Mediante una exposición de fotografías y la lectura de diversos textos en la Rambla Federico García Lorca, el Movimiento Cultural Cristiano puso de manifiesto la situación injusta que sufren los empobrecidos de la tierra y ha mostrado su solidaridad con todas aquellas personas que son víctimas del tráfico de personas, las que han muerto en nuestras costas, quienes sufren el hambre y la miseria.
Especialmente preocupa la situación de los niños, que son los más vulnerables entre los emigrantes, en el trayecto hacia Europa son invisibles, carecen de documentos y la ausencia de adultos que los acompañen impide que su voz se alce y sea escuchada. De ese modo, los niños emigrantes acaban fácilmente siendo víctimas de las mafias.