco del Monte, en Sierra Morena, a 30 kilómetros al noreste de Córdoba. Era un paraje de gran hermosura. Allí comía sopas de pan con agua, vinagre y un casco de cebolla.

Una de las cosas que Solano intentó imitar de San Francisco de Asís era su relación especial con los animales. Pues bien, cuentan que había una serpiente de gran tamaño que atacaba a ganados y pastores y hacía estragos en toda la región, y a la cual Solano reprendió y ordenó ir al convento, donde fue convenientemente alimentada. Dicen que después de comer la serpiente se marchó y no volvió a causar daño en la comarca.

Hubo entonces una terrible epidemia de peste en Andalucía que afectó con especial virulencia a la ciudad de Montoro. Durante un mes, y en compañía de fray Buenaventura Núñez, Francisco fue a cuidar a los enfermos, que eran llevados fuera del pueblo a la Ermita de San Sebastián.

Ambos frailes prestaban servicio a los afectados y les hacían las camas, los sacramentaban y ayudaban a morir, y después los enterraban. Los dos se contagiaron de la enfermedad pero Solano logró curarse. En Montoro, el nombre de una calle recuerda la labor humanitaria llevada a cabo por el santo.

De su estancia en Granada cabe señalar que iba a predicar a las cárceles y que visitaba a los enfermos del Hospital de San Juan de Dios. Poco después, el rey Felipe II pidió a los franciscanos que enviaran misioneros a Sudamérica. Finalmente y para alegría suya, Francisco fue el elegido para la misión de extender la religión en estas tierras.

Fray Francisco Solano recorrió el continente americano durante 20 años predicando, especialmente a los indios. Pero su viaje más largo fue el que tuvo que hacer a pie, con incontables peligros y sufrimientos, desde Lima hasta Tucumán (Argentina) y hasta las pampas y el Chaco Paraguayo. Más de 3,000 kilómetros y sin ninguna comodidad. Sólo confiando en Dios y movido por el deseo de salvar almas.

Fray Francisco llegaba a las tribus más guerreras e indómitas y aunque al principio lo recibían al son de batalla, después de predicarles por unos minutos con un crucifijo en la mano, conseguía que todos empezaran a escucharle con un corazón dócil y que se hicieran bautizar por centenares y miles.

Estando el santo predicando en La Rioja (Argentina) llegó la voz de que se acercaban millares de indios salvajes a atacar la población. El peligro era sumamente grande, todos se dispusieron a la defensa, pero Fray Francisco salió con su crucifijo en la mano y se colocó frente a los guerreros atacantes y de tal manera les habló (logrando que lo entendieran muy bien en su propio idioma) que los indígenas desistieron del ataque y poco después aceptaron ser evangelizados y bautizados en la religión católica.

El Padre Solano tenía una hermosa voz y sabía tocar muy bien el violín y la guitarra. Y en los sitios que visitaba divertía muy alegremente a sus oyentes con sus alegres canciones. Un día llegó a un convento donde los religiosos eran demasiado serios, por lo que recordando el espíritu de San Francisco de Asís –quien decía que era necesario vivir siempre interior y exteriormente alegres- se puso a cantarles y hasta a danzar tan jocosamente que aquellos frailes terminaron todos cantando y bailando en honor de Dios.

San Francisco Solano misionó por más de 14 años por el Chaco Paraguayo, por Uruguay, el Río de la Plata, Santa Fe y Córdoba de Argentina, siempre a pie, convirtiendo innumerables indígenas y también muchísimos colonos españoles. Su paso por cada ciudad o campo, era un renacer del fervor religioso.

Un día en el pueblo llamado San Miguel, estaban en un toreo, y el toro feroz se salió del corral y empezó a cornear sin compasión por las calles. Llamaron al santo y éste se le enfrentó calmadamente al terrible animal. Y la gente vio con admiración que el bravísimo toro se le acercaba a Fray Francisco y le lamía las manos y se dejaba llevar por él otra vez al corral.

LLEGADA A LIMA

Llegado a Lima, Francisco fue nombrado Guardián del Convento de la Recolección. Como siempre, se resistió todo lo que pudo antes de aceptar cualquier cargo de responsabilidad, exagerando de manera deliberada su propia incapacidad para gobernar, pero finalmente tuvo que acatar la autoridad de sus superiores.

Su obsesión por la pobreza era tal que no quería que se blanqueara o enladrillara la casa, ni que se pulieran las puertas y ventanas. En su celda, tan sólo tenía un camastro, una colcha, una cruz, una silla y mesa, un candil y la Biblia junto con algunos otros libros. Era el primero en todo, y jamás ordenó una cosa que no hiciera él antes.

Sus consejos eran prudentes, y cuando tenía que reprender a alguno de los demás frailes, lo hacía con gran celo y caridad. Sus excesivas penitencias y su espíritu de oración no le impedían ser alegre con los demás. Solano era también el santo de la alegría.

SECRETARIO PROVINCIAL. GUARDIÁN EN TRUJILLO (1602-1604)

En 1601, fue elegido Secretario y acompañante del superior provincial, cargo en el que duró menos de un año. En uno de los viajes casi se muere por el camino, y en vista de su delicado estado de salud, se le asignó un nuevo destino: la ciudad de Trujillo, fundada por Francisco Pizarro apenas medio siglo antes de la llegada de Solano al Perú.

En Trujillo buscaba Solano un poco de paz y tranquilidad, y sobre todo apartarse de la gran fama que tenía en Lima. Se dedicaba a visitar a los enfermos, en especial a una anciana leprosa a la que a menudo llevaba regalos. En casa de otra enferma, había un árbol junto a la ventana en el que un pajarillo cantaba deliciosamente solamente cuando iba Solano.

Predicaba en el hospital de la ciudad y también visitaba a los presos, para hablar con ellos, confesarlos y ayudarlos a bien morir. Para rezar, se refugiaba en la huerta del convento, en la que había numerosos pajarillos. Eran tantos que cuentan que Solano les daba de comer por turnos, y que los que comían se apartaban para que pudieran comer los otros.

Su amor por la pobreza era tan grande que no consentía en cambiar de zapatos, sino sólo en remendarlos, de manera que el zapatero tuvo que engañarlo y se quedó con los antiguos zapatos como reliquia.

OTRA VEZ GUARDIÁN EN LIMA (1604). EL SERMÓN QUE CONVIRTIÓ A LIMA

En 1604, Solano volvió a Lima, ciudad donde pasaría los últimos años de su vida. A pesar de su precario estado de salud, continuaba haciendo grandes penitencias y pasaba noches enteras en oración. Sus visitas a la enfermería se hicieron cada vez más frecuentes.

Sin embargo, iba a menudo a visitar a los enfermos o salía a las calles a predicar con su pequeño rabel y una cruz en las manos. Así conseguía juntar a un gran número de personas y las congregaba en la plaza mayor, donde se dirigía a la muchedumbre en alta voz. Su predicación se fundamentaba en citas bíblicas y en la doctrina de los Padres de la Iglesia.

Predicaba en todas partes: en los talleres artesanales, en los garitos, en las calles, en los monasterios e incluso en los corrales de teatro. Especial significado tuvo su oposición a ciertos espectáculos teatrales en los que a su juicio se ofendía a Dios. En España se había producido una corriente de opinión en contra de este género, y muchos artistas se tuvieron que desplazar hacia el Nuevo Mundo, donde gozaban de mayor aceptación popular.

En Lima había tres compañías de comedias. Solano entraba en los corrales con un Cristo en la mano y mucha gente le seguía abandonando el lugar. Más de una vez consiguió que hubiera que anular la representación, porque con él se iba todo el mundo.

ÚLTIMOS AÑOS DE SU VIDA

En octubre de 1605, Solano pasó a la enfermería del convento. Postrado y gravemente enfermo del estómago, apenas si podía salir a predicar y a visitar a los enfermos. Procuraba asistir a la comida en el refectorio junto con los demás frailes, pero comía muy poco, tan sólo unas hierbas cocidas. Además, seguía excediéndose en sus penitencias y no miraba por su delicada salud.

Cuando se levantaba, le gustaba dar paseos por el claustro del convento y rezar ante los cuadros de la vida de San Francisco de Asís. En el aula de teología, pasaba muchas horas ante un cuadro que había de San Buenaventura, a quien tenía gran devoción.

En octubre de 1609, hubo un terremoto en la ciudad de Lima. La primera sacudida fue de noche, pero después se produjeron hasta 14 nuevos temblores de tierra. Cuentan que el agua se derramaba de las fuentes y que las campanas tocaban solas. Las iglesias se llenaron de gente. Solano salió a predicar, aunque apenas si podía tenerse en pie.

Durante su última enfermedad, le trataron cuatro médicos. Solano era poco más que un esqueleto viviente. Tenía mucha fiebre y fortísimos dolores de estómago. Finalmente murió el 14 de junio de 1610, día de San Buenaventura. Dicen que ese día los pájaros se despidieron de él cantando junto a la ventana de su celda desde por la mañana temprano. Murió a las once y tres cuartos de la mañana. Ese mismo día y a la misma hora se produjo un extraño toque de campanas en el convento de Loreto.

POST-MORTEM

Su cuerpo fue trasladado al oratorio de la enfermería, donde acudió gran cantidad de gente a venerarlo. Allí mismo fue retratado por dos pintores. A su entierro asistieron unas 5.000 personas.

Tan sólo 15 días después de su muerte, se abrió su proceso de canonización. Las gestiones comenzaron en Lima, donde hubo 500 testigos, y después continuaron en otras ciudades del Perú, en el Tucumán y en España. San Francisco Solano fue canonizado el 27 de diciembre de 1726.

(Fuente: arzobispadodelima.org)

http://www.santopedia.com/santos/san-francisco-solano-taumaturgo

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El Hierro rinde homenaje a su patrona en la Fiesta Real

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El Hierro ha culminado este sábado 13 de julio, el Voto de 1741 que dio origen a la Bajada de la Virgen de los Reyes. El compromiso de descender a la imagen de la patrona herreña cada cuatro años hubiera o no necesidad, a la villa de Valverde y realizar un novenario cuyo culmen ha sido la Fiesta Real.

La imagen, vestida de azul y oro, fue portada en el gran trono de plata, adquirido en 1961 por el pueblo herreño por 150.000 pesetas y estrenado en la Fiesta Real de ese año, el 21 de mayo.

Durante la Fiesta Real, todos los grupos de bailarines y tocadores de la isla ofrecieron la tradicional “Venia” a la Patrona. En este sentido, entraron, pueblo a pueblo, en la iglesia matriz de La Concepción, siguiendo el orden de las “rayas” de La Bajada: Sabinosa, El Pinar, El Golfo, Isora, San Andrés, El Norte y la Villa de Valverde.

La Eucaristía estuvo presidida por el obispo de San Feliú de Llobregat, Xabier Gómez, quien recordó en su homilía que, en este mundo nuestro donde se levantan muros, donde se agitan banderas de egoísmo y miedo, Jesús nos enseña algo radical: el prójimo no se define por la sangre ni por la nación, sino por el amor. “¿Y no es eso lo que hace María? ¿No es eso lo que hace esta isla, pequeña en tamaño pero grande en corazón? La maternidad es cuidado, es cercanía que acompaña, educa y deja volar”.

Gómez añadió que un día como hoy, la isla entera se hace música, la tierra y el mar, los pies se hacen danza, y el corazón se vuelve oración. “Hoy damos gracias a Dios por María, aquí venerada como Virgen de los Reyes…Cada Bajada no es solo un evento. Es una catequesis en movimiento. Es un Evangelio danzado. Es María diciéndonos: La Palabra está cerca: ivívela! Cristo es el centro: isíguelo! El otro es tu prójimo, siempre: ¡ámalo! ¡cuídalo!i protégelo! ¡intégralo!

Tras la celebración de la Eucaristía, se inició la procesión por las calles principales de Valverde, con un grupo de bailarines formado por ocho parejas de cada pueblo.

Antes de que la imagen regresara a la iglesia, hubo un espacio para dedicarle loas a la Madre Amada, momentos de profunda emoción por parte del público.

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Entrada triunfal de la Virgen de las Nieves. “Esta fiesta lustral es la confesión del pueblo palmero que sabe que María es madre, refugio, consuelo y esperanza”

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La imagen de la Virgen de las Nieves ya “descansa” en El Salvador. Este domingo 13 de julio ha tenido lugar la entrada triunfal de la patrona palmera en la capital de la isla.  A las 7.30 h., en la parroquia de La Encarnación, se celebró la Eucaristía presidida por José Anselmo Pérez y cantada por el coro parroquial de Calcinas.

A esa misma hora dio inicio la procesión cívica del Pendón Real de Santa Cruz de La Palma desde las casas consistoriales hasta la plaza de La Encarnación.

Una hora más tarde, tuvo lugar el recibimiento del representante de su majestad el Rey, responsabilidad que una vez más recayó en el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo. Acto seguido, se inició la procesión de entrada triunfal de la Virgen en la ciudad por el recorrido tradicional. Al paso de la procesión por el barranco de las Nieves tuvo lugar la representación del diálogo entre el Castillo y la Nave, obra original del poeta y dramaturgo palmero, Antonio Rodríguez.

Miles de personas abarrotaron las inmediaciones de la Alameda para escuchar, tras diez años de espera, las famosas palabras de este diálogo: “¡Artillero! ¡Saca la plomada al cañón! ¡Fuego!”.  Sin duda, uno de los grandes actos emblemáticos de la Bajada durante su entrada a Santa Cruz de La Palma. Tal y como ocurriera en la Bajada de 2015, este diálogo contó con los mismos protagonistas: Kike Santacruz, que hizo de castillo, y Alicia Fernández, de nao.

Posteriormente, la imagen de la Virgen se adentró en la calle Pérez de Brito en un marco inmejorable para la ocasión. Un cielo azul, prácticamente sin nubes, pétalos de flores que caían de lo alto de las casas ornamentadas con terciopelos y damascos, ondeantes colgaduras en las fachadas y miles de personas ataviadas para este día solemne, fue la estampa que se sucedió a lo largo del trayecto.

Ya en la Plaza de España llegó otro de los momentos esperados de la jornada. La Loa de Recibimiento de Nuestra Señora de Las Nieves a cargo del coro de la Bajada, que comenzó a la hora prevista, en torno a las 11.15 h.

«Sacro templo, tabor misterioso, entreabre tus puertas, tu roca sea altar». En esta parte de la Loa se abrió el pórtico del templo de El Salvador para, posteriormente, celebrar la Eucaristía pontifical que estuvo presidida por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses.

Tras el saludo a las autoridades, clero y fieles, monseñor Saiz Meneses expresó con firmeza que estamos viviendo un tiempo de gracia. “Tras los años duros que han marcado la historia reciente de esta isla, celebramos con fe y esperanza la llegada de María santísima a esta iglesia matriz de El Salvador. Su presencia entre nosotros no es sólo una visita, sino un signo maternal del consuelo y del amor de Dios. María, peregrina de esperanza, camina con nosotros. A su protección y amparo presentamos nuestras heridas, nuestras luchas, y también nuestras alegrías. Hoy La Palma se encuentra de fiesta porque la Madre está en casa”.

Por otro lado, a la luz de la parábola del Buen Samaritano, el arzobispo de Sevilla recordó que hacerse prójimo es conmoverse ante el sufrimiento ajeno. “Ese es el ejemplo que nos ofrece Nuestra Señora de las Nieves, que en cuanto recibe el anuncio del Ángel se pone en camino hacia la montaña, para ayudar a su prima Isabel. María es la mujer que sale al encuentro, que acompaña, que sirve, que está siempre al lado del necesitado, en servicio delicado a los demás”.

En este sentido, Saiz Meneses indicó que la presencia de la Virgen de las Nieves entre nosotros, después de años tan difíciles, es un signo de la misericordia de Dios. “Esta fiesta lustral es, ante todo, una proclamación de fe. Es la confesión de un pueblo que sabe que María es madre, refugio, consuelo y esperanza”.

Por último, el arzobispo de Sevilla se despidió con un deseo. “Que esta Bajada sea un nuevo Pentecostés para La Palma. Que brote una Iglesia renovada en el amor, comprometida con los pobres, servidora del Evangelio. Que se fortalezca la pastoral familiar, la vida consagrada, el testimonio de los laicos, la unidad entre las parroquias y la caridad organizada, como bien lo muestra el proyecto solidario con Senegal promovido por Cáritas”.

– GALERÍA DE IMÁGENES

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Comunicado del obispo de Cartagena ante la situación en Torre Pacheco

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Escuchamos con preocupación las noticias que nos llegan desde Torre Pacheco, porque todas hablan de violencia y sabemos que la violencia nunca arregla nada ni es una solución de nada, al contrario, crea intranquilidad y más en un pueblo que se ha distinguido siempre porque ha dado trabajo, por la convivencia y por la integración.

Felicito de una manera muy especial a la parroquia y también a todos los hombres y mujeres que están trabajando por hacer posible esta llamada a la calma y a la serenidad.

Me dirijo de una forma especial a vosotros, hombres y mujeres de Torre Pacheco, os animo a que sigáis trabajando por lo que sois; a vivir como cristianos buscando siempre la paz y evitando todo tipo de exaltación, para que recuperéis vuestra esencia.

Como los conflictos no ayudan a nadie le pido al Señor que nos conceda a todos la fuerza para ser testigos de la paz y del amor, y que incluso seamos testigos también del perdón.

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

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El retablo de la parroquia de Espíritu Santo, en “Iglesia Noticia”

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Programa emitido en COPE Granada y COPE Motril el 13 de julio de 2025.

Disponible el informativo diocesano emitido el 13 de julio en COPE Granada y COPE Motril, en el que junto a la actualidad diocesana conocemos el retablo de la parroquia Espíritu Santo, que fue dedicada el pasado 2 de septiembre. La bendición del retablo tuvo lugar ayer sábado, 12 de julio, de manos de nuestro arzobispo D. José María Gil Tamayo.

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Defensa de la vida y voces contra el aborto

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Defensa de la vida y voces contra el aborto

​Corría el mes de noviembre de 1982. El día que el Papa Juan Pablo II finalizaba su primer viaje apostólico a España, el siempre lúcido pensador y filósofo Julián Marías escribía una magistral “tercera de ABC”, titulada “Las palabras más enérgicas”, en la que recuperaba la que, en su opinión, había sido la enseñanza más vigorosa del Papa durante su estancia en nuestra patria, centrada en el tema del aborto. Al discípulo de Ortega y Gasset le sorprendió la energía excepcional en las ideas, en la voz, en el gesto de Juan Pablo II y reproducía un párrafo del discurso que había pronunciado el 2 de noviembre, día de los difuntos: «Hay otro aspecto aún más grave y fundamental, que se refiere al amor conyugal como fuente de la vida: hablo del respeto absoluto a la vida humana, que ninguna persona o institución, privada o pública, puede ignorar. Por ello, quien negara la defensa a la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida, aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el fundamento mismo de la sociedad. ¿Qué sentido tendría hablar de la dignidad del hombre, de sus derechos fundamentales, si no se protege a un inocente o se llega incluso a facilitar los medios o servicios, privados o públicos, para destruir vidas humanas indefensas?» (Juan Pablo II, 2.11.1982).

​De esas palabras enérgicas y proféticas del Papa, Julián Marías destacaba, sobre todo, que su fuerza no descansaba en la autoridad pontificia o en el credo religioso de quien las pronunciaba, sino en lo dicho en ellas. Y volvía a expresar una convicción profunda: «Creo que es un grave error plantear la cuestión del aborto desde una perspectiva religiosa: se está difundiendo la actitud de que “para los cristianos” (o acaso “para los católicos”) el aborto es reprobable. Con lo cual se supone que para los que no lo son puede ser aceptable y lícito. Pero la ilicitud del aborto nada tiene que ver con la fe religiosa, ni aun con la mera creencia en Dios; se funda en meras razones antropológicas… Y pienso que la aceptación social del aborto es lo más grave que ha ocurrido, sin excepción, en el siglo XX» (Julián Marías, ABC, 9.11.1982).

​El pasado 5 de julio se ha cumplido el 40º aniversario de la primera ley del aborto de nuestra democracia. Los años transcurridos desde su aprobación, y el extremadamente trágico agravamiento de las leyes abortistas que han venido después, han demostrado la falsedad de todas y cada una de las motivaciones que hace cuarenta años se invocaron para aprobar tan nefanda ley. El balance es de una gravedad máxima: más de tres millones de vidas humanas abortadas, hijos a los que se les ha arrebatado la vida en el seno materno y se les ha impedido nacer, mujeres heridas en su maternidad, libertad encadenada en la mentira y sociedad mortalmente anestesiada. No se equivocó Julián Marías cuando se refirió al aborto como “la más grave amenaza” y denunciaba el atroz panorama que se abría para la sociedad: «Estamos amenazados por la mayor ola de “reaccionarismo” que puedo recordar; porque no afecta a tal o cual aspecto secundario de la vida, sino a su misma realidad, a lo que tiene de persona, a lo que hace que pueda ser vividera, con esperanza en medio de todas las dificultades y dolores que lleva consigo. La manipulación a la que está sometido el mundo actual, incomparable con la de cualquier otra época, hace verosímil que el mundo se embarque en una monstruosidad sin precedentes. Imagino que en el siglo próximo se puede sentir vergüenza de que haya existido una época tal como nos la presentan, ofrecen y, lo que es más, quieren imponer» (Julián Marías, ABC, 4.9.1994).

​Cuando la Iglesia Católica afirmó en el Concilio Vaticano II que «la vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables» (GS 51), puso las bases de una enseñanza que se ha mantenido sin titubeos ni interrupciones hasta nuestros días. La enseñanza de San Juan Pablo II en su Encíclica Evangelium vitae es totalmente clara: «Entre todos los crímenes que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave y deplorable» (EV 58). Por eso, el juicio moral es inequívoco: «Por tanto, con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos y cada uno de los Obispos…, declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto negación deliberada del derecho fundamental a la vida de la persona humana» (EV 62).

​Benedicto XVI, por su parte, citando a su predecesor, a la vez que reiteraba el juicio moral sobre el aborto provocado, llamaba a las personas que han incurrido en la culpa del divorcio y del aborto, a encontrar la paz y la recuperación acudiendo a la misericordia divina. «Fuera de la misericordia de Dios no existe otra fuente de esperanza para el hombre… En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz» (Juan Pablo II, 17.8.2002). Por eso, recordaba Benedicto, «se puede ver que los “no” que la Iglesia pronuncia en sus indicaciones morales y en los cuales a veces se concentra de modo unilateral la atención de la opinión pública, en realidad son grandes “sí” a la dignidad de la persona humana, a su vida y a su capacidad de amar. Son la expresión de la confianza constante de que, a pesar de sus debilidades, los seres humanos pueden corresponder a la altísima vocación para la cual han sido creados: la de amar» (Benedicto XVI, 5.4.2008).

​Es sabido que Benedicto XVI invocaba en sumagisterio lo que él llamaba las “cuestiones pre-políticas”, es decir, principios fundamentales de la moral y la dignidad humana que no son producto de la legislación o la voluntad política, sino que la preceden y la fundamentan. Son verdades que la razón humana puede discernir y que son universales, no dependientes de una mayoría parlamentaria o de un consenso social cambiante.Estos principios son la base de una sociedad justa y de un Estado de derecho, y la política debe respetarlos y protegerlos, no crearlos o ignorarlos. Si la política se desvincula de estas verdades fundamentales, corre el riesgo de caer en el relativismo y la tiranía. Entre estos principios ocupa un lugar fundamental la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su último aliento natural. Esta defensa tiene su fundamento en la dignidad infinita de la persona humana. 

​El Papa Francisco ha sido igualmente claro: «Si la familia es el santuario de la vida, el lugar donde la vida es acogida y protegida desde su concepción hasta su ocaso natural, es particularmente grave, e incluso escandaloso, el uso de las tecnologías de reproducción asistida y el aborto» (Francisco, Exhortación Amoris laetitia[19.3.2016] 83). El mismo Papa aprobó de forma expresa la Declaración Dignitas infinita (8.4.2024) del Dicasterio para la Doctrina de la Fe: «La Iglesia no cesa de recordar que la dignidad de todo ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su muerte natural. Precisamente la afirmación de tal dignidad es el presupuesto irrenunciable para la tutela de una existencia personal y social, y también la condición necesaria para que la fraternidad y la amistad social puedan realizarse en todos los pueblos de la tierra. Sobre la base de este valor intangible de la vida humana, el magisterio eclesial se ha pronunciado siempre contra el aborto» (DI 47).

​Por eso, hay que repetirlo con absoluta claridad y firmeza: ¡No! La Iglesia nunca ha apoyado, ni apoyarájamás, ninguna ley en favor del aborto procurado, porque nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. La Iglesia llama expresamente a los católicos «a oponerse a toda ley que atente contra la vida humana y a no apoyarlacon el propio voto» (Congregación para la Doctrina de la Fe, Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política [24.11.2002] 4). Más aún, la Iglesia Católica considera que un político católico que defiende y promueve el aborto se encuentra en un estado de “manifiesto pecado grave” y, si persiste obstinadamente en ello, no debe ser admitido a la Sagrada Comunión, según el canon 915 del Código de Derecho Canónico.

​Necesitamos unir esfuerzos en defensa de la dignidad infinita de todo ser humano y hacer resonar, con respeto exquisito, la voz en contra de toda ofensa a esta dignidad: contra el drama de la pobreza, contra la tragedia de la guerra, contra la trata de personas y la migración denigrante, contra los abusos de poder y los sexuales, contra las formas múltiples de violencia ejercida contra las mujeres, contra el aborto y la eutanasia. La defensa de la vida no puede ser utilizada para otros fines. Se daña gravemente la capacidad de colaboración entreasociaciones pro-vida cuando grupos de diferentenaturaleza utilizan la causa de la defensa de la vida para fines no declarados o intereses particulares.

​Pasados cuarenta años de una ley que ha legitimado la destrucción de más de tres millones de vidas humanas, conviene volver a recordar las palabras sabias de Julián Marías: «La aceptación social del aborto es lo más grave que ha ocurrido, sin excepción, en el siglo XX». Necesitamos despertar de la anestesia amoral en que se encuentra sumida Occidente para volver a experimentar la sana angustia de quien supo denunciar con ejemplar honestidad moral e intelectual la grave amenaza del aborto: «Vivo angustiado hace varios años al saber que todos los días se mata, fría y metódicamente, a miles de niños aún no nacidos, se les impide llegar a ver la luz, se les expulsa del seno materno – la más íntima y profunda de todas las casas del hombre-, se los echa a morir. Me angustia todavía más el ver a tantas personas que hace muy pocos años se hubiesen horrorizado de esto -mejor dicho, que se horrorizaban aceptarlo sin pestañear. ¿Por qué? Por muy varias causas, que valdría la pena analizar; pero ante todo por miedo. Por miedo a no estar al día, a ser descalificados por los que hacen la opinión superficial, a ser llamados “reaccionarios”» (Julián Marías, ABC, 9.11.1982). ¿Se equivocó acaso san Juan Pablo II al anunciar que, si se negaba la defensa a la persona humana más inocente y débil, al concebido no nacido, se minarían los cimientos mismos de la sociedad?.

+José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

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Monseñor Saiz Meneses: “María ha bajado; pero no baja sola. Con Ella baja la esperanza”

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La Palma ha vivido, tras diez años de espera, uno de sus días grandes de la Bajada de la Virgen de las Nieves. Miles de peregrinos quisieron acompañar a la patrona palmera este sábado 12 de julio, desde su templo de la montaña hasta la Plaza de la Encarnación. La jornada comenzó con la Misa presidida por el obispo, Eloy Santiago en un Real Santuario repleto de fieles.

En su homilía, haciendo alusión a la exhortación apostólica del papa Francisco, La alegría del Evangelio, monseñor Santiago hizo hincapié en no dejarnos robar la esperanza. “María, en este año jubilar, se convierte para todos los palmeros, y para todos nosotros, en signo de esa esperanza que nos abre al futuro. Hay razones para esperar. El papa Francisco nos invitó durante su pontificado a vivir esta aventura global de la esperanza. Y María es testimonio de ella. No se trata de simple optimismo ilusorio, sino del realismo de la vida que viene desde el don de Dios, desde la gracia, desde la confianza en el Señor”.

Tras la Misa de Peregrinos comenzó la procesión de Bajada de la Virgen en su Sillón de Viaje, pasando por los caminos reales de la Cruz del Fraile, el Planto y la Encarnación.

Antes de encarar la cuesta de El Planto, los vecinos de La Dehesa quisieron dedicarle a la patrona palmera unas palabras de despedida. “Te vamos a echar mucho de menos. La casa, tu santuario, se queda vacío, pero ese vacío es el que nos va a dar más motivos para que, allá por la mañana del día 5 de agosto, cuando te veamos llegar al barrio de El Roque y enfiles barranco arriba, hacia tu santuario, corramos a tu encuentro y subamos contigo renovando este compromiso centenario”.

Igualmente, al llegar a la plaza de la glorieta, los vecinos de esta zona le dedicaron a la Virgen de las Nieves una poesía. “Duerme virgen de nuevo a tus volcanes. Acurruca a tu pueblo en sus hogares. Que las plagas no vuelvan a detenerte. En el viaje infinito hacia tu gente. Virgencita palmera, la vida pasa. Y se cuenta por lustros, los que tú bajas. Todo el tiempo en La Palma se ha detenido. Dando gracias al cielo porque has venido”.

Asimismo, en la plaza de El Planto tuvo lugar un pequeño acto que congregó a un buen número de personas. En este enclave, la escritora Premio Canarias de Literatura, Elsa López, dedicó unas sentidas palabras a Nuestra Señora de las Nieves. “Cuando bajes la cuesta, abre mucho los brazos y entra en todas las casas. Y si hay pesar en ellas, ve y diles que no sufran, que tu amor se desborde y se extienda a lo largo de todos los caminos como si fuese un bálsamo. Yo seguiré esperándote en este diminuto lugar del universo para acostumbrarme al dolor y a las pérdidas. Y si me hubiese ido, como vuelan las aves al llegar el invierno, y ves que no soy yo la que viene a buscarte, recuerda lo que fui. Que cada cinco años me apartaba del mundo para darte el amor que mi voz contenía. Vaya donde vaya, te llevaré conmigo y quizá alguna tarde podamos encontrarnos y volveremos juntas a recordar tus pasos por dentro de mi alma, en esta misma plaza. Y recuerda, recuerda en mi voz, a Laura González Lorenzo”.

A partir de este punto, se sumó a la comitiva la Banda Municipal de Música San Miguel, bajo la dirección de José Gabriel Rodríguez y la ayuda de Diego Arrocha.

En torno a las 21:00 h., tuvo lugar en la Plaza de la Encarnación el recibimiento oficial de la imagen de la patrona palmera por parte del obispo, del clero y de las corporaciones y autoridades municipales, insulares, autonómicas y nacionales.

En primer lugar, el alcalde de Santa Cruz de La Palma, Asier Anona, realizó una salutación en la que destacó la unión que suscita la Virgen de las Nieves en un pueblo palmero que ha vivido en la última década una pandemia y la erupción del volcán Tajogaite. “No podemos perder la perspectiva de lo que significa realmente la Virgen de las Nieves. Nuestra señora es el centro de todos los actos de la Bajada. Se trata de una manifestación esencialmente religiosa”.

Tras las palabras de Asier Antona, el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses pronunció una sentida alocución de bienvenida. “¡Salve, María, Virgen de las Nieves, Reina y Señora de La Palma!  Desde el fondo del alma, conmovido por la gracia de tu presencia en medio de este pueblo fiel, vengo, como peregrino de esperanza, a saludarte en nombre de toda la Iglesia. Hoy, en esta 70ª Bajada, los hijos de esta tierra volcánica, que ha conocido el fuego, la ceniza y el dolor, se postran ante Ti, Madre bendita, con la certeza de que tus ojos misericordiosos han velado, velan y velarán siempre por ellos”, expresó Monseñor Saiz Meneses.

En otro momento de su intervención, el arzobispo de Sevilla hizo hincapié en que este día, Santa Cruz de La Palma no es simplemente una ciudad. “Es un altar abierto bajo el cielo estrellado del Atlántico; y tu trono, llevado por manos devotas y corazones esperanzados, es signo de una promesa que no se olvida, de una fidelidad que no desfallece”.

Saiz Meneses, sobre todo, quiso trasladar un mensaje de consuelo y esperanza al pueblo palmero. “En estos años pasados, habéis caminado por el desierto de la prueba. Primero fue la pandemia, que llegó a encerrarnos el silencio del aislamiento y nos privó de abrazos y celebraciones. Después, la erupción volcánica, que dejó huellas profundas en la tierra y en las almas; y, sin embargo, habéis resistido. Habéis mantenido encendida la llama de la fe, y hoy, como cada lustro desde 1676, habéis traído a vuestra Madre a la ciudad para proclamar con voz firme que no estamos solos. Sí, hermanos, María ha bajado; pero no baja sola. Con Ella baja la esperanza…Que Nuestra Señora de las Nieves, nuestra Madre y Patrona, nos cubra con su manto. Que su presencia en la ciudad sea bálsamo para las heridas, impulso para la reconstrucción, canto de alabanza y clamor de esperanza. Que ella, peregrina con su pueblo, nos lleve de la mano a su Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos”.

Monseñor Saiz Meneses acabó su alocución invitando a los palmeros a entonar con júbilo tres “vivas” a la Virgen. “¡Viva la Virgen de las Nieves! ¡Viva la Patrona de La Palma! ¡Viva la Madre de la esperanza!”

A continuación, tuvo lugar el estreno de la Loa de Salutación a Nuestra Señora de las Nieves: “Regocíjate”, con letra y música del compositor palmero, Juan Cavallé. En esta puesta en escena intervinieron la Orquesta y el Coro Infantil y Juvenil de la Escuela Insular de Música de La Palma, bajo la dirección de Pepetoni Tamarit. La parte coral contó con Milagros Martín como directora.

Para esta ocasión, la plaza estuvo adornada con un retablo efímero, elaborado por Juan Cavallé Cruz y Luis Morera, que intentó reproducir el retablo mayor de la parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, en Tijarafe (1628), obra de Antonio de Orbarán. Para esta labor se contó con la dirección artística de Juan Cavallé y con la colaboración del ayuntamiento de Tijarafe.

Al término de la Loa, en el templo de la Encarnación se celebró la Eucaristía de bienvenida presidida por el consultor del Dicasterio para las Iglesias Orientales, Salvador Aguilera. La parte musical corrió a cargo del coro parroquial de San José.

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San Enrique

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San Enrique

Por: n/a | Fuente: ACIprensa.com

13-San Enrique-II-rey-13Martirologio Romano: San Enrique, emperador de los romanos, que, según la tradición, de acuerdo con su esposa Cunegunda puso gran empeño en reformar la vida de la Iglesia y en propagar la fe en Cristo por toda Europa, donde, movido por un celo misionero, instituyó numerosas sedes episcopales y fundó monasterios. Murió en este día en Grona, cerca de Göttingen, en Franconia (1024).

Etimológicamente: Enrique = Aquel que es jefe de hogar, es de origen germánico.

Fecha de canonización: 4 de marzo de 1146 por el Papa Beato Eugenio III.

Breve Biografía

Nacido en el año 972 y fallecido en 1024. Nieto de Carlomagno y sucesor de los tres Otones, fue el más grande apóstol de la paz en el segundo decenio del siglo XI y uno de los más destacados promotores de la civilización occidental, colaborando a la labor del Papado y de los monjes de Cluny, de cuyo abad San Odilón fue gran amigo. –

Seguramente, a la primera impresión nadie habría creído que bajo la pesada armadura de aquel caballero que cabalgaba con sus numerosas tropas por las grandes llanuras del imperio alemán, se escondía un santo.
Pasada ya la gloriosa restauración de Carlomagno, Europa, en el siglo x, vive una época de dejadez y brutalidad. Empiezan a aparecer los desastrosos efectos del feudalismo, la jerarquía eclesiástica está corroída por las investiduras y por doquier impera la ley del más fuerte.
Parece imposible que aún vivan personas santas, y menos aún que lo sea uno de los numerosos príncipes feudales.
Nos hallamos en la corte del duque de Baviera Enrique el Batallador y de su esposa Gisela de Borgoña. En el castillo ducal se celebran grandes festejos porque ha nacido el príncipe heredero. Se le impone, como a su padre, el nombre de Enrique.
Los primeros años pasan plácidamente, pero pronto es víctima de la persecución; su padre ha sido vencido en una de las interminables guerras familiares y se ha visto obligado a huir. Sin embargo, las cosas volverán a su lugar; el padre recobrará el ducado con todas sus posesiones y Enrique podrá dedicarse al cultivo de las Letras, bajo la dirección de Wolfgang, el santo obispo de Ratisbona.
Wolfgang no sólo forma su inteligencia, sino también su voluntad, dándole una esmerada educación cristiana y una sólida piedad.
A la muerte de su padre, hereda el ducado y se convierte en uno de los príncipes de más porvenir de Alemania. Con su carácter recto y justiciero atiende a las necesidades de su pueblo, gobierna con mano al mismo tiempo fuerte y suave.
Sabe comprender y no es vengativo. Prefiere perdonar que castigar y busca antes el provecho de sus súbditos que sus propios intereses.
En el año 1002, los electores del Sacro Imperio Romano-Germánico le nombran para el cargo imperial. Acaba de morir Otón III, sin sucesión directa.
La fama de Enrique, su sinceridad y nobleza, son reconocidas por todos, y saben que será el emperador ideal.
La ascensión al trono imperial es para el duque de Baviera una empresa difícil. Surgen contrincantes que ha de vencer, sublevaciones para dominar, querellas entre los señores feudales, que ha de sofocar, pero Enrique con su fiel ejército atiende a todo.
Vence al rey de Polonia, rechaza a los bizantinos, interviene en los Estados Pontificios defendiendo los derechos de Benedicto VIII, el legítimo sucesor de Pedro.
Con su prodigioso genio militar sabe triunfar, pero, diferente de muchos otros de su tiempo, no abusa de la victoria. La justicia rige todos sus actos.
Su actividad se extiende también a la reforma espiritual del clero.
En el año 1007 convoca, de acuerdo con las costumbres de su tiempo, un Concilio general en Francfort. Acuden los numerosos obispos del Imperio, que dictan severas normas disciplinarias. Después, Enrique procurará que se cumplan.
Restablecido el orden en el Imperio y protegidas las fronteras, Enrique empezó a reinar con todo su poder. En el año 1014, junto con su esposa, fue ungido y coronado rey por el propio pontífice, en Roma.
Seguramente pocos reyes tuvieron, ya en vida, tan buena fama y muchos menos fueron venerados y gozaron del amor de sus súbditos como este nieto de Carlomagno.
Muestra de su gran virtud es este ejemplo: Al sentirse morir llamó junto a sí a los grandes del reino y, tomando la mano de su esposa Cunegunda, también santa, dijo a los padres de ésta: «He aquí a la que vosotros me habéis dado por esposa ante Cristo; como me la disteis virgen, virgen la pongo otra vez en las manos de Dios y vuestras». Sus restos reposan en la catedral de Bamberg.
San Enrique realizó lo que a muchos puede parecer imposible: ser emperador, vivir continuamente ocupado en los problemas públicos y entre guerras, y llegar a santo.
Si Enrique de Baviera lo llevó a término fue porque en el ejercicio de su cargo vio un servicio al prójimo y a Jesucristo. La historia de Europa nos ofrece pocas vidas tan bellas y útiles como la de Enrique II, el Santo.

 

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Domingo XV del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 13 de julio de 2025

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Domingo XV del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 13 de julio de 2025

El Evangelio de Lucas tiene como temáticas principales la misericordia y la compasión que hemos de tener lo creyentes al igual que Dios las tiene con nosotros. Pero, ¿en qué consiste ser creyente? Jesús lo deja claro en el comienzo de este relato: amar a Dios y amar al prójimo. Se trata de un mismo y único amor, conectado entre sí.

Hay muchos creyentes que por poner más la mirada en la vida eterna se olvidan y se desentienden de la vida terrena, de nuestros compromisos aquí y ahora. Esta parábola es rompedora de conductas y esquemas que más de veinte siglos después seguimos teniendo muy arraigados y que requieren ser revisados, dándonos cinco claves:

1.- El amor a Dios y al prójimo no son dos sentimientos separados. El que no ama a su prójimo de forma práctica, no ama a Dios.

2.- Por prójimo entendemos a los que tenemos cerca, pero Jesús pone como víctima un personaje anónimo que engloba a toda la humanidad. Y a su vez nos enseña que el verdadero prójimo soy yo con respecto a los demás cuando los valoro y los ayudo; para que a continuación te hagas la pregunta: ¿qué prójimo soy?

3.- Jesús nos invita a hacernos prójimo de todos, especialmente de los “heridos de la vida”, sin importarnos sus nombres, procedencias, edades, etc.

4.- Jesús es muy exigente con los creyentes, representados en el sacerdote y el jurista, que dan un rodeo cuando se encuentran al hombre asaltado y medio muerto, pues los discípulos de Jesús hemos de vivir más que nadie la caridad fraterna.

5.- Jesús nos aprieta mucho más cuando pone como buen prójimo a un samaritano, un hereje y enemigo de los judíos. Todo el que ama al prójimo puede amar a Dios, así que hasta los mal vistos pueden tener un buen corazón. No juzguemos por las apariencias.

Y concluyo con las mismas palabras de Jesús, el Buen Samaritano: “Pues anda, ve y haz tú lo mismo”.  

Emilio J., sacerdote

https://elpozodedios.blogspot.com/

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La festividad de la Virgen del Carmen y las primeras declaraciones del nuevo director de Peregrinaciones, en Iglesia Noticia

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NoticiaIglesia Noticia

Procesión marítima de la Virgen del Carmen de Marbella // A. SÁNCHEZ

Publicado: 13/07/2025: 22

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COPE Málaga

La festividad de la Virgen del Carmen en las localidades de mar y de interior; las primeras declaraciones del nuevo director de Peregrinaciones, José Manuel Bacallado; y el testimonio de los jóvenes misioneros diocesanos, entre los temas del programa de este domingo en COPE Málaga, Iglesia Noticia.

IGLESIA NOTICIA este domingo:

  • te lleva al Rincón de la Victoria para celebrar la fiesta de la Virgen
  • te cuenta los últimos nombramientos de Mons. Catalá y las primeras declaraciones del neuvo director del Departamento de Peregrinaciones, Santuarios y Turismo, el sacerdote José Manuel Bacallado
  • da voz a 4 de los 12 jóvenes que marchan a Colombia a vivir la experiencia misionera diocesana
  • te informa de la concesión del Jubileo Extraordinario con motivo de los 100 años de la Santa Muerte del beato Tiburcio Arnaiz y la celebración del 99 anviersario el próximo 18 de julio
  • da voz a la devoción de la Virgen de la Victoria, la Patrona de la diócesis y la ciudad de Málaga
  • se despide rezando cantando con el nuevo disco de Francisco Castro y Fermín Negre

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