La imagen de la Virgen de Candelaria ya está en “su casa”. A las 12:43 horas hacía su entrada en la Basílica entre aplausos y gritos de “viva la Virgen de Candelaria”.

A escasos metros del templo, Juan Manuel Yanes, delegado para la Visita, valoraba positivamente el desarrollo del traslado de la imagen y destacaba la gran participación de los peregrinos. “Estamos muy satisfechos de cómo ha salido todo en las paradas oportunas. Especialmente, en la Cruz del Señor, que en esta ocasión se pudo desarrollar todo mejor que el día de la venida de la imagen a la capital. También fue muy positiva la entrada al Colegio de las Dominicas de Vistabella donde muchos alumnos se quedaron a dormir para poder recibir a la Virgen. Asimismo, en Café y Calor se cantó la salve rociera. El encuentro con los residentes del centro de mayores Virgen de Candelaria también fue muy emotivo. Y, en definitiva, ha sido significativa la entrega de los bastones de mando en todos los lugares emblemáticos de este recorrido”.

Tras el himno nacional y una lluvia de voladores, la imagen de la Patrona de Canarias accedía al interior de la Basílica donde el obispo Eloy Santiago presidió la Eucaristía. La parte musical de la celebración corrió a cargo de la agrupación folklórica Santa Anta- San Blas. La alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito, participó en la liturgia de la Misa leyendo una de las lecturas.
Monseñor Santiago comenzó su homilía teniendo un gracioso gesto con los voluntarios y peregrinos. “No puedo predicar mucho que se quedan dormidos, que sé que han estado toda la noche en vela”, expresó.

El prelado Nivariense, a la luz de la parábola del fariseo y el publicano, indicó que la forma correcta de orar es la que se realiza desde la humildad del corazón. “María de Candelaria es un ejemplo claro de vivir este evangelio. Ella es la mujer humilde. Aquella que dijo, proclama mi alma la grandeza del Señor porque se ha fijado en mí, en mi pobreza, en mi ser de sierva. Por eso, hoy, María de Candelaria, Candela de Esperanza, nos invita a seguir este camino de la humildad, de la pequeñez, porque este es el camino de Dios”.
En este sentido, Monseñor Santiago hizo referencia a la exhortación apostólica del Papa León XIV “Dilexi te” sobre la importancia de amor al prójimo. “Nuestra Madre, la Virgen María, hace presente esta gran verdad. Ella fue coronada como reina y señora de todo lo creado. Y ella nos enseña a nosotros, sus hijos e hijas, que el camino de Cristo es el camino de la humildad. Aprendamos de María de Candelaria para que nuestra oración sea más de escucha y no tanto de hablar de nosotros con soberbia. Seamos conscientes de nuestros pecados, de nuestra debilidad humana, de nuestra fragilidad, y confiemos en la misericordia del Señor que todo lo puede”.

Por último, Santiago invitó a los presentes a tener una mirada como la de María. “Ella no discrimina a nadie, sino que mira al corazón de cada ser humano donde está la presencia de Dios. Que María de Candelaria nos ayude a vivir siempre con esperanza, y que esta peregrinación que hoy culmina, obtenga muchos frutos para nuestra diócesis”.
En la parte final de la celebración, la Hermandad de Labradores y Labradoras de San Isidro Labrador de Santa María de la Cabeza de la Villa de La Orotava realizó una acción de gracias e hizo entrega a la imagen de la insignia de la hermandad. “En ella depositamos las oraciones de todos los labradores para que nunca les falte tu bendición”, expresaron.
Antes de cantar el himno a la Virgen, el obispo quiso compartir con los presentes un reciente nombramiento. El de rector de la Basílica, una responsabilidad que ha recaído en el también recientemente nombrado prior, Dailos José Melo.
Por último, monseñor Santiago dio gracias a todos los que han hecho posible esta peregrinación. Especialmente, al delegado de la Visita, colaboradores, voluntarios y peregrinos.
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