A la Archidiócesis de Sevilla
Queridos hermanos:
Junto con mi saludo afectuoso, aprovecho esta oportunidad de dirigirme a vosotros para expresaros, en primer lugar, mi profunda gratitud a Dios por los frutos espirituales que hemos recibido durante la celebración del Jubileo 2025. Ha sido un tiempo de gracia, de misericordia y de perdón, que hemos aprovechado y celebrado con gozo respondiendo a la convocatoria que hizo pública el papa Francisco el 9 de mayo de 2024 con la Bula Spes non confundit. En ella, el Santo Padre anunciaba a toda la Iglesia Universal la celebración del Jubileo ordinario de 2025 bajo el lema «Peregrinos de Esperanza».
Después de unos meses de preparación y de la designación de los lugares sagrados de peregrinación en nuestra Archidiócesis para conseguir el don de la indulgencia jubilar, tras la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, el día 29 de diciembre de 2024 inaugurábamos solemnemente el Año Jubilar en la S. I. Catedral de Sevilla.
Según quedó recogido en la Bula de convocatoria, el Jubileo de la Esperanza finalizaría en las iglesias particulares el domingo 28 de diciembre de 2025 y sería clausurado con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano el 6 de enero de 2026, Solemnidad de la Epifanía del Señor. Llegado este momento, os invito vivamente a que participéis en la solemne celebración de la Eucaristía de clausura del Año Jubilar en la Archidiócesis de Sevilla el próximo día 28 de diciembre de 2025, fiesta de la Sagrada Familia, a las 18:00 horas, en la Catedral.
Estoy convencido de que la vivencia del Jubileo 2025 ha supuesto para todos nosotros una ocasión para la conversión personal y una oportunidad para seguir avanzando por el camino iniciado en el Bautismo. Pero dicha vivencia también debe llevarnos a un compromiso comunitario de carácter social y a una mirada a los que sufren. Por esa razón, os invito a colaborar en el Proyecto Social Jubileo 2025 de la Conferencia Episcopal Española de ayuda a las víctimas de trata y explotación. Lo haremos con nuestra aportación en la colecta de la celebración de la Eucaristía de clausura del Año Santo. Con este gesto, como expone el papa León XIV en su primera exhortación apostólica, podemos ayudar a estas personas a sentir el amor de Jesucristo (Dilexi te, 121).
Que María Santísima, Nuestra Señora de los Reyes, nos sostenga y ayude en la tarea de vivir y anunciar el evangelio con el testimonio de una vida cercana a quienes más sufren y peor lo pasan en esta vida. Con mi abrazo cordial y mi bendición.
+ José Ángel Saiz Meneses
Arzobispo de Sevilla














