Cientos de jóvenes se dieron cita la tarde del 7 de diciembre en Córdoba para honrar a la Virgen en su advocación de la Inmaculada Concepción. La Vigilia diocesana estuvo precedida por un encuentro festivo que tuvo lugar en el patio de las Reales Escuelas Pías de la Inmaculada Concepción de Córdoba.
El encuentro contó con actuaciones musicales, entre las que destacó el himno de la Vigilia dedicado a la Virgen y una representación teatral mímica centrada en el regreso de un alma joven a Cristo tras una vida alejada de él. Tras el encuentro, los jóvenes partieron en procesión por las calles de Córdoba portando la imagen de la Inmaculada de plata que se conserva en la Santa Iglesia Catedral y que recorrió las calles del centro cordobés con el rezo del Santo Rosario. Cada uno de los misterios estuvo dirigido por jóvenes de colegios, movimientos, etc.
La llegada a la Catedral de la procesión marcó el inicio de la Vigilia diocesana que, este año, se caracterizó por la propuesta de Bartolomé Blanco como modelo de los jóvenes católicos cordobeses. Durante la celebración D. Juan José Asenjo, destacó la vida de este joven mártir de la persecución religiosa en España en los años treinta del pasado siglo. Asimismo destacó que, tan pronto como la Santa Sede lo autorice lo nombrará patrón de los jóvenes de la Delegación diocesana de Juventud, el Secretariado diocesano de Pastoral Universitaria y de los jóvenes de Acción Católica de Córdoba.
El Sr. Obispo señaló además a la Santísima Virgen como el modelo perpetuo de los jóvenes y afirmó que “Como la Virgen también nosotros estamos llamados a una vida santa e irreprochable, todos, jóvenes y adultos hemos sido elegidos para ser santos también vosotros los jóvenes. Sí, ¡santos y jóvenes! que no son dos términos irreconciliables”.
La Vigilia concluyó con un ofrenda a la Virgen en la que, diferentes Delegaciones y secretariados, ofrecieron su trabajo a la Madre de Dios componiendo la oración del Bendita sea tu pureza.